“Se pasó de tragos y me volvía a ver de manera lujuriosa y morbosa. Se me acercaba mucho y me tomaba del brazo; me hacía comentarios cerca de mi oído como ’si la agarro nada le pasa’."
”Al final de la actividad, cuando estaba yo de pie cerca de las gradas del palco, esperando al diputado, el señor Castro se acercó a mí pasado de tragos, en el oído derecho me hizo ese sonido asqueroso ‘ishhhhh’ y me agarró el glúteo izquierdo.”
De esta manera narró una asesora legislativa uno de los dos episodios de acoso sexual que denunció haber sufrido en el despacho del diputado para quien trabaja, el independiente Erick Rodríguez Steller.
Así consta en el testimonio escrito que la mujer remitió formalmente, el 31 de julio pasado, al entonces director de Recursos Humanos de la Asamblea, Hugo Cascante Micó, quien presidía la comisión que estudia una denuncia suya contra dos compañeros de despacho, un asesor legislativo de apellidos Castro y el jefe de despacho de la oficina, de apellido Solórzano.
De este caso, ya el Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu) había hecho una alerta en junio pasado, cuando Patricia Mora, ministra de la Mujer, le envió una nota al presidente legislativo, Eduardo Cruickshank.
En la nota firmada ahora por la denunciante, y enviada a Recursos Humanos del Congreso, la funcionaria relató el ambiente que ha vivido en el despacho del legislador, desde que empezó funciones, el 1.º de mayo del 2018.
La mujer narró que todos los jueves, después de la sesión del plenario, se realizaba una reunión para conversar sobre asuntos parlamentarios y otros temas laborales, pero el encuentro dejó de ser de trabajo y “se convirtió en una reunión social, donde se compartía licor”.
La mujer apuntó que eso generaba que las reuniones se pusieran pesadas y ella prefería quedarse solo un rato, porque no acostumbra tomar licor.
Sin embargo, relató que en una ocasión, en octubre del 2018, ya pasado de tragos, uno de los denunciados, el asesor de apellido Castro, empezó a verla “de manera lujuriosa y morbosa”, se le estuvo acercando mucho y la tomaba del brazo.
“Me hacía comentarios cerca de mi oído, como ‘si la agarro nada le pasa’. Esto ocurrió de manera repetitiva de julio a octubre 2018, diez veces”, explicó la mujer.
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Según la asesora, ella dejó de asistir a las reuniones porque se sentía expuesta y dejó de participar en encuentros que no fueran exclusivamente laborales.
Tocamiento en el glúteo
En enero del 2019, los diputados de Alajuela y sus despachos fueron invitados a un evento en el redondel de Palmares, fuera de horario laboral. Ella solicitó al jefe de despacho del diputado, de apellidos Solórzano Bákit, no asistir.
No obstante, dijo, el diputado Rodríguez rechazó esa solicitud. Ella insistió en que la dispensaran de ir a Palmares, pero el jefe de despacho le habría dicho que no se preocupara, que iría en el carro con él, la secretaria y el legislador.
La mujer agregó que, durante toda la actividad, se mantuvo lejos de Castro Estevanovich, pero al final del evento, estando ella de pie en las gradas del redondel, esperando al diputado, el hombre se le acercó, presuntamente pasado de tragos, y le hizo un sonido de índole sexual y le agarró uno de los glúteos.
“Yo pensé en pegarle, sentí mucho asco y cólera, pero estaban todos los diputados, así que lo hice fue buscar al jefe de despacho (Solórzano Bákit) y contarle lo que había pasado".
“Salimos hacia el carro y, en el carro, le conté al diputado Rodríguez lo que había pasado. En el carro, viajaba la secretaria del despacho, cuando conté lo que me pasó. Estaba segura, en ese momento, que tomarían acciones”, refirió la mujer.
La funcionaria escribió que llegó a su casa, botó al basurero el pantalón que llevaba puesto, se bañó por mucho rato y lloró mucho.
Cuando la asesora regresó a la oficina, el lunes siguiente, 23 de enero del 2019, se dio cuenta de que no había pasado nada con su queja y de que, más bien, otro compañero de despacho hacía las veces de guardaespaldas de Castro.
La única que habló con ella fue la secretaria, quien le dijo que conversaría con el presunto agresor. No obstante, la mujer refirió que “no hubo llamada de atención, no pasó absolutamente nada”.
“Después de la agresión empecé a almorzar sola en mi escritorio y no volví a participar en nada que no fuera laboral. Mis relaciones con todos los compañeros fueron totalmente distantes desde ese momento, solamente asuntos laborales”, recordó la asesora.
