Concretar la adhesión de Costa Rica y Ecuador a la Alianza del Pacífico, es una de las acciones prioritarias que impulsará ese bloque económico durante el próximo año. Así lo aseguró la mandataria peruana Dina Boluarte Zegarr, al asumir la presidencia pro tempore del grupo, que también integran Chile, Colombia y México.
Desde el 20 de octubre del 2022, los cuatro países dieron el aval a Costa Rica para iniciar el proceso de adhesión a ese organismo; sin embargo, no se han dado avances al respecto debido a la crisis política que enfrentó Perú.
“Promoveremos la ampliación del mecanismo de integración, a través de la atención prioritaria a la adhesión de nuevos miembros, comenzando por Costa Rica y Ecuador, países hermanos que comparten los objetivos fundacionales de la Alianza del Pacífico y cuyo ingreso fortalecerá al bloque”, afirmó la jefa de Estado.
Perú recibió la presidencia de ese mecanismo desde el 1.° de agosto, de manos de Chile. No obstante, fue hasta el pasado viernes 11 que se realizó la ceremonia de presentación, a la cual asistió el canciller nacional, Arnoldo André Tinoco.
“Costa Rica cumple ya con todos los requisitos de forma y fondo para llegar a ser miembro de esta importante Alianza. Costa Rica reafirma su deseo de llegar a convertirse en miembro pleno de la Alianza del Pacífico, siendo que ese paso, sin duda modernizará el marco jurídico que rige nuestro intercambio y generará más oportunidades de prosperidad para nuestros pueblos”, expresó Tinoco.
El jefe de la diplomacia costarricense también manifestó que la Alianza “es el espacio por excelencia en nuestra región, para crear redes de trabajo y acceder a nuevos mercados”.
Este grupo representa el 41% del producto interno bruto (PIB) de América Latina, con un mercado de más de 230 millones de personas, según informó la agencia de noticias AFP.
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Turbulento rumbo hacia la adhesión
Costa Rica expresó, en julio del 2022, sus intenciones formales de integrarse al grupo. El 20 de octubre de ese mismo, los cuatro países miembros dieran el aval a Costa Rica para iniciar el proceso de adhesión. Sin embargo, desde entonces poco se ha avanzado.
El principal obstáculo fue la destitución y posterior arresto del expresidente de Perú, Pedro Castillo, el 7 de diciembre del año anterior, luego de anunciar sus intenciones de disolver el Congreso de su país e instaurar un gobierno de emergencia excepcional.
Dina Boluarte, quien en aquel momento ocupaba la vicepresidencia, denunció el “golpe de Estado” y asumió las riendas de esa nación sudamericana.
La turbulenta situación política tuvo efectos a lo interno de la Alianza, puesto que Perú debía asumir la presidencia pro tempore desde enero, pero México, quien presidía el grupo en ese momento, se rehusó a proceder con el traslado.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, se negó a reconocer a Boluarte como presidenta legítima y la calificó de “usurpadora”. Por su parte, Perú respondió declarando como “persona non grata” al líder azteca.
Para salir de esa parálisis, el grupo acordó que Chile asumiría la presidencia el 28 de junio, de manera temporal por un mes, para posteriormente traspasarla a Perú, como al final ocurrió.
“Nosotros siempre hemos reconocido el derecho que le corresponde al Perú para ejercer la presidencia pro tempore y es en ese espíritu que hemos asumido la responsabilidad de actuar como intermediarios para poder resolver esta situación”, expresó Alberto van Klaveren, ministro de Relaciones Exteriores chileno.
La presidencia pro tempore de la Alianza es ejercida por cada uno de los países miembros, en orden alfabético, por períodos anuales.
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