Han pasado seis meses desde que los diputados aprobaron entregar el dinero del Régimen Obligatorio de Pensiones Complementarias (ROP) en un solo giro o en unos pocos, y la evidencia científica señala que “no pareciera prudente” permitir a los afiliados acceder al monto completo de su fondo.
¿La razón? “Hay una altísima posibilidad de que este (dinero) se gaste en menos de tres años, sin que represente un aporte significativo para mejorar la calidad de vida de sus dueños; es decir, sería —en el mejor de los casos— una solución cortoplacista con efectos desfavorables en el largo plazo”.
Así lo constata una encuesta contratada por la Superintendencia de Pensiones (Supén) a la empresa de investigación de mercados, XLTec, con base en entrevistas a 423 personas que retiraron el ROP, en un solo desembolso, entre enero de 2011 y el 30 de junio de 2020.
El grupo fue entrevistado telefónicamente entre el 28 de agosto y el 11 de setiembre de 2020. La muestra excluyó a quienes retiraron menos de ¢100.000, pues incluir beneficiarios con un monto tan bajo podría generar un efecto de sesgo en los resultados del estudio.
La encuesta tiene un margen de error del 5% a nivel general.
La medición reveló que el 53% de quienes que recibieron la totalidad de su pensión complementaria, en los últimos diez años, ya no tenían dinero alguno del ROP al momento de la entrevista. El 45% consumió el dinero en menos de tres años.
A un 14% le queda menos de la mitad del dinero y un porcentaje similar dispone de menos de tres cuartas partes del fondo.
Solo un 11,6% dijo tener todo el dinero disponible, cifra que aumenta hasta un 21% entre las personas con mayores ingresos, quienes percibieron un ROP superior a los ¢5 millones.
En cambio, el porcentaje de personas que ya se quedó sin nada alcanza hasta un 68% en los grupos de menos ingresos: los que recibieron menos de ¢5 millones.
En menos de tres años
Entre los que ya habían agotado los recursos, se consultó cuánto tiempo les duraron y a más de un 85% el dinero le duró menos de tres años.
Ese grupo se distribuye así: el 53,9% consumió el dinero en menos de un año y el 31,5% en menos de tres.
El resto lo gastó de la siguiente manera: el 5,9% en menos de cinco años, el 1,8% en menos de siete años, el 0,5% en menos de 10 años y el resto no sabía.
Todo ello cuando la esperanza de vida al nacer en Costa Rica fue de 80,6 años en el 2020, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Según la indagación, apurar la entrega del ROP resulta contrario al objetivo que originó la creación de este complemento a la pensión básica: proteger a los afiliados, fortalecer sus prestaciones y, con ello, llevar bienestar a los adultos mayores en la etapa más vulnerable de la vida: la vejez.
“Se puede concluir contundentemente, a partir de este estudio que, para una porción importante de afiliados, haber entregado el ROP en su totalidad no ha resultado en una mayor protección para la vejez”, dice el estudio.
La población más afectada
Una parte importante de quienes recibieron el ROP en un solo desembolso no lo administró para mejorar la economía del hogar a largo plazo, sino que lo usó en la cotidianidad, hasta gastarlo en poco tiempo.
Por un lado, están quienes viven en un hogar con mejor condición económica, pues cuentan con mayor escolaridad y menor edad. Ellos tenían otros ahorros o ingresos al pensionarse, se jubilaron del sector público y pertenecen a un régimen distinto al de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Por otro lado, se ubican las personas a quienes apenas les alcanza para vivir o viven con privaciones y son mayores de 70 años. Ellos tienen menor escolaridad, no contaban con ahorros al retirarse, se jubilaron del sector privado y pertenecen al IVM.
Para este último grupo, el deseo de acceder a un dinero acumularon a lo largo de su vida laboral resultó en una trampa, porque fueron quienes recibieron menos y lo gastaron más rápido, reveló el estudio.
De hecho, añadió la investigación, quienes más usaron el ROP en “gastos del día a día” fueron personas mayores de 70 años en una situación económica “más vulnerable”.
Entonces, la entrega de los recursos significó un “círculo virtuoso” para los más favorecidos y un “círculo vicioso” para los más pobres.
“Peor aún, quienes sí lo han administrado de una mejor manera tienden a ser aquellas personas que ya, de por sí, cuentan con una situación económica positiva y que, posiblemente por su mayor nivel educativo, son más conscientes y conocedoras de cómo invertir dinero para generar ganancias a partir del mismo”.
“Y es que, además, muchos de estos pensionados coinciden en el segmento que recibió montos más altos, de manera que se vuelve un círculo virtuoso para las personas mejor acomodadas económicamente seguir generando dinero; pero poco virtuoso para quienes ganan menos, tienen menor nivel de escolaridad y lo que hacen es gastar lo que tienen, tanto por necesidad como —posiblemente— por desconocimiento de cómo producir más dinero a partir del capital disponible”, advierte la indagación.
