El director ejecutivo de Grupo Nación, Pedro Abreu, afirmó que el patrimonio de la compañía supera por mucho el valor de los bonos emitidos por la empresa entre el 2013 y 2014 por ¢39.000 millones, los cuales fueron adquiridos por diversos inversionistas. La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y su operadora de pensiones invirtieron ¢2.950 millones y ¢750 millones, respectivamente.
Los intereses se han pagado puntualmente a cada tenedor de bono, como reconoció el propio presidente de la CCSS, Álvaro Ramos.
Ya se pagaron ¢18.000 millones correspondientes a los bonos que vencían en el 2018 y el 2019; se dispone de ¢10.000 millones para devolver en el 2024 y, para la tercera emisión que expira dentro de tres años, en el 2025, solo faltan ¢9.015 millones.
Abreu dijo no entender la preocupación de los jerarcas del Gobierno, pero si esta obedece a la incursión de Grupo Nación en un proyecto inmobiliario en terrenos de Tibás, mencionó que el patrimonio de la compañía es mucho más amplio que esas propiedades.
— El presidente de la República y el presidente de la Caja, Álvaro Ramos, se refirieron a los bonos emitidos por La Nación que fueron adquiridos años atrás por la CCSS. ¿Nos puede contar cómo se produjo esa emisión y cómo la Caja llegó a ser uno de los inversionistas?
— Todo eso está en la memoria que publicamos todos los años y se puede encontrar en nuestra página web. Hemos venido pagando tanto los intereses como el principal, todos los años, como corresponde, a tiempo.
“El bono es un instrumento que la Sugeval (Superintendencia General de Valores) permite a las empresas que cotizan en bolsa, las empresas públicas. La principal razón de esta deuda fue hacer la inversión en Parque Viva. Se invirtió un poco más de $50 millones, todo esto es público.
“En este momento, del total de los préstamos, nosotros tenemos el 72% de la plata en recursos líquidos o en algunas inversiones. Entonces, solo nos falta el restante 28%; ya tenemos la totalidad de los bonos de vencimiento de 2024 y solo falta el 28% de los demás. Entonces, vamos por buen camino, todavía nos faltan tres años más y si quisiéramos, podríamos financiar esa deuda.
“Tenemos los activos suficientes para hacerle frente, o sea, no solo contamos con la propiedad en Tibás, sino que tenemos la propiedad de Parque Viva, una propiedad que está en Zurquí, de 15 hectáreas, y los negocios siguen generando flujo de caja positivo, así que no tenemos ninguna preocupación en ese sentido”.
— ¿Cuántos inversionistas participaron o la Caja es el único?
— No. ¿Eso cómo funciona? Nosotros vamos a un puesto de bolsa, les decimos que queremos estructurar una deuda y ellos van a buscar a quiénes les gustaría colocar esa plata. Cuando emitimos estos bonos, nosotros no sabemos quiénes son los tenedores. Por eso, incluso, la Caja y otros tenedores hablan con la Sugeval, porque es la Sugeval el ente regulador. Los intereses los pagamos a un intermediario y es ese intermediario quien le paga a los tenedores de bonos.
“Los tenedores de bonos pueden vender en el mercado secundario. Si yo soy un tenedor de un bono de La Nación, yo puedo ir y vendérselo a un tercero. No tengo obligación de dejarme el bono para siempre. Ahorita el bono está pagando una tasa de interés del 8% en colones e, incluso, en el mercado secundario, las ofertas están por encima del TAR, eso quiere decir que están por encima del valor original con que el bono fue emitido.
“Nosotros no sabemos quiénes son los tenedores de bonos, para serle completamente honesto. Nosotros lo descubrimos, hace algunos años, cuando hubo una publicación de no me acuerdo qué medio, que dijo que algunos bonos los tenían entidades de gobierno pero eso es algo que nosotros no sabemos cuando emitimos los bonos”.
— Hay dos conceptos: una cosa es la devolución del capital y otra el pago de los intereses. ¿En algún momento no se les ha pagado los intereses a los inversionistas?
