Eran las 2 p. m., y en el sótano del Teatro Nacional 12 hombres unieron su fuerza física, para hacer operar un sistema mecánico que data del siglo XIX, cuya función es levantar el piso de la luneta.
Elevar el piso de la luneta, para colocarlo al mismo nivel del piso del escenario, y acondicionar así un gran salón dentro del teatro, es una ardua tarea que se realiza “cada muerte de obispo”, con motivo de eventos muy exclusivos.
La visita del expresidente estadounidense Bill Clinton en 1997, el traspaso de poderes de la administración Arias Sánchez a la de Laura Chinchilla, en mayo del 2010, así como la visita del presidente de la República Popular China, Xi Jinping, en junio del 2013, son tres acontecimientos recientes que ameritaron la nivelación de ambos pisos.
La razón por la que este procedimiento mecánico, de operación manual, se repitió ayer tiene que ver con la restauración de una de los principales tesoros arquitectónicos de Costa Rica.
En enero, se puso en marcha un gran proyecto denominado “Adecuación tecnológica del escenario”, el cual está a pocos días de ser concluido en su primera etapa.
Esa fase inicial se concentró en reemplazar totalmente el piso del escenario, para adecuarlo a las nuevas necesidades que exigen los espectáculos modernos.
El nuevo piso debe quedar listo para presentar los espectáculos del Festival Internacional de las Artes (FIA), que se celebrará del 3 al 13 de abril. Según explicó el arquitecto y restaurador, Wílliam Monge, coordinador del proyecto, es necesario colocar el piso de la luneta y el del escenario al mismo nivel para poder ajustar la curva del proscenio (área frontal del escenario) .
“Esa curva ya estaba marcada y es la que permite ‘calzar’ ambos pisos; sin embargo, como se colocó un piso nuevo en el escenario, es necesario corroborar que todo esté alineado correctamente”, dijo.
A las 2:35 p. m., y después de sudar la gota gorda, los 12 hombres lograron elevar el piso de la luneta aunque no completamente, pues debían dejar unos 20 centímetros de diferencia para cortar unas vigas del piso nuevo.
El sistema mecánico que permite subir el piso fue construido por la fabricante de barcos italiana Larini Nathan & Co. Funciona desde la edificación del Teatro, en 1897. Consiste en un eje, con 6 brazos de madera, que deben ser movidos por 12 personas. Esa rotación activa seis grandes tornillos que levantan el piso con la ayuda de vigas hasta de 15 metros de longitud.