El fin de semana largo fue aprovechado por cientos de romeros que decidieron adelantar la caminata hasta la basílica de los Ángeles, en Cartago.
Lo que para algunas personas es una caminata de fe, para otras es la oportunidad para generar dinero y así llevar sustento a sus hogares. En otros casos, es una forma de tener una entrada extra para hacerle frente a los gastos.
En el recorrido pueden verse diferentes puestos de venta de refrescos o comidas, pero conforme se acerca a la basílica, mayor es la variedad de comercio.
Uno de estos comerciantes es Juan Carlos Fuentes Mata, quien vende sus flores en la entrada al parque Jesús Jiménez, ubicado al costado norte del Mercado Municipal de Cartago. Frente a él pasan cientos de personas que van dando sus últimos pasos hacia “la Negrita”.
“Tenemos más de 14 años de estar aquí vendiendo flores. A la gente le gusta pasar a comprar flores para llevar a la Virgen de los Ángeles; como ya están tan cerca de la basílica, incluso cuando van de regreso a sus casas pasan y llevan para adornar. Les gustan mucho los colores, la variedad y que siempre están frescas. El gusto es variado algunos llevan un ramo de rosas o una sola, un ramito de pomas, girasol, gerbera... y hay variedad de precios también”, narró Fuentes.
Fuentes está en ese puesto desde las 6 a. m. hasta las 5 p. m. Los productos más vendidos son la media docena de rosas, a ¢3.000; la poma a ¢2.000, y el lirio, a ¢2.500, etc.
Si se camina un poco más, cerca de la estación del tren se ve a Freddy Quirós García, quien ofrece “agua de pipa bien fría para recuperarse del calor y seguir el último tramo”. Él tiene 40 años de vender esta fruta con regularidad en Cartago, pero para estas fechas debe pedir mayor cantidad de producto para dar abasto.
“Aquí estoy desde las 6 a. m., por donde pasan todos los romeros. Voy finalizando a las 5 p. m. aproximadamente. Para estos días debo traer entre 2.000 y 3.000 pipas que me da un proveedor desde Guápiles”, comentó.
“A la gente le gusta llevarlos solo con el coco, y como están en hielera salen bien frías. En un día normal se venden unas 200 pipas y para estos días unas 500 diarias. Me ayuda mucho para pagar “las jaranas” porque yo solo me dedico a esto. El precio de cada una es de ¢500”, añadió.
Quirós comentó que estas fechas sí son muy esperadas por su familia para tener un ingreso extra, ya que sí se cumple el dicho de “hacer el agosto” y tener mayor dinero. Indicó que las ventas comenzaron a subir desde este sábado 22 de julio, y se mantienen altas hasta aproximadamente el 3 de agosto.
Artículos religiosos no pueden faltar
Paola Coto Arias y su esposo tienen 10 años de poner su venta de artículos religiosos en Taras, a unos dos kilómetros del sitio final de la peregrinación. Allí, este matrimonio ofrece rosarios, llaveros y pulseras que ella misma diseña y elabora en el transcurso del año.
“Empezamos ayer sábado y finalizamos el 2 de agosto, únicamente vendemos artículos religiosos como rosarios, escapularios, rosarios de mano, vírgenes, medallas, botellas para el agua, entre otros”, comentó Coto.
La vendedora dijo que los artículos más buscados son los rosarios y denarios (también llamados “rosarios de pulsera). Los precios varían entre los ¢1.000 y los ¢4.500. Las botellas plásticas, con forma de la Virgen de los Ángeles, también son muy buscadas para quienes quieren llevar agua bendita a sus casas. Las pequeñas cuestan ¢800 colones y las grandes ¢1.500.
Esta vecina de Cartago manifestó que sí queda ganancia, sin embargo, ya no es tan grande como en años anteriores, porque hay más trámites, permisos, pólizas y pago de patente y de alquiler del sitio. Ella indicó que seguramente este será el último año que ella y su esposo ponen este tramo.
Jorge Luis Fernández Zúñiga tiene su negocio Mundo Épocas diagonal al depósito Las Gravilias, a 200 metros al oeste de la estación del tren. Este, dijo él, es un buen punto, porque es parte de la ruta hacia la basílica.
El negocio cambia su cara cada año desde mediados de julio. Imágenes de la Virgen, jarras, rosarios, capas, ángeles en resina, banderitas, gorras, camisetas y pañuelos alusivos a la festividad son su principal apuesta durante estos días. Además, para entrar en ambiente, tiene sonando el Himno a la Virgen de los Ángeles de forma continua.
“La gente queda contenta porque escuchan la música de la Virgen y ven los artículos que tenemos a la venta. Tratamos de poner bien bonito el localito. También alquilamos los servicios sanitarios. Son muy limpios porque los aseamos continuamente, les damos papel, toalla, jabón y gel de manos (lo alquilan a ¢350 colones por persona o a 2 personas por ¢500)”.
Para esta época tuvo que contratar personal y hay cinco trabajadores en atención al cliente.
“La venta de artículos compensa los meses malos que hay en algunas épocas del año, más con lo dura que está la situación económica, un día como hoy a las 5 a. m. ya estábamos trabajando”, manifestó.
Claudio Montoya Zúñiga de 57 años comercia frituras todos los días en Cartago. Para esta época, este vecino de El Guarco se coloca sobre la ruta principal y vende gelatinas, que dan hidratación al romero y también ayudan a aliviar el calor.
“Tengo casi 50 años de andar vendiendo. Para hoy me propuse vender cinco paquetes de 100 gelatinas. Más tarde traigo frituras cuando baje un poco el sol. Estos días se vende un poco más, hay que pulsearla porque esto está muy duro”, concluyó.
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