El Comité de Crédito del BCR admitió este viernes que no indagó el valor de la planta hidroeléctrica Aguas Zarcas, sobre la cual concedió un crédito de $32,7 millones aunque el vendedor la tenía valorada en $12 millones e, incluso restando la depreciación, en $2,7 millones.
Los integrantes del Comité alegaron ante los diputados que investigan los créditos del Banco de Costa Rica (BCR), que desconocían el precio en libros de la hidroeléctrica cuando acordaron darle un préstamo a la Cooperativa de Electrificación Rural de San Carlos (Coopelesca), para que se la comprara a la cementera Holcim, en el 2014.
Los funcionarios del Comité confirmaron que el análisis de crédito se realizó solamente centrado en su cliente, Coopelesca, y no contempló los estados financieros de Holcim, en los que constaba que el precio de la planta equivalía a poco más de una tercera parte del monto del préstamo y menos de una décima parte sin la depreciación, dos años antes de que se concretara el negocio.
La Cooperativa adquirió la hidroeléctica con 20 años de operar, ubicada en Palmira de San Carlos, por $35,3 millones, de los cuales el BCR aportó $32,7 millones.
Según declararon los funcionarios, ahora que conocen el valor en libros ese es un "elemento a considerar", aunque aseguran que Coopelesca ha cumplido con los pagos, pese a los cuestionamientos en torno a sus garantías y a la rentabilidad del proyecto, en vista de que la hidroeléctrica está generando menos energía de la esperada.
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La tarde de este viernes, los funcionarios del Comité comparecieron frente a los congresistas de una comisión especial de la Asamblea Legislativa.
El diputado de Acción Ciudadana Ottón Solís preguntó a los funcionarios si conocían del valor de la planta, a lo que el gerente a. i. del Banco y miembro del Comité, Leonardo Acuña, respondió que no, e insistió que se realizó un análisis integral de la rentabilidad de la planta y del respaldo de Coopelesca.
Acuña también alegó que, pese a los cuestionamientos, el préstamo de Coopelesca está al día y que el cliente no ha solicitado una readecuación de la deuda. La versión la reiteró su compañero Rodrigo Ramírez, quien insistió en que Coopelesca es un buen cliente.
Los miembros del Comité, responsable de los préstamos, sí confirmaron que conocían que la planta pertenecía a Holcim, pues era el vendedor que hacía la oferta de Coopelesca.
"¿A la hora de formalizar el crédito, no se interesaron en ver cuánto valía esta empresa, vieron los libros de Holcim que es una empresa en Bolsa e informa el valor de sus activos", insistió Solís.
"Sí, pero en este caso nuestro cliente era Coopelesca", señaló Acuña. Ante la insistencia del legislador, Acuña agregó: "En este caso nuestro cliente era Coopelesca... como todo procedimiento se valora cuál es el valor pericial... analizamos la rentabilidad del negocio desde la perspectiva de nuestro cliente".
Su compañero Ramírez afirmó: "El negocio lo estamos haciendo con otra empresa (no Holcim), analizamos a nuestro cliente (Coopelesca), se hizo la valoración del planteamiento como tal para determinar su razonabilidad, en ese ejercicio no se le solicita a otro cliente estados financieros".
Solís puntualizó: "¿Ustedes están enterados hoy a estas horas de que Holcim se ganó $32 millones con ese negocio?", a lo que Acuña respondió que solo lo que ha informado la prensa. Entonces, el diputado le recriminó: ¿Usted no se interesó por este caso, a pesar de lo que estaba en la prensa?... ¿no ha ido a ver informes públicos?, mi asesor consiguió esta información en dos minutos".
La mañana de este viernes, el Banco de Costa Rica (BCR) comunicó que la Auditoría Interna no encontró irregularidades en el crédito, por lo que la presidenta del Banco, Mónica Segnini, dio por finiquitado el caso a lo interno.
La Auditoría también desechó, en su informe, un posible tráfico de influencias, pese a que el Ministerio Público aún investiga una denuncia contra el directivo Alberto Raven Odio.
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El crédito del BCR a Coopelesca se avaló cuando Raven Odio era fiscal de la empresa cementera y también directivo en el BCR.
Además, la transacción de compra de la planta la hizo el bufete Zurcher, Odio y Raven del cual Raven es socio, según confirmó él mismo.
Los miembros del Comité negaron alguna comunicación con Alberto Raven sobre este crédito durante el trámite.
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Según declararon los comparecientes, la Junta Directiva conoció del préstamo, pero no hubo un especial interés en solicitar la información o en hacer observaciones.
Los funcionarios no revelaron si Coopelesca tiene otro crédito similar a este alegando el secreto bancario.
Baja capacidad
El 23 de junio, Holcim argumentó que el precio de venta de la planta a Coopelesca se determinó por la capacidad de generar flujos futuros de la planta y no por lo reportado en los estados financieros.
"El comprar un negocio en marcha permite generar flujos de forma inmediata versus el crear un negocio desde cero, en donde, para el caso de una hidroeléctrica tomaría, en el mejor de los casos, de dos a tres años para comenzar a ver los ingresos reales", dijo Holcim en esa ocasión.
Coopelesca también argumentó, el pasado 8 de junio, que el costo se determinó por la generación de ingresos futuros.
No obstante, ahora el proyecto reporta una tendencia a la baja en su producción y en sus ingresos.
En el 2016, la planta generó un 43% menos de dinero que en el 2015. El año pasado, los excedentes fueron de ¢127 millones, mientras que en el 2015, de ¢1.062 millones.
En el tercer trimestre del 2016, produjo 15,29 gigavatios hora (GWh) y, en el 2017, reportó sus mínimos históricos, con 2,28 GWh en el primer trimestre y 1,37 GWh en el acumulado del segundo trimestre, al 23 de junio.
Es una planta con capacidad para producir 14,5 kilovatios hora.