Si usted es uno de los 6.500 usuarios que diariamente visita la estación del ferrocarril en el centro de Heredia, será mejor que la próxima vez que llegue al lugar, lo haga con bastante tiempo.
Pero no se preocupe, lo anterior no significa que vaya a encontrar algún tipo de inconveniente, tras la restauración del edificio. Lo que sí puede suceder, es que quiera observar con cuidado cada uno de los detalles que han dado una nueva vida al inmueble, cuya ceremonia de reapertura se efectuó este viernes.
En los marcos de las ventanas, las paredes, pisos, gradas, caños y hasta en los pasillos, podrán los heredianos encontrar distintos vestigios de la historia de este edificio, construido originalmente en la década de 1870 y alterado en 1905, cuando las paredes de bahareque fueron recubiertas con tablillas de madera y la estructura se expandió hacia el oeste, creando una nueva bodega metálica.
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A simple vista
Este viaje hasta el pasado se aprecia mejor cuando los visitantes caminan por el pasillo que divide las estructuras más antiguas y donde las personas podrán observar claramente las dos etapas constructivas del inmueble.
“Hay una pared que es donde termina el edificio que era de bahareque, entonces se deja en este material, para que todo el mundo lo note; al otro lado, es ya donde empieza el edificio propiamente de madera, no se pintó la pared y que va a quedar así expuesta, porque son los colores originales y la madera original”, explicó la arquitecta Ileana Hernández, quien desarrolló la propuesta de intervención.
En la fachada norte los visitantes también encontrarán un detalle muy interesante, particularmente si deciden reposar por unos minutos. Las bancas que ahí se encuentran fueron hechas con tucas de madera, que son de la misma cimentación del edificio.
“Están ubicadas en el mismo lugar de donde salieron. Piezas que estaban dañadas se sustituyeron con otras nuevas y se reutilizaron para las bancas”, indicó Salvador Montoya, arquitecto del Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer).
A este tipo de elementos se les conoce como “testigos”, los cuales también se encuentran en las paredes y el suelo, algunos cubiertos de vidrio para su protección, dejando ver el interior de la estructura y la forma en que fue construida.
La pintura azul también tiene un significado especial, ya que según Hernández, es uno de los colores que tuvo la estación anteriormente, según las pruebas de decape que se efectuaron.
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Inversión herediana
Muchos vecinos de la localidad también aprovecharon la ceremonia para ser los primeros en recorrer el renovado edificio, ese fue el caso de la herediana Cristina Herrera Alfaro.
“Estamos muy contentos de ver que vamos a estrenar, si Dios quiere, y estamos felices”, dijo.
Por su parte, Vicente Camacho, otro ciudadano, destacó la necesidad de que las autoridades tomen las acciones necesarias para conservar el lugar en las condiciones actuales.
“La policía o la Municipalidad tienen que vigilar más de cerca, o tener más seguridad, para que indigentes y otras personas no hagan uso del sitio como antes; que no se vayan a volver a arruinar las instalaciones, porque realmente están muy bonitas, rescataron un patrimonio que estaba prácticamente muerto y ahora tienen que cuidarlo porque se invirtieron muchos millones”, manifestó
La Municipalidad de Heredia financió los ¢348 millones para completar la obra. Para ello firmaron en el 2017, un convenio con el Incofer, que concedía al gobierno local la estación del ferrocarril, en carácter de permiso temporal de uso, para que el ayuntamiento realizara la restauración.
De ahí que este viernes las autoridades locales entregaran al Incofer las llaves del edificio para que se encargue a partir de ahora del mantenimiento del mismo. Sin embargo, el municipio podrá arrendar por los próximos 10 años, tres de los cuatro locales con los que cuenta la estación, esto con el fin de recuperar la inversión hecha.
“Ellos (Incofer) querían que nosotros les donáramos toda la plata, yo les dije que no. Hubo un tire y encoge fuerte (...) dijimos: 'Durante un tiempo prudencial, lo que invertimos lo recuperamos y les pasamos todo a ellos después”, expresó el alcalde herediano José Manuel Ulate.
Los espacios serían dedicados a actividades comerciales, en las cuales no se tenga que cocinar en el sitio, ya que el edificio fue declarado patrimonio histórico y arquitectónico en el 2003.
Tampoco se arrendarían los espacios a cantinas o licoreras, de acuerdo con Ulate.
Actualización
Entre los cambios más significativos que notarán los usuarios, se encuentra una nueva batería de baños. También se adicionó un parqueo para bicicletas, ubicado en el costado este del edificio, en una porción de tierra que permanecía ociosa y estaba bordeada por cadenas.
Ahí se ubicaban dos placas: una correspondiente a la administración del presidente Rafael Ángel Calderón Fournier, por la inauguración del Intertren entre Heredia y San José (1992), y otra en honor al exmandatario Óscar Arias Sánchez, por la reactivación del tren a Heredia (2009).
Mientras que en el costado oeste se ubica el andén principal, el cual cuenta con un techo para ofrecer mayor seguridad y comodidad a los usuarios.
“Esta era una zona muy degradada de la ciudad de Heredia, le garantizo que a partir de aquí se van a empezar a ver grandes cambios, eso pasa siempre que se hace una intervención de este tipo”, dijo Diego Meléndez, director del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural (CICPC).