El edificio que albergó el centro nocturno Key Largo, en el corazón de San José, tendrá una nueva faceta: se convertirá en un centro cultural con un restaurante incluido.
La edificación, ubicada a un costado del parque Morazán, fue la ganadora del certamen “Salvemos Nuestro Patrimonio”, que cada año otorga ¢200 millones a la restauración de un edificio con declaratoria patrimonial.
La idea es que el inmueble, construido en 1887, albergue talleres de arte, eventos culturales y artísticos, así como difusión del arte gastronómico, proyectos de responsabilidad social, eventos privados y otras actividades de entretenimiento familiar.
Mariela Murillo y Daniel Hidalgo son los arquitectos que impulsaron la propuesta a partir de una idea de los propietarios del inmueble, el año pasado.
Según cuentan, ellos querían transformar el edificio en un sitio para “promover la cultura y el arte en el casco central de San José, crear espacios de entretenimiento y apoyo al artista nacional, generar espacios itinerantes de socialización y aprecio artístico, y desarrollar proyectos de acción social”.
El proyecto de Murillo e Hidalgo ganó entre 27 propuestas para estructuras localizadas en seis de la siete provincias, pues no hubo de Puntarenas.
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Restauración compleja
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Transformar este lugar requiere una intervención mayor en diferentes secciones del inmueble, pues el paso del tiempo ha sido implacable.
La ventaja, según los ganadores del certamen, es que los diversos inquilinos mantuvieron una conservación de “regular a buena”, aunque intervinieron el edificio varias veces.
“Se presentan daños paulatinos causados por la falta de ventilación e iluminación natural. Las construcciones adosadas generaron un bloqueo que incrementa el nivel de humedad interna de una casa que siempre se caracterizó por su buena ventilación e iluminación natural”, expusieron los profesionales.
Esto es parte de los trabajos que deberán realizarse.
- Mejoras al sistema eléctrico: instalación de detección de incendios e instalación eléctrica según código vigente, iluminación interna y externa que resalte detalles arquitectónicos.
- Reparación del sistema pluvial: canoas, bajantes, cajas de registro, botaguas.
- Restauración de madera en marcos, puertas y ventanas.
- Impermeabilización de losa en segundo nivel y enchape de mármol.
- Refuerzo estructural en anexo sur, que data de 1960. Este espacio es para futuros talleres de danza y teatro.
- Reparación y restauración de cielos de madera pintados a mano y afectados por la humedad.
- Mantenimiento de escaleras.
- Construcción de un salón multiuso en la zona oeste. Esto eliminaría el impacto de anterior intervención.
- Apertura de salón norte, (anexo hecho en 1995). Este anexo está frente al Morazán y servirá para mejorar la ventilación.
- Reacondicionamiento de baños, según ley 7600.
- Mejoras en instalaciones mecánicas.
- Pintura interna y externa.
- Rediseño de jardines para disminuir humedad.
Este dinero ayudará a la edificación a generar todos los arreglos para su nueva faceta.
“Esperamos renueve una importante zona del centro de la ciudad que se ha venido degradando y, sin embargo, tiene patrimonio muy valioso; instituciones educativas, de comercio y de turismo”, destacó Sylvie Durán Salvatierra, ministra de Cultura y Juventud, al hacer anuncio.
El jurado calificador estuvo integrado por Carolina Pizarro Hernández, arquitecta representante del despacho del Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ); Adrián Jirón Beirute, arquitecto independiente; Ileana Granados Poveda, arquitecta representante del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos de Costa Rica (CFIA); Federico Cartín Arteaga, planificador urbano independiente; y Diego Meléndez Dobles, arquitecto director del Centro de Patrimonio Cultural.
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En la historia
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De acuerdo con el expediente del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural (CICP), la vivienda fue construida en 1887 con ladrillo en el primer nivel y bahareque francés en las paredes del segundo piso.
El inmueble posee detalles arquitectónicos y ornamentos del estilo Victoriano, según la tendencia de la época.
Los arquitectos ganadores señalaron que hay aditamentos que aún se conservan: pisos enchapados en mosaicos importados con patrones geométricos detallados a la medida, los cielos del primer nivel de madera complejamente detallados y pintados a mano, molduras en puertas y ventanas, escalera de madera con detalles tallados y vitrales.
Inicialmente, fue la casa del empresario agrícola Víctor Manuel Herrán Bonilla, cuyas iniciales permanecen en la verja de la puerta principal, 130 años después.
Poco tiempo después fue vendida al empresario cafetalero Óscar Rohrmoser.
Su tercer dueño fue el comerciante Arnoldo Andre Wessel, quien en 1907 la vendió a Cecil Vernon Lindo Morales, comerciante bananero y alto funcionario de la United Fruit Company.
Algunas personas conocen a este inmueble por el nombre de Casa Lindo.
La familia Lindo fue la dueña por más de 30 años hasta que, en 1941, fue vendida a Max Gurdián Rojas e Hijos S. A., empresa que la alquiló al Conservatorio de Música de la Universidad de Costa Rica, durante la década de 1950, hasta mediados de la de 1970.
Luego la arrendó Roger Douglas Montgomery, quien instaló allí el bar y centro nocturno Key Largo, negocio que se mantuvo en el inmueble hasta el 2020.
Actualmente pertenece a la empresa Anexo Gran Hotel S. A.
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