La Asamblea Legislativa aprobó, este martes, una moción en la que condenaron la agresión militar desplegada contra Ucrania por la Federación de Rusia, liderada por Vladimir Putin, desde el 24 de febrero pasado.
La condena a la agresión internacional tuvo el apoyo de 36 diputados, mientras que solamente dos votaron en contra: Wálter Muñoz y Patricia Villegas, del Partido Integración Nacional (PIN).
Los legisladores costarricenses apelaron a la más firme observancia de la Carta de las Naciones Unidas y al cese inmediato de toda hostilidad que atente contra la soberanía e integridad territorial de Ucrania y la vida de sus habitantes.
“La campaña bélica rusa en Ucrania constituye una flagrante violación al derecho internacional y atenta contra la paz y seguridad internacional”, dice la moción.
La Asamblea Legislativa también hizo un llamado a restablecer el diálogo y la concordia, así como a buscar un entendimiento pacífico que ponga fin a toda agresión hacia el pueblo ucraniano.
Los diputados instaron al Gobierno de Costa Rica para que denuncie, en todas las instancias y foros internacionales, los “actos barbáricos que hoy se ciernen sobre el territorio de Ucrania y su nación”.
Los votos a favor de la iniciativa fueron estos:
PLN: Luis Antonio Aiza, Carlos Ricardo Benavides, Luis Fernando Chacón, María José Corrales, Ana Lucía Delgado, Jorge Fonseca, David Gourzong, Silvia Hernández, Yorleni León, Aida Montiel, Roberto Thompson, Paola Valladares y Gustavo Viales.
PAC: Luis Ramón Carranza, Mario Castillo, Laura Guido, Carolina Hidalgo, Catalina Montero, Víctor Morales Mora, Nielsen Pérez y Enrique Sánchez.
PUSC: Pablo Abarca, Óscar Cascante y José María Guevara.
PRN: Carlos Avendaño y Xiomara Rodríguez.
PRSC: Otto Roberto Vargas.
Frente Amplio: José María Villalta.
Bloque Nueva República: Ignacio Alpízar, Nidia Céspedes, Harllan Hoepelman y Jonathan Prendas.
Independientes: Dragos Dolanescu, Shirley Díaz, Paola Vega y Edgar Jovel Álvarez.
Aunque estuvieron en el plenario antes de que se discutiera la moción, se ausentaron de la votación Mileyde Alvarado y Giovanni Gómez, de Restauración; Marolin Azofeifa y Carmen Chan, del bloque Nueva República; Wagner Jiménez, del PLN; Erwen Masís, Pedro Muñoz y Aracelly Salas, del PUSC, y el independiente Erick Rodríguez Steller.
Como proponente de la moción de condena a las acciones de Putin, el socialcristiano Pablo Abarca aseguró que una democracia consolidada como la de Costa Rica, “que cree en los valores del diálogo, del respeto a la soberanía, no puede quedarse callada”.
“Una cosa es la neutralidad y otra cosa es la tibieza. En este caso, no cabe la tibieza ante una campaña faraónica para invadir un pueblo hermano y ha significado un gran dolor, que va a impactar el mundo.
“Desde estas curules podemos hacer esta protesta en un sentido nostálgico y desde la vehemencia de pedir un alto a la violencia, pedir respeto a la institucionalidad y la idiosincracia de los pueblos”, puntualizó Abarca.
La independiente Paola Vega apoyó la moción, porque calificó como importante que el Congreso costarricense se manifieste contra la violación del derecho internacional que realiza Putin y la amenaza a los pueblos, que son los que terminan pagando la guerra.
No obstante, también condenó “la política poco estratégica y poco diplomática que la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) ha mantenido en detrimento de los pueblos y en defensa de intereses más particulares que globales”.
Además, Vega aseguró que la solidaridad con los pueblos agredidos debe darse todos los días, ante todos los actos de violencia. “Siempre resiento en estas mociones que no todos los días esta Asamblea se levante a vociferar por el pueblo palestino”, cuestionó.
Wálter Muñoz adujo que, aunque el PIN comparte el fondo de la condena contra la agresión de Putin, él y Patricia Villegas votaron en contra porque promueven otra en que defienden la posición de neutralidad que proclamó Costa Rica durante el gobierno de Luis Alberto Monge (1982-1986).
Alegó que ellos están a favor de que no continúe el conflicto, pero que el país debe sacar desde la diplomacia parlamentaria una posición que vaya “en la posición correcta”.