El Grupo Hidroverde, interesado en desarrollar un proyecto hidroeléctrico entre las comunidades de Guácimo y Pococí, en Limón, optó por rescindir la carta de compromiso que había firmado con el ICE, desde marzo del año pasado.
Así consta en una misiva enviada desde diciembre del 2001 a la Municipalidad de Pococí y firmada por el apoderado de Hidroverde, José Benavides.
Esta información fue confirmada ayer por uno de los ingenieros que trabajó para la empresa, Orlando Coto.
De acuerdo con Coto, Hidroverde no pudo seguir con el proyecto porque tenía plazo hasta el 6 de diciembre anterior para presentar los documentos necesarios y firmar el contrato definitivo con el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).
Lo que faltaba
Entre la información que la compañía no pudo presentar ante el ICE está la aprobación del estudio de impacto ambiental, que continúa en discusión en la Secretaría Técnica Nacional Ambiental.
Para la diputada de la zona, Virginia Aguiluz, en la salida de la empresa también pudo haber influido un informe del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), que es desfavorable al proyecto.
Según consta en ese documento, para AyA "no es conveniente la ejecución y establecimiento del proyecto hidroeléctrico" porque podría afectar la cantidad y la calidad del recurso hídrico empleado para abastecer de agua potable a las comunidades aledañas.
Se intentó contactar a José Benavides y Gerardo Carmona, de Hidroverde, pero en su oficina en San José aseguraron que ambos estaban fuera del país.
Este proyecto tenía un costo de $90 millones (unos ¢31.320 millones), y pretendía generar 50 megavatios de energía.
Desde el principio, esta iniciativa tuvo la oposición de los vecinos, quienes en un plebiscito realizado en octubre pasado, en Guácimo, rechazaron la instalación de una planta hidroeléctrica.
Satisfechos
De ahí que la noticia fue recibida con satisfacción por los grupos de ambientalistas locales.
Por ejemplo, Óscar Carbonilla, del grupo de ecologistas de Guápiles, dijo sentirse satisfecho no por el cierre del proyecto, sino porque se evita la tala de bosque que proponía la empresa y se conservan los acuíferos.
Para los vecinos lo más importante era respetar la Zona Protectora de los acuíferos Guácimo y Pococí, decretada como tal desde el año 1986.
Además, según una resolución emitida en enero pasado por la Procuraduría General de la República, en estas áreas, declaradas patrimonio natural del Estado, es prohibida la tala de los bosques y solamente pueden dedicarse a la investigación, capacitación o ecoturismo.
Colaboraron Israel Oconitrillo y Neda Blanco, corresponsales.