Los diputados aprobaron en primer debate, este lunes, un proyecto de ley que intenta combatir la contaminación por plásticos al prohibir las pajillas en todo el país y al obligar a los comercios a que pongan recipientes para que sus clientes depositen allí los plásticos de un solo uso.
Se trata de la versión ‘light’ del expediente legislativo 20.985, del diputado socialcristiano Erwen Masís, plan que durante su trámite en comisión llegó a tener medidas más fuertes contra el uso de plásticos, pero que en la Comisión de Ambiente resultó debilitado.
La iniciativa contó con el voto favorable de 45 legisladores, mientras que uno solo estuvo en contra: el independiente Erick Rodríguez Steller. El segundo debate quedó previsto para el próximo 31 de octubre.
En su versión actual, el proyecto permite que por tres años, los empaques de jugos sigan teniendo pajillas, y a los productores, importadores o distribuidores de botellas se les obliga a cumplir varios lineamientos para su producción.
Por ejemplo, pueden fabricar sus botellas con un porcentaje de resina reciclada, o bien generar programas de reciclaje de sus productos, hacer plásticos que generen menos residuos o, incluso, aliarse con las municipalidades para mejorar la recolección integral de los residuos.
Además, se establece que los comercios deben incentivar a sus clientes para que utilicen sus propias bolsas, canastas o cajas reutilizables para las compras.
Mientras tanto, a las instituciones del Estado se les prohíbe que compren plásticos de un solo uso, aunque sí tendrían permiso de comprar productos plásticos reutilizables, reciclables o reciclados.
El Ministerio de Salud deberá, conforme con la ley, hacer un informe anual sobre la reducción de la contaminación por plásticos de un solo uso.
Los incumplimientos a la ley sobre el uso de plásticos se castigarían con multas de hasta 4,4 millones de colones. La iniciativa de Masís obliga a que cualquier política, plan o programa educativo sobre sostenibilidad o gestión ambiental incluya contenidos sobre gestión de residuos plásticos.
Antes de que los diputados votaran el primer debate, atestiguaron un choque de palabras entre el legislador de la Unidad Social Cristiana (PUSC) y Paola Vega, del Partido Acción Ciudadana (PAC), quien promueve una ley más dura contra el material que está contaminando el país, en particular, y el mundo, en general.
De hecho, Vega era quien había logrado que las medidas del proyecto de Masís fueran más fuertes; sin embargo, criticó duramente a quienes apoyaron la idea de suavizarlo a tal punto de que signifique un avance mínimo, dijo.
Según el rojiazul, el proyecto es “un paso importante en la dirección correcta”. Tildó su iniciativa de un equilibrio y dijo que “es posible que algunos equilibrios no sean comprendidos por quienes se manejan en los negros y en los blancos”.
Alegó que el país no puede caminar de golpe, sino que tiene que “ir caminando gradualmente” para proteger el ambiente, “sin desfavorecer al sector productivo”.
Adujo que la iniciativa declara al país como territorio libre de pajillas plásticas.
Paola Vega machacó con el parco avance que representa la iniciativa, pues recordó que la prohibición de las pajillas la aceptaron los proponentes de la iniciativa “a regañadientes", cuando incluso ya en muchos restaurantes del país están desterradas.
“Los datos son espeluznantes. 400 toneladas de plástico van diariamente al mar y los océanos de Costa Rica. El problema del plástico a nivel mundial no es un juego, como se lo han querido tomar algunos legisladores”, dijo la oficialista.
Añadió que esa contaminación por plástico está afectando playas y mares, y por ende al turismo y la producción pesquera. También recordó que los estudios científicos confirman que la humanidad está comiendo plástico, y que el agua que riega los sembradíos también lleva plástico.
“No tenemos 100 años para resolver el problema. Para 2050, vamos a tener más plástico que peces en el mar y que no se lo tomen me da tristeza, no por nosotros sino por los que vienen. Los diputados que son padres, madres, abuelos, abuelas, qué jodido es que la respuesta que les vayan a dar a sus hijos es que no nos dio la gana resolver como se tenía que resolver”, reclamó.
Vega fue, uno por uno, criticando todos los artículos de la iniciativa, aunque finalmente la aprobó por considerar que, si bien avanza un centímetro, “por lo menos camina”.
La liberacionista Paola Valladares, descontenta con los señalamientos que hizo Vega, adujo que estaba harta de escuchar que los diputados que suavizaron la iniciativa legal fue por presión del cabildeo de las empresas productoras de plástico.
“Hay datos que a muchos se les escapan. A los que estuvimos en la PreCOP se les escapa que para hoy, 2019, no se ha descubierto un sustituto para el plástico. Ahí empezamos con contradicciones al escuchar que debemos eliminarlo completamente”, dijo.
Reconoció Valladares que es un proyecto de puntos medios y que la intención es “cuidar una industria que genera alrededor de 14.000 empleos". Adujo, en referencia a Vega, es que son otros los que no quieren puntos medios o llegar a consensos.
También calificó como algo “bajo” que se señale a los diputados por supuestamente ceder a presiones. “En esta vida, las personas debaten ideas y no se van al cuerpo. Eso deberíamos estar haciendo”, dijo.