— No, siempre se han pagado los intereses puntualmente, desde que comenzó La Nación en 1946.
— La devolución de capital es un pacto según el cual, al cumplirse cierto periodo de pago de intereses, se devuelve el capital...
— Es correcto. Se pagan los intereses; durante el camino, no se hacen amortizaciones y se paga el principal al final.
— Aquí es donde usted nos menciona que el capital de la segunda emisión ya está listo, aunque vence en 2024.
— Es correcto. Ya contamos con todos los recursos para hacerle frente al vencimiento del 2024.
— El Presidente de la República y el jerarca de la Caja dicen que a ellos les preocupa que vieron un hecho relevante de que las propiedades de Llorente de Tibás fueron puestas en un fideicomiso para otro proyecto empresarial.
— Tibás es el segundo cantón más populoso del país. Tener cinco hectáreas en un cantón como Tibás es un gran activo con el que contamos nosotros. Estamos en espera de la ampliación de la ruta 32. Esa ruta es muy importante para el país; estamos hablando de que la Circunvalación norte muy pronto va a estar lista.
“Cuando nosotros empezamos a incursionar en el modelo de desarrollo inmobiliario, nos damos cuenta de que muchas empresas multinacionales ven Tibás con muy buenos ojos, por lo que he mencionado, y les gustaría tener oficinas en Tibás.
“Evaluamos diferentes modelos con diferentes desarrolladores. Escogimos a Portafolio Inmobiliario como nuestro socio, porque creemos que es uno de los desarrolladores más importantes del país, con proyectos muy conocidos como Avenida Escazú y Escazú Village. Yo creo que todos conocen a Portafolio Inmobiliario. El modelo de ellos nos gustó mucho, donde cada uno aporta. Es un codesarrollo utilizando el modelo de fideicomiso.
“En el caso nuestro, aportamos la tierra y ellos aportan su conocimiento como desarrolladores y aportan efectivo para desarrollar.
“Venimos valorando el proyecto inmobiliario desde hace muchísimos años y ya en 2020 logramos firmar el fideicomiso. El fideicomiso es como marcar la cancha o poner las reglas del juego. En realidad, nosotros no hemos traspasado nuestras propiedades al fideicomiso.
“El acuerdo que tenemos con Portafolio Inmobiliario es que eso se va a hacer hasta que tengamos todos los permisos y estemos listos para desarrollar. Y eso no ha sucedido. Ahorita lo que nos está atrasando es la disponibilidad de agua. AyA no está dando los permisos para el desarrollo y eso está frenando, no solo a nosotros, sino el desarrollo en general en el país.
“Este es un proyecto con un potencial enorme. Podría alcanzar un valor de hasta $200 millones y lo más interesante es que nosotros no tenemos que aportar flujo de caja, por el modelo que tenemos con Portafolio. Entonces, en realidad no entendemos cuál es la preocupación con el fideicomiso. En todo caso, nuestro balance se va a fortalecer cuando desarrollemos un edificio de estos en el corto plazo, porque vamos a agregar muchísimo valor al patrimonio de la empresa”.
— ¿Es algo que se divulgó públicamente porque es obligación hacerlo?
— Sí, nosotros, al ser una empresa pública que cotiza en bolsa, cuando comenzamos a comprar las propiedades hicimos hechos relevantes privados a la Sugeval y, una vez que estábamos listos para firmar el fideicomiso, hicimos un hecho relevante público. Eso fue en 2020, con toda la transparencia del caso.
“Pero nosotros estamos muy orgullosos de haber firmado el fideicomiso y muy optimistas de lo que puede significar eso no solo para los accionistas, sino para la empresa en general y todos los involucrados: empleados, accionistas, tenedores, deudores, entre otros, porque es un proyecto muy relevante y de mucha importancia, incluso para el país”.
— ¿Las propiedades no son una especie de garantía para la emisión de bonos como sucede en un crédito hipotecario?
