Texto original publicado por La Nación el 9 de noviembre de 1972
De aquella población precursora de tantas otras, no quedan sino estas rutinas de adobes, que por milagro del cielo más que por interés de los costarricenses, se mantienen aún en este noviembre de 1972. Pero si hemos de ser sinceros, tales ruinas están arruinadas y no es juego de palabras, sino pura y simple verdad. Han caído sobre ellas decenas de miles de aguaceros en sus cientos de años de estar expuestas a todo, y cada vez algo de ellas se desprenden.
Por otra parte, crece el musgo, el zacate y hasta higuerones, que con sus raíces van abriendo brecha entre el adobe, mientras tanto, ningún organismo se ha preocupado en lo mínimo por su conservación, pues el lugar luce y qué poco luce el incómodo abandono. Los alrededores de las ruinas, bellos jardines en cualquier país del mundo que aprecian las huellas de sus ancestros, son un potrero en el cual pueden pastar los animales que anden sueltos por las calles. Y ni una mano generosa como barniz de mantenimiento.
En ese sentido, el Gobierno español con su departamento especializado en la conservación de monumentos históricos, ofreció cooperar para que Ujarrás volviese a ser lo que hace muchos años fue; o sea, hacer la restauración completa. Por otra parte, he leído cantidad de literatura del Instituto de Turismo sobre planes para hacer de Cachí un centro turístico. Lo cierto es que hasta la fecha, unos y otros planes no han sido puestos en práctica; del ofrecimiento del Gobierno español no se volvió hablar ni de lo otro.
Tampoco de tal manera que Ujarrás una de las contadas huellas de los españoles que aún perduran, está en completa dejación. Y entonces surge una pregunta ya formulada para nosotros muchas veces: ¿Hasta cuándo?, ¿ticos dormilones?
En otras noticias:
Banda desvalijó 20 vehículos en San Francisco de Dos Ríos
Desde hace varios meses, entró en relativa calma una ola de robos que tenían como características principales que se cometen en automóviles guardados en garajes cerrados o en cocheras, y que lo sustraído era únicamente el equipo electrónico que tienen los vehículos.
Los detectives seguían la pista a tres sospechosos que en apariencia, eran los autores de aproximadamente veinte robos similares, que se cometieron en casi todos los puntos importantes de esta capital. Sin embargo, la banda dejó de actuar y no se pudo seguir su rastro eficazmente.
En apariencia, los asaltantes reiniciaron sus actividades con mayor intensidad. Varios automóviles han sido completamente desvalijados dentro de las casas de sus propietarios. El último de esos vehículos es del señor Alfredo J.C., vecino de San Francisco de Dos Ríos. Llamó al patrullero Orozco. El oficial comprobó que los ladrones se llevaron un equipo completo de aparatos electrónicos que cuestan varios miles de colones. Los dueños declararon que el robo se produjo durante la madrugada.
Colombia y Nicaragua disputaron territorios
Bogotá. La Cancillería colombiana prepara la respuesta a la nota de la propuesta entregada el jueves pasado por Nicaragua al embajador de colombia en Managua por la firma de un tratado con los Estados Unidos en el cual este país renunció a toda pretensión sobre la soberanía de los cayos de Roncador, Serrana y Quitasueño.
El Canciller Alfredo Vásquez Carrizosa ha expresado que la respuesta “será respetuosa pero enérgica en la reafirmación de la soberanía colombiana sobre los cayos que está respaldada por antiguos títulos”.
Nicaragua sostiene que los cayos están dentro de su plataforma continental de 200 millas y Colombia dice que hacen parte del archipiélago de San Andrés y Providencia que pertenecen a Colombia desde la independencia hace más de 150 años, como lo reafirmó el sábado pasado el presidente Misael Pastrana Borrero durante una visita a la isla de San Andrés.
El tratado con los Estados Unidos puso fin a un régimen de soberanía compartida con Colombia sobre los cayos. Washington renunció a cualquier pretensión sobre ellos y reconoció que Colombia es su propietario.