El Banco Improsa sacó tres veces a remate la más grande de las propiedades que el importador de cemento chino, Juan Carlos Bolaños, puso a responder por una línea de crédito que no le pagó al Banco Popular (BP). Sin embargo, nadie ofreció comprarla en los $4,48 millones que el BP necesita para recuperar el dinero.
Ante la falta de oferentes, el Popular terminó adjudicándose el terreno de 19,5 hectáreas, ubicado en Grecia, Alajuela, el jueves pasado en la tercera venta pública.
A solicitud del BP, Improsa se encargó de los remates en su condición de administrador del fideicomiso de garantía donde se custodiaban esa finca y dos propiedades más ubicadas en Guanacaste, que suman 1,2 hectáreas, que Bolaños dio como respaldo en caso de no pagar la deuda. Las tres propiedades ahora están en manos del Banco Popular.
Los dos remates anteriores se realizaron entre febrero y abril de este año. Así consta en el acta de la sesión de la Comisión General de Crédito del Popular del 26 de abril del 2017.
Ese día, el Comité de Crédito aprobó un refinanciamiento a la empresa Inversiones e Inmobiliaria del Grupo JCB, propiedad de Bolaños, luego de que Bolaños no pagara el saldo de la línea de crédito revolutiva que se le aprobó en diciembre del 2015 con un tope de endeudamiento de $5 millones.
El BP le había hecho al importador de cemento un primer desembolso de $4,48 millones a Bolaños en diciembre del 2015, que pagó en junio del 2016.
El problema se produjo con el segundo giro de $4,48 millones, desembolsado en julio del 2016 pues, para febrero del 2017, no lo había pagado.
Incluso, para el 28 de abril anterior, estaba previsto otro remate, pero este se suspendió tras la aprobación del refinanciamiento.
"Dentro de este proceso de negociación valga decir que, desde que se dio el incumplimiento el 3 de febrero, se han hecho gestiones con el cliente para que logre cancelar las sumas adeudadas; no obstante, le ha sido imposible hacerlo hasta la fecha. Se inició el proceso de gestión cobratoria, ya se hicieron dos remates y el tercer remate está previsto para el viernes 28 de abril a las 11:00 a. m.", dice el acta.
"Sin embargo, debido a que para el Banco es más conveniente hacer una negociación de pago que recibir una propiedad en garantía, se ha abocado en las últimas semanas a tratar de negociar y completar este crédito (de refinanciamiento)", dijo ese día Rigoberto Delgado, jefe de la División de Banca Institucional Corporativa.
"Aunque en el primer remate no hubo oferentes y el banco no hizo postura (para adquirir la propiedad), es importante mencionar que, previo a la fecha del primer remate, el cliente hizo una propuesta de arreglo de pago", añade el documento.
Fue así como las dos propiedades en Tempate de Santa Cruz, Guanacaste, entraron a responder como garantía tras la aprobación del refinanciamiento, con el cual se mantuvo la línea de crédito revolutiva, pero se amplió el plazo de pago máximo de los giros, de seis a 18 meses.
A su vez, Juan Carlos Bolaños se comprometió a pagar $40.000 mensuales, entre intereses y amortización, así como un único desembolso de $181.000 por intereses vencidos y otros gastos por la gestión de cobro.
Al final, el empresario cementero incumplió con el pago de dos mensualidades y fue cuando ocurrió el tercer y último remate, en el cual el BP de adjudicó las tierras.
Ahora, el Popular realiza gestiones para vender esas fincas, aunque el directivo Rodolfo Madrigal reconoce que existe preocupación de que estas tres fincas de repastos no se logren vender en los $4,48 millones en que tasaron en el avalúo.
ADEMÁS: Banco Popular corre riesgo de no recuperar $4,4 millones prestados a Juan Carlos Bolaños
Gastos en maquinaria para empacado. Cuando en el seno del Comité de Crédito se discutió la aprobación de un refinanciamiento para el empresario cementero, el jefe de la División de Banca Institucional Corporativa, Rigoberto Delgado, alegó que fue Bolaños quien pidió el arreglo de pago, incluso antes de que se venciera el plazo en febrero.
Según relató Delgado, Juan Carlos Bolaños adujo que había "incurrido en una serie de gastos por otras inversiones" y por eso había perdido liquidez, pero que era temporal.
"En las dos primeras importaciones que hizo en el 2015, el ensacado lo hizo de forma manual, la pérdida de cemento al ensacarlo en forma manual era grande porque se daba desperdicio en el proceso y habían sacos que quedaban pesando más de los 50 kilos, el cierre es automático y ahí se desaprovechaba bastante la materia prima. Por eso, él compró una máquina empacadora automática e hizo toda la infraestructura con torre de empacado, el software, la roma e inversiones adiciones".
"Se ha conversado con él y lo que han visto en campo es que parte de los recursos que tenía disponibles para atender asuntos de corto plazo los fue metiendo en esa infraestructura", narró Dalgado, según el acta.
Y añadió más adelante: "Se considera que el cliente presionado por la acogida que ha tenido en el mercado, se metió a hacer inversiones fijas que le rinden en el largo plazo pero con recursos de corto plazo, esa es una de las razones por las que él momentáneamente tuvo un descalce en el flujo de caja que le impidió hacer frente a la operación tal y como estaba pactado originalmente".