— Nosotros no tenemos nada en garantía para los bonos excepto nuestro patrimonio como empresa. Ahora, si la preocupación está por ahí, tenemos muchísimas propiedades. Estamos hablando de las cinco hectáreas de Tibás, pero tenemos 35 hectáreas en La Guácima y, en esas 35 hectáreas, tenemos edificios por $30 millones. Estamos hablando de que la deuda restante, ese 28% que le mencioné, podría andar ahorita entre $8 millones y $9 millones, depende del tipo de cambio; entonces, en garantías, tenemos más que suficientes.
“Hay un número que se hace en la jerga financiera, que es la razón de endeudamiento. Nosotros estamos en una relación de 1 a 2 de deuda contra patrimonio y, para 2024, vamos a estar en una relación de 1 a 4 de deuda contra patrimonio, lo cual es muy bueno. Entonces, tenemos suficientes activos para poner en garantía y la propiedad en Tibás no es el único activo que tenemos. Pero igual, al ponerlo en el fideicomiso, lo que está en garantía es nuestro patrimonio, no son las propiedades.
“En efectivo tenemos, que es muy importante, el 72% de la deuda total. El monto restante que nos falta por conseguir, que hay que tomar en cuenta eso, que todavía falta mucho tiempo, es solo el 28%, que ronda entre $8 millones y $9 millones. A medida de que vayamos generando flujo en los próximos años, ese número va a empezar a decrecer.
“Otra cosa muy importante: se habla de que La Nación solo arrastra pérdidas. Es muy importante hacer la distinción entre pérdida contable y generación de flujo de caja. Nosotros estamos arrastrando pérdidas contables, es cierto, pero estamos generando flujo de caja. Esto quiere decir que, entre la operación y las inversiones financieras, estamos generando flujo de caja suficiente para pagar la deuda, para pagar todos los intereses, para pagar todas las inversiones y, además, estamos ahorrando para hacerle frente a los vencimientos del futuro. Eso se puede ver en nuestros estados financieros, que son públicos.
“Parque Viva ha estado parado por dos años (por la pandemia). Entonces, los números que hemos estado mostrando, donde el flujo de caja ha sido positivo, son con Parque Viva cerrado. Desde marzo de 2022, Parque Viva está funcionando, va a empezar a generar flujo de caja y va a empezar a aportar a ese flujo que ya estábamos generando. Entonces, los números de este año se van a ver mucho mejor que los del año pasado. Creemos que esa va a ser la tendencia de aquí al 2025.
“Otro punto importante es que, en cuanto a bienes raíces, tenemos, actualmente, 5.700 metros cuadrados disponibles para alquilar, sin el acuerdo con Portafolio. Y el acuerdo con la desarrolladora es que, mientras no se haga un edificio encima de los edificios que tenemos actualmente, nosotros podemos seguir alquilando y recibir el beneficio de ese alquiler. Entonces, es un potencial todavía bastante grande.
“Tenemos la oportunidad con Parque Viva y hemos visto una recuperación con los medios, luego de dos años de pandemia donde estuvimos muy golpeados todos, no solo la industria nuestra, sino el país y el mundo en general. Estamos muy optimistas de que, si pudimos hacerle frente y generar flujo de caja en los dos años de pandemia, en este 2022 y años siguientes la expectativa es que estos números mejoren.
— El Grupo ha tenido que adaptarse a los fuertes cambios de la industria periodística. ¿El objetivo es seguir manteniendo el ejercicio del periodismo en el país?
— Sí, por supuesto. Nuestra misión, la misión por la cual fue fundada la empresa, es por La Nación, por cumplir un rol importante en el país y eso se mantiene. Pero lo que nos va a generar los ingresos más importantes a futuro viene de otras fuentes. Así que, en resumen, es eso. Le vemos más potencial de generación de flujo de caja a las apuestas inmobiliarias que a los medios, en este momento. Creo que es algo natural, que es muy fácil de entender por la situación que se ha presentado en la industria, en donde Google y Facebook se han comido un 70% del pastel publicitario global.