El argumento de los políticos que pujaron por que se agilizara la entrega del ROP fue que las personas más vulnerables eran tratadas como “ciudadanos de segunda categoría” por un Estado que no les daba la opción de retirar el 100% de su pensión complementaria.
¿Quiénes lo retiraron y de cuánto dinero se trata?
Las personas encuestadas recibieron el ROP antes de que la Asamblea Legislativa aprobara la reforma para agilizar el giro de esos recursos a distintos grupos de afiliados, a finales de setiembre de 2020.
Antes de esa fecha, el sistema solo permitía a los afiliados retirar la totalidad del ROP si su jubilación complementaria no superaba el 10% de su pensión básica.
Esa fórmula admitía que pudieran llevarse el ROP en un solo tracto las personas con las pensiones más altas, así como personas con bajos ingresos y fondos de pensiones complementarias muy poco representativos.
De los entrevistados, un 43% laboró para el sector público y un 57%, para el privado.
El 88,4% pertenecía al IVM de la CCSS, el 7,6% al régimen del Magisterio Nacional y el 4% a otros regímenes.
De la población del estudio, el 67,4% son hombres y el 32,6% mujeres. O sea, dos de cada tres son hombres.
La edad promedio es de 66 años. Del total, el 80% se encuentra entre los 61 y los 70 años.
Recibieron el ROP de la siguiente manera:
-El 31,9% obtuvo ¢5 millones o más}
-El 35,5%, entre ¢1 millón y ¢5 millones
-El 14,9%, de ¢500.000 a ¢1 millón
-El 17,7%, de ¢100.000 a ¢500.000.
¿En qué lo usaron? En los primeros usos, están arreglos en el hogar y atención de apuros diarios.
En un tercer peldaño, se ubican el pago de deudas y, posteriormente, gastos médicos, entre otros usos.
“Las personas que recibieron ¢5 millones o más se pudieron permitir, en mayor proporción, comprar carro (de trabajo o para la familia), viajar, pasear, apoyar a familiares o darles herencia y pagar la educación de hijos o nietos”, revela la indagación.
Uno de los resultados que más llamó la atención fue la respuesta a la pregunta de “¿qué hubieran hecho si hubieran tenido la oportunidad de elegir entre retirar la totalidad del ROP o dejarlo para que se les entregara en cuotas mensuales, como ingreso adicional a la pensión?”.
Los más necesitados habrían preferido ahorrarlo
Aunque tres cuartas partes respondieron que habrían escogido retirarlo todo, un 32% de aquellos a quienes el dinero apenas les alcanza para sobrevivir, hubiera preferido acumularlo.
“Conforme mayor el monto, más personas hubieran escogido retirarlo completo (85% entre quienes recibieron 5 millones de colones o más y 68% para aquellos con 500 mil colones o menos); y por régimen, 27% de las personas de la CCSS los hubieran dejado para recibir cuotas mensuales, dato que no llega a 7% en los otros regímenes.
“Lo anterior muestra que una parte de las personas con más limitaciones económicas valorarían recibir algún dinero adicional del ROPC todos los meses, aun si el monto fuera bajo”, destaca la encuesta.
Además, “un rotundo 96% de los entrevistados, basados en su experiencia como pensionados, recomendarían a las personas trabajadoras tratar de contar con ingresos adicionales que les ayuden a mejorar su economía durante la jubilación o retiro”.
La principal sugerencia por parte de los entrevistados es suscribir una pensión voluntaria u otro tipo de ahorro, ya sea en un bancos o personal. También aconsejan dedicarse a un negocio propio.
Muchos todavía trabajan
A pesar de que compartir con la familia es la principal actividad que realizan los encuestados, el 29% aún trabaja; la mitad de ellos porque necesitan dinero, y el resto por ocupar la mente o sentirse útiles.
“Contrario a lo que se podría pensar, conforme mayor es la edad, más personas dicen trabajar, pasando de 15% en menores de 61 años a 36% en mayores de 70 años.
“Este último grupo, por otro lado, significativamente viaja y pasea menos y también a mayor edad baja el porcentaje de personas que dicen compartir con la familia.
“El nivel educativo impacta en la proporción de personas que viajan y pasean (pasa de 13% en primaria o menos a 31% en universidad o más), al igual que la situación económica del hogar, como sería de esperar. Y las personas que no trabajan en mayor medida pasan tiempo con la familia, viajan-pasean y se dedican a otros pasatiempos”, explica la investigación.
Cuantía, usos y tiempo de 'vida' del ROP
FUENTE: SUPÉN || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.
¿Quiénes retiraron el ROP?
FUENTE: Supén || / LA NACIÓN.
¿De dónde vienen?
FUENTE: Supén || / LA NACIÓN.
Contraste: aceptan que el ROP es necesario, pero lo volverían a retirar
FUENTE: SUPÉN || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.
Cuantía, usos y tiempo de 'vida' del ROP
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