Joseph Ratzinger
La euforia con la que el papa Benedicto XVI concluyó esta semana su gira por su Baviera natal, en Alemania, se vio opacada por la ira que causó en el mundo musulmán con sus comentarios sobre el islam.
Sorprendido por manifestaciones de ira de líderes musulmanes que le exigieron disculpas, pobladores que se manifestaron en su contra y hasta ataques a templos católicos, el Pontífice tuvo que emitir ayer una declaración en la que lamentó que sus palabras causaran tanta molestia.
El líder de los católicos del mundo dio a conocer ayer, a través de su secretario de Estado, una declaración en la que dijo lamentar que sus palabras causaran un malentendido y aseguró tener respeto por los musulmanes y sus creencias.
Su mensaje no bastó para aplacar la ira del mundo islámico, y el Vaticano debió reforzar la seguridad en la residencia papal de Castelgandolfo, donde hoy pronunciará el Ángelus dominical.
El Papa citó el martes a un emperador bizantino del siglo XIV que dijo que el profeta Mahoma solo había aportado “cosas malas e inhumanas”, lo que desató ira de comunidades islámicas del mundo. Incluso el rey marroquí, Mohamed VI, llamó a su embajador en el Vaticano.