Santiago (Puriscal). Unos 30 policías del cantón de Montes de Oca despidieron ayer, en esta ciudad, a su compañero de labores José Orlando Jiménez, quien fue sepultado en el cementerio local.
Jiménez, de 54 años, tomó el martes la sede diplomática chilena en San José, molesto porque lo trasladarían de puesto, y dio muerte a tres de sus funcionarios. Posteriormente, se quitó la vida.
Amigos, parientes y gran cantidad de vecinos también se hicieron presentes a los funerales.
La misa se llevó a cabo en el templo parroquial de Santiago, el cual resultó pequeño para albergar a cientos de personas.
El oficio lo encabezó el cura párroco Marco Diego Bonilla, asistido por el vicario de la Fuerza Pública, Enrique Ceciliano.
Durante la eucaristía, Bonilla se unió al dolor de los familiares y reflexionó sobre el camino que está siguiendo la sociedad costarricense, en la que impera el materialismo y se ha olvidado al ser humano, aseveró.
Mensaje del hijo
Antes de concluir la ceremonia, Rándall Jiménez, hijo del fallecido, se dirigió a los asistentes para dar las gracias por las muestras de cariño.
Criticó a un medio escrito de comunicación que, en su edición de ayer, informó sobre la forma en que las autoridades encontraron en cuerpo de su padre dentro de la Embajada de Chile.
“A ese medio (no especificó el nombre) no le importó dar un tratamiento amarillista a la información; no le importó el dolor y la angustia de la esposa y de los hijos, que están sufriendo”, expresó Rándall Jiménez.
Agregó: “Señores de la prensa, por favor, que esto sirva de ejemplo para llevar las cosas de una manera mesurada pensando en la gente que está detrás de todo esto. ¡Orlando Jiménez, mi padre, no era un criminal!”
Reitera disculpas
Asimismo, el joven reiteró las disculpas a Chile.
“Damos al pueblo chileno nuestras condolencias porque estamos sintiendo el mismo dolor”.
Luego retomó el tema de la prensa y dijo: “Ustedes tienen en sus manos las herramientas necesarias para mostrar que Orlando Jiménez fue buen vecino, padre, esposo… Muéstrenlo enseñando que un hijo del cantón de Puriscal está siendo recordado por toda su vida y no por un instante”.
Entre la comitiva de miembros de la Policía de Proximidad de Montes de Oca que vinieron a despedir a Jiménez se podía escuchar cómo los excompañeros hablaban entre ellos sobre la bondad de Jiménez y la sorpresa que les produjo su actuación del martes.
Una versión similar sobre el policía la dio Olga Acuña, presidenta del concejo municipal de la localidad, quien recordó a Jiménez como un hombre de bien.