El último caso de sarampión que registra Costa Rica se anunció este 16 de mayo de 2025, en una mujer no vacunada en Guanacaste. Este es un caso importado.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió en marzo una evaluación en la que dice que hay alto riesgo de diseminación del virus en el continente. Y este 2 de mayo emitió una alerta epidemiológica que indica que los casos subieron 11 veces si se comparan con el mismo periodo en 2024.
¿Cuál es ese riesgo para nuestro país? ¿Cuán seguros podríamos sentirnos? La Nación revisó el documento de la OPS y el protocolo del Ministerio de Salud. Además, conversó con la pediatra infectóloga María Luisa Ávila Agüero, quien ha estudiado esta enfermedad y la acción de las vacunas para contrarrestarla.
Baja vacunación aumenta riesgo de sarampión
El esquema consta de dos dosis, de acuerdo con la OPS la primera dosis eleva la protección contra el virus a un 93% y la segunda a un 97%. En Costa Rica, la primera dosis se recibe a los 15 meses y la segunda a los cuatro años.
Sin embargo, esto no es tan sencillo. Para que la inmunidad poblacional (también llamada inmunidad rebaño) contra sarampión se mantenga alta, se requiere de al menos un 95% de la población vacunada.
Esto no se cumple en Costa Rica. Los últimos datos del Ministerio de Salud señalan que, durante 2024, la primera dosis llegó al 93% de la población. La segunda dosis llegó al 87% de quienes tenían la primera. La campaña extraordinaria que se hizo el año pasado en niños menores de 10 años llegó al 90,7% de la población meta.
Estos números, aunque altos, no son suficientes, según los estándares mundiales de salud pública. Sin embargo, una revisión de campo posterior indicó que si se encontraban cercanos al 95%, aunque no los sobrepasaban.
“Los virus no reconocen fronteras y las infecciones siempre van a encontrar al no vacunado. En Costa Rica hay buenas coberturas, pero que no pasan el 95%. Esto nos lleva a mantener una alta vigilancia”, detalló Ávila.
La exministra de Salud afirmó que nuestro país está en riesgo de casos importados que, en caso de encontrarse con personas no vacunadas, podrían infectar e incluso generar brotes.
Además, los viajes constantes entre países podrían hacer que ingrese un caso importado y que desemboque en otros si encuentra personas sin vacunar.
Su principal preocupación son los menores de 15 meses, que no han podido recibir la vacuna. El riesgo de complicaciones y muertes es mayor en ellos.
Los menores no se vacunan antes porque se requiere de un sistema inmunitario más maduro para construir una respuesta contra el virus.
Soy adulto y me vacunaron de niño hace muchos años, ¿estoy a salvo?
Ávila aseguró que la mayor cantidad de adultos puede estar tranquilo de estar bien protegido. Por un lado, porque en Costa Rica la vacunación contra sarampión lleva años de ser obligatoria y por otra porque en el año 2000 se hizo una campaña de vacunación para personas entre los 15 y los 49 años, que captó a muchos adultos actuales.
Vigilancia del sarampión en Costa Rica
La situación internacional llevó al Ministerio de Salud a actualizar sus protocolos de vigilancia a inicios de marzo. Allí se establece que debe hacerse vigilancia activa y no solo pasiva, y que los médicos deben estar atentos a síntomas en quienes acudan a los centros médicos.
“Cada vez que llega un niño con fiebre y brotado, parte de lo que debe descartarse siempre es sarampión, es muy difícil que se nos escape alguno. Los médicos están entrenados para sospechar de un niño con fiebre y brotado y hacerles pruebas”, dijo Ávila.
Según el protocolo, a todo caso sospechoso se le deben tomar muestras de suero (se extrae de la sangre), hisopado nasofaríngeo (similar a la prueba de detección de covid-19) y de orina.
Estas muestras se envían al Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa), ente encargado de dar vigilancia a la enfermedad. Esta muestra debe enviarse en 24 horas o menos. El Inciensa podría solicitar una segunda muestra, de considerarla necesario.
Mientras se confirma o descarta el caso, el paciente debe permanecer aislado y tanto él como quienes estén en contacto deberán usar mascarilla.
De confirmarse el caso, se realiza una búsqueda activa del virus en las personas con las que el paciente tuvo contacto. A los contactos se les da seguimiento durante 21 días por si desarrollaran síntomas.
¿Por qué el sarampión es importante?
Muchos casos de sarampión son leves. Sin embargo, su velocidad de transmisión es muy grande, un solo infectado podría contagiar a 18 personas no vacunadas.
En una enfermedad tan contagiosa es más fácil ver complicaciones y fallecimientos. La mortalidad es mayor en niños menores de dos años y en adultos con problemas en el sistema inmunitario.
También pueden sumarse otras complicaciones como ceguera, diarrea, deshidratación, neumonía e infecciones en el oído. Además, puede provocar encefalitis (inflamación del cerebro), que puede ocasionar convulsiones, sordera o discapacidad intelectual.
Otra de las preocupaciones de la enfermedad es la llamada “amnesia inmunitaria”. Investigaciones publicadas en 2019 indican que el virus “borra” los anticuerpos que el cuerpo desarrolló contra algunas enfermedades infecciosas, lo que haría posible que la persona enfermara otra vez.