La disminución en el tipo de cambio del dólar generó un ahorro de ¢135.000 millones para el Gobierno en el pago de amortización de la deuda pública de este año. Este rendimiento, contemplado en el segundo presupuesto extraordinario y en la tercera modificación legislativa al plan de ingresos y gastos del 2023, fue aprobado esta semana por los diputados.
Sin embargo, este logro financiero no estuvo exento de controversia. Durante dos años consecutivos, legisladores y el Gobierno se enfrentaron en acaloradas discusiones presupuestarias, especialmente en lo que respecta al uso de recursos de la partida de intereses para destinarlos a inversión social, seguridad e infraestructura.
Según el proyecto, el ahorro se originó a raíz de la disminución en el tipo de cambio con respecto a la estimación presupuestaria del 2023. No obstante, el informe no aclara cuáles fueron esas variaciones en el tipo de cambio que permitieron ese ahorro, ni el impacto en los créditos aprobados.
El 13 de setiembre, por ejemplo, el dólar alcanzó su nivel más bajo del año, se cotizó en ¢533,09 en el Mercado de Monedas Extranjeras (Monex). En enero de este año rozaba los ¢600.
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Sobre los recursos para el pago de la deuda, el año pasado, en la discusión del presupuesto del 2023 en la Comisión de Asuntos Hacendarios, los diputados de oposición recortaron ¢81.300 millones del rubro de pago de intereses para financiar gasto social, lo que provocó un enfrentamiento entre congresistas y el presidente de la República, Rodrigo Chaves.
“En la Asamblea Legislativa algunos legisladores y legisladoras se han portado, en mi humilde opinión, de una manera absolutamente irresponsable con el bienestar del país. Me refiero a bombardear los esfuerzos que está haciendo el Poder Ejecutivo, desde la Comisión de Asuntos Hacendarios, para mantener la estabilidad fiscal de este país”, reprochó en esa oportunidad el mandatario.
En respuesta, el diputado José Pablo Sibaja, de Nueva República (PNR), sostuvo que irresponsables son los recortes al gasto social en el presupuesto del gobierno.
En la reciente revisión del presupuesto para el 2024, la semana anterior, los legisladores nuevamente recortaron la partida de intereses, esta vez el monto fue de ¢57.000 millones para financiar seguridad, educación e infraestructura.
Particularmente, se destinaron ¢21.000 millones para crear plazas en el Ministerio de Seguridad Pública y el Poder Judicial, lo que suscitó críticas del ministro de Hacienda, Nogui Acosta.
El jerarca aseveró que existe un riesgo potencial en cuanto a la colocación de $1.000 millones en eurobonos para el próximo año, los cuales son vitales para el financiamiento del Gobierno. Este riesgo surge de la posibilidad de utilizar recursos destinados al pago de intereses para cubrir gastos corrientes.
Esto se debe a que el superávit primario del Gobierno, es decir, la diferencia entre los ingresos y los gastos excluyendo los pagos de intereses de la deuda pública, podría disminuir por debajo de la meta establecida del 1,8% de la producción prevista para esta colocación.
Acosta cuestionó que de dónde sacaría su cartera los recursos para afrontar el pago de los intereses, en caso de que aumenten las tasas de interés y el tipo de cambio del dólar.
Reproche al presidente
La diputada Paulina Ramírez, presidenta de la Comisión de Hacendarios y miembro del Partido Liberación Nacional (PLN), explicó que estos ajustes han tenido en cuenta los ahorros previstos en el rubro de los intereses y que esta partida podría estar sobreestimada.
“Sí hubo ahorros como lo proyectamos el año pasado, a pesar de que el presidente nos llamó irresponsables”, recordó la legisladora en el debate en comisión.
Para el próximo año, Hacienda estima un pago de ¢5,81 billones en el servicio de la deuda, el 46% del presupuesto total de ¢12,6 billones, entre pago de amortización e intereses.
En cada plan de ingresos y gastos anual, el Ministerio de Hacienda proyecta un tipo de cambio promedio del dólar para hacer frente a los pagos de intereses y amortizaciones de la deuda pública denominada en moneda extranjera, en caso de que el dólar suba.
Para el 2024, por ejemplo, se ha proyectado un tipo de cambio de ¢550 por dólar. Esto significa que si el valor del dólar baja, se generan ahorros, mientras que si aumenta en ¢10, el gasto en intereses se elevaría en ¢14.615 millones y el saldo de la deuda en ¢227.813 millones.
En tanto, un aumento del 1% en las tasas de interés de la deuda del Gobierno elevaría el gasto en ¢79.241 millones y subiría el saldo de la deuda en ¢25.400 millones.