Comentario “misógino y machista”
En cuanto al jefe de despacho, el otro denunciado, la asesora relató que “cambió radicalmente” su comportamiento hacia ella después de ese capítulo, a pesar de que habían sido compañeros en la campaña electoral, junto con el diputado Erick Rodríguez, y de que tenían una relación cordial y de respeto.
En octubre del 2019, durante una conversación sobre la vestimenta de diputados y diputadas, entre empleados del despacho en la oficina, ella alabó a un legislador “como un tipo atractivo”.
Ante su comentario, narró, Solórzano le dijo “ahí está con su furor uterino”, y empezó a utilizar, recurrentemente, esa expresión para referirse a ella.
“En el mes de octubre, (...) yo me encontraba muy estresada porque debía entregar un dictamen de minoría en un proyecto de la Comisión de Económicos. (Solórzano) me dijo, según él para animarme, que lo que ’me hacía falta es sexo y que tenía furor uterino’”, explica la asesora en su carta.
“Después de eso, el señor Solórzano normalizó referirse a mí ‘como la que tenía furor uterino’. Fue como si me cambiase de nombre, de ahí en adelante frente a usuarios y compañeros se refería a mi como ‘la que tiene furor uterino’”.
Agregó que el mismo insulto lo aplicó Solórzano en un chat de la campaña electoral, nombrado por él mismo como “Muerte LGTBI Y NICAS”, en el que también estuvo el diputado Erick Rodríguez Steller hasta junio.
"La suscrita participa en un chat con el señor Solórzano, que es un chat de un grupo de compañeros de trabajo de la campaña electoral (el cual el señor Solórzano nombró como “Muerte LGTBI Y NICAS”), donde además del compañero Solórzano, participaba el diputado Eric Rodríguez –hasta hace un mes–.
"En este chat, el señor Solórzano en varias ocasiones se ha referido a mí diciendo que padezco de “furor uterino”, comentario misógino y machista que dirige a mi persona con el fin de descalificarme como mujer y de desmeritarme como persona; así ha dicho: ‘Su furor uterino’; el 26 noviembre de 2019, ante una publicación de un participante del grupo, indicó “con ese furor de ambas que??? No se tijereteaban cuando eran roommates”.
Proceso en curso; próximo paso: vía judicial
Este martes, se le pidió una declaración al asesor Castro, pero alegó que, por las características privadas del proceso, no se puede referir al asunto, para no viciar el proceso.
Solórzano, por su parte, respondió por teléfono que no podía referirse a ningún detalle del caso. “Tanto a nivel legal como de reglamento interno, es un proceso confidencial. Entonces, como estamos en el proceso activo, no me puedo referir al caso”, indicó el jefe de despacho.
Alegó que consideraba “curioso” que este medio tuviera información sobre el asunto. Añadió que tampoco podía decir nada sobre la existencia o no del chat.
Por su parte, el legislador Erick Rodríguez defendió a sus empleados y dijo que la denunciante achaca “cosas horrorosas” a dos “honorables colegas”. Evitó entrar en detalles sobre lo que ella denuncia ni sobre el contenido del chat al que hizo referencia la denunciante.
Al consultársele si él participaba en ese chat, dijo: “La que creaba los chats era ella y la que les ponía los nombres a los chats era ella. Yo no voy a referirme a chats que son privados, porque estaría violentando la privacidad, no solo mía sino también la de las otras personas que conforman el chat”.
En tanto, el abogado de la asesora legislativa, José Andrés Torrentes Rodríguez, explicó vía telefónica que la primera denuncia presentada por la funcionaria, por acoso laboral, no pasó de una simple investigación, sin que se evacuara la prueba documental y testimonial.
Ante esa situación, él tomó el caso y se gestionó la denuncia por acoso sexual, que actualmente está en la fase de presentación de pruebas y entrevistas a testigos.
Ahora, el caso está en manos de Pedro Solano, director de la División Administrativa de la Asamblea Legislativa.
La Comisión de Acoso Sexual tiene tres meses para emitir un criterio. Torrentes agregó que la funcionaria, independientemente de lo que suceda en el procedimiento administrativo, tomó la determinación de acudir a estrados judiciales.
“La Asamblea es responsable por el acoso laboral, donde no hubo una investigación profunda ni evacuación de prueba. Ella presentó prueba suficiente. La demanda sería por acoso laboral y discriminación, esta en contra del diputado".
“Según como se vaya dando este proceso de hostigamiento sexual, también iría por ese lado”, comunicó el abogado.