Varios economistas lanzaron una serie de observaciones, advertencias y recomendaciones a los diputados de la Comisión de Asuntos Económicos de la Asamblea Legislativa, quienes tramitan el proyecto de ley para autorizar los eurobonos.
En una reunión de casi dos horas, explicaron las bondades y riesgos de la colocación de los títulos valores de deuda costarricense en el mercado internacional, tanto en el corto como en el largo plazo.
Adicionalmente, el ministro de Hacienda, Nogui Acosta, presentó un panorama sumamente complicado para que el gobierno logre el financiamiento necesario, tanto para pagar compromisos de deuda como para el gasto corriente.
Allan Chinchilla, invitado por la diputada Olga Morera, de Nueva República, alabó el instrumento de los eurobonos como muy favorable, por la diversidad de inversionistas que se puede hallar en el mercado internacional frente al interno. También dijo que si Costa Rica sale, deja de presionar el mercado nacional y disminuye la presión en las tasas de interés.
Eso sí, Chinchilla manifestó que es necesario ir a plazos mucho más allá de los cinco años, para no presionar de nuevo las finanzas públicas con vencimientos de tan corto plazo, sino pensar a 10 años.
“Es mejor aprovechar para tener bastante liquidez, mayor confianza y una mejor expectativa en el tipo de cambio y la inflación”, apuntó y dijo que es mejor autorizar de una vez la colocación de $6.000 millones y no obligar a Hacienda a pedir la autorización legislativa en varias partes.
Aumento del 15% en la deuda
Fernando Naranjo, exministro de Hacienda, cuestionó los criterios de los demás economistas, pues dijo que es preocupante que la solución sea endeudarse más y luego, como en la crisis de los años 1980, el país no tenga con qué pagar.
“No sé si están conscientes de que los eurobonos implican un aumento bruto en la deuda pública del 15%. Eso tendría implicaciones hacia abajo para las evaluaciones de las calificadoras de riesgo. Hemos ganado un poquitico, pero una autorización por $6.000 millones me asusta, porque implicaría un downgrade en la clasificación”, dijo Naranjo.
Agregó que las calificadoras no van a ver un país dispuesto a recortar el gasto o que ha venido haciendo un esfuerzo de mejoramiento en la Hacienda Pública, sino que de pronto, “muy fácil, resuelve el problema emitiendo bonos en mercados internacionales”.
“Me llama mucho la atención el criterio de ustedes, porque ven el fenómeno de endeudamiento externo en el corto plazo. Yo, como catedrático, siempre tuve que enseñar que la deuda externa tiene beneficios de corto plazo y perjuicios de largo plazo. Yo soy partidario del endeudamiento cuando aumenta la capacidad de riqueza en el país, con carreteras, aeropuertos, pero ¿para pagar salarios y pensiones? ¡Ay, Dios mío!”, exclamó.
Para finalizar, Naranjo dijo que una decisión de este tipo es muy técnica, y no se puede improvisar: “No es una cuestión de decisión política. Mi consejo es que esta decisión vaya acompañada de mucho asesoramiento internacional”.
Este jueves, temprano, el presidente de la Asamblea, Rodrigo Arias, apuntó que el ambiente político en el Congreso no apunta a más que una autorización inicial de $1.500 millones, mientras varias bancadas exigen un compromiso claro con el recorte del gasto público.
‘Todos deberían estar de acuerdo’
Por su parte, Boris Segura, economista invitado por la liberacionista Montserrat Ruiz, dijo que “todos deben estar de acuerdo en emitir eurobonos”, cuando el país ha perdido $800 millones en reservas y hay que reponerlas.
También manifestó que la colocación externa reduce la presión en las tasas nacionales, porque si se pone el Gobierno a emitir deuda acá, las tasas “se van para arriba”.
Segura cuestionó la intención, en el proyecto, de crear una “comisión ejecutiva de calificación y selección”, cuando esa es una labor que le corresponde a la Dirección de Crédito Público. “Por favor, que los dejen hacer su trabajo”, enfatizó.
En la misma línea a favor de los eurobonos, con una emisión grande autorizada de una vez, se manifestó Vidal Villalobos, invitado por la diputada María Marta Carballo, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC).
Él hizo un llamado a buscar alternativas adicionales, pero también a aprovechar el buen momento que vive Costa Rica en resultados fiscales, cuando “el déficit primario se ha reducido e incluso presenta un superávit del 0,8%, y el déficit financiero está en el 4%”.
Villalobos refirió que los eurobonos ticos tuvieron mejor situación frente a los de otros países, con caídas menores en sus rendimientos y mucho mejor recuperación.
Frente a ese panorama halagüeño y favorable para los eurobonos, el exministro de Hacienda Fernando Naranjo planteó que, sin experiencia en el mundo bursátil, quedó muy preocupado por el panorama planteado por el ministro Acosta.
En síntesis, el ministro dijo que el país tiene altas concentraciones de vencimientos de deuda entre el 2023 y el 2027, porque cada año, en promedio, tienen que recoger un 10% del producto interno bruto solo para pagar deuda, con un mercado local demasiado pequeño para captar lo necesario.
El saldo de la deuda, a junio del 2022, es de ¢29 billones, con $11.444 millones (¢7 billones) por pagar en los próximos cinco años, tanto en deuda interna como externa.
“Si no tenemos salida al mercado internacional, todo eso lo vamos a tener que recoger acá, sea en colones o dólares. Lo que no podamos captar, lo vamos a tener que pedir al Banco Central”, puntualizó Acosta.
Añadió el ministro que ya las tasas subieron sin que Hacienda haya ido a captar, porque el Gobierno está frenando la captación en mercado nacional, dándoles tiempo a los diputados para que tomen una decisión sobre los eurobonos.
“Hemos ido agotando flujo de caja para tratar de no presionar las tasas de interés, para no crear un crecimiento adicional. La preocupación es que Hacienda se ha mantenido sin captar, pero en la próxima subasta vamos a tener que reconstituir flujo de caja”, explicó Nogui Acosta.
Añadió que la experiencia, tanto con la emisión del 2012 en eurobonos como con la del 2019, es que permitió bajar las tasas de interés en 400 puntos base (4 puntos porcentuales) y ese es el efecto que se busca ahora para el mercado local.
El ministro finalizó advirtiendo de que, de no aprobar eurobonos, la relación entre deuda y PIB en el país sería, para el 2032, de un 84%, mientras que, con eurobonos aprobados, podría quedar en un 50%.