Ausencias de diputados a la hora de votar mociones decisivas para el avance del crédito rápido con el FMI, junto a la inacción del Gobierno para negociar con legisladores de varias tiendas políticas, facilitan el bloqueo de este financiamiento.
La semana pasada, fracasaron dos intentos por aprobar, en primer debate, un primer préstamo de $508 millones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para cubrir la falta de recursos del Estado.
Buena parte de la culpa les corresponde a los diputados y otra parte importante al Poder Ejecutivo, que generó reclamos entre diputados independientes por excluirlos de las negociaciones de la agenda de agosto y no buscar la forma de remediar ese enojo.
En cuanto a las ausencias de los legisladores, es contradictoria la cantidad de diputados que votan las mociones con los reportes de asistencia que aparecen en las actas del plenario.
El martes 18, la sesión empezó con solamente 42 legisladores, pero en el acta aparece una asistencia de 52 congresistas, en su momento máximo.
Sin embargo, a la hora de que se votara la moción que habría permitido extender la sesión y dar por agotada la discusión del crédito del FMI, para votar en primer debate, solamente había 44 parlamentarios y 20 se opusieron a esa ampliación.
Tales circunstancias impidieron reunir los 38 votos necesarios.
El jueves siguiente, la sesión del plenario también comenzó, a las 9:29 a. m., con solamente 42 diputados, aunque el registro de asistencia en el acta reporta que 53 legisladores dijeron presente ese día.
A la hora de votar mociones para apurar la discusión del crédito con el FMI, el sistema sólo reportaba 42 legisladores habilitados para emitir el voto.
Cuando se votaron las mociones de posposición, que habrían permitido entrar en la segunda parte de la sesión, para la votación de proyectos, estaban fuera del plenario Carlos Ricardo Benavides, Silvia Hernández, Wagner Jiménez, Franggi Nicolás, Karine Niño y Roberto Thompson, del Partido Liberación Nacional (PLN); Erwen Masís y Pedro Muñoz, de la Unidad Social Cristiana (PUSC), y Melvin Núñez, de Restauración.
Ese día, no estuvieron presentes porque tenían permiso para ausentarse la independiente Ivonne Acuña, Mario Castillo, del Partido Acción Ciudadana (PAC); Giovanni Gómez, de Restauración, y Aracelly Salas, del PUSC.
Grupo bloqueador enojado
Desde inicios de agosto, cuando el Gobierno hizo reuniones con seis fracciones parlamentarias, para definir la agenda parlamentaria, un grupo de independientes reclamó haberse quedado fuera de las citas con el presidente de la República, Carlos Alvarado.
Así lo han reiterado en varias ocasiones Jonathan Prendas, del bloque fabricista Nueva República, y el independiente Erick Rodríguez. A ellos se han unido, eventualmente, varios socialcristianos y otros partidos minoritarios, entre ellos Integración Nacional (PIN).
Aunque el ministro de Comunicación, Agustín Castro, aseguró en su momento que se les daría espacio y se conversaría con todos los grupos políticos, es patente la ausencia del ministro de la Presidencia, Marcelo Prieto, para solucionar ese reclamo.
Con Prieto no se logró conversar, el domingo, para conocer la posición al respecto. Elian Villegas, ministro de Hacienda, sí respondió para explicar que su cartera ha hecho lo propio por conversar con los diputados y resolver todas las dudas de fondo que puedan tener sobre el crédito.
“Sí hemos estado ahí, muy metidillos, pero ha habido temas de procedimiento, los diputados tienen derecho a hablar y las sesiones son limitadas, eso ha dado al traste. Yo esperaría que se apruebe esta semana”, indicó Villegas.
Chacón: ‘No más permisos'
Tanto el jefe del PLN, Luis Fernando Chacón, como el del PAC, Enrique Sánchez, coinciden en que es necesario tomar acciones desde la presidencia legislativa, para evitar que las ausencias a la hora de votar mociones sigan castigando las necesidades del país.
“Yo le di una recomendación al presidente de la Asamblea, don Eduardo Cruickshank, pues a pesar de que el Reglamento permite dar hasta 10 permisos de ausencia por sesión, cuando hay temas de interés para el país se deberían regular esos permisos”, dijo el liberacionista.
Sánchez añadió que cada fracción debería hacer lo propio por asegurar que sus miembros estén presentes en el plenario a la hora de las decisiones relevantes.
Según el oficialista, es una práctica reiterada que los diputados lleguen a hacer presencia, pero el resto de la sesión plenaria no estén en el salón, sea para atender asuntos propios o a los medios de comunicación.
El Reglamento de la Asamblea Legislativa solamente establece sanciones para los diputados que están presentes al inicio de una discusión por el fondo de un proyecto y, a la hora de votar, no están.
En cuanto a la responsabilidad del Ejecutivo, Luis Fernando Chacón explicó que es necesario que la Presidencia de la República sea más clara sobre la ruta con el FMI, que es un reclamo reiterado de los independientes.
El verdiblanco enfatizó que, por ejemplo, el socialcristiano Pablo Abarca advirtió que él votaría el primer debate del préstamo con el FMI en contra, pero espera aclaraciones del Ejecutivo antes del segundo debate.
El riesgo de un crédito más caro
En cuanto al fondo del proyecto, básicamente el 90% del financiamiento se usará para apoyo presupuestario, para los gastos del 2020, lo que permitiría al Gobierno no tener que captar en el mercado interno, donde el financiamiento es más caro.
El otro 10% está destinado a amortizar la deuda del Estado con la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS).
Elian Villegas explicó que Hacienda tiene programadas tres o cuatro salidas al mercado interno, a captar financiamiento; precisamente este lunes hay subasta.
De tener a disposición el crédito del FMI por $508 millones, el Gobierno no tiene que salir a presionar el mercado, donde generalmente tiene que recaudar montos muy altos.
Que el Gobierno siga saliendo presiona las tasas de interés hacia arriba, lo que también afecta al sector productivo, pues la banca aumenta las tasas para asegurar el riesgo que le implica prestar a la gente.
“Esto va en el sentido de no tener que salir a presionar el mercado, a recaudar un monto alto. Si esos dineros no ingresan, hay que tomarlos del mercado, a tasas no del 1,55% como la del FMI, sino del 7% u 8%”, explicó el ministro.
Añadió que, entonces, para los bancos sigue siendo más seguro prestarle al Gobierno y queda menos dinero para prestarle al sector productivo, a una tasa mucho mayor.