Esta educadora, de 35 años, vecina de Delicias, Upala, tuvo que esperar tres años para que le hicieran una mamografía, en el hospital de Liberia, Guanacaste.
Operada de ambos senos, Johana Hernández fue dada de alta hace tres años con la recomendación médica de hacerse una mamografía anualmente y un ultrasonido de mamas cada seis meses.
La mamografía se la acaban de hacer el 16 de agosto, tres años después de esperarla, y por pura casualidad.
Cuando fue ese día al hospital de Liberia para volver a preguntar por su cita logró aprovechar la ausencia de otra paciente para que le realizaran el examen.
Pero le falta el ultrasonido. Si no se lo programan pronto, está dispuesta a exigirlo a través de la Sala IV. “Me pregunto qué pasa con la vida de las mujeres que se quedan calladas, que no protestan por la prolongada espera a la que son sometidas”, cuestionó Hernández.
Según la CCSS, hay más de 15.000 mujeres en espera de una mamografía.
La CCSS asegura que en esa lista no hay mujeres sospechosas de cáncer. Estas pacientes “transitan” por una vía rápida.
Sin embargo, los hospitales públicos solo tienen 18 mamógrafos para dar abasto con una demanda amenazante: 700 enfermas nuevas de cáncer de seno y más de 200 muertes por año a causa de este mal.