La Biblioteca Nacional fue declara benemérita de la patria 133 años después de su creación. Los diputados le concedieron el honor en la Comisión Plena Primera, el miércoles 22 de setiembre, por su valiosa contribución en la construcción del Estado costarricense.
Esta institución fue fundada el 13 de octubre de 1888 luego del cierre de la Universidad de Santo Tomás, la cual le donó sus libros; rápidamente, la Biblioteca Nacional se convirtió en la principal fuente de conocimiento de los costarricenses.
La iniciativa para reconocer la trayectoria de este centro histórico fue presentada por el diputado Wagner Jiménez, del Partido Liberación Nacional (PLN).
“La Biblioteca Nacional, consciente de la importancia del patrimonio documental como pilar de la democracia, inició hace una década la digitalización de las colecciones nacionales más importantes que se ofrecen mediante la biblioteca digital. Actualmente, ofrece más de 162.000 documentos”, dice la exposición de motivos de ley.
La reseña narra que, dentro de los primeros documentos que se incorporaron a la entidad, estaban los provenientes del archivo de rezagos fundado en 1882, entre los que se encontraban libros, periódicos y documentos oficiales.
La Biblioteca fue bautizada en 1961 con el nombre del benemérito de la patria Miguel Obregón Lizano; allí se almacenan periódicos, libros, revistas, mapas, fotografías, música y audiovisuales, entre otros documentos.
Obregón fue el primer Director General de Bibliotecas. Él fue quien logró abrir, en un local en el centro de San José, la Biblioteca Nacional. También contribuyó para la creación de las bibliotecas públicas de Alajuela, Heredia y Cartago; además, redactó el primer Reglamento de Bibliotecas.
En 1906, se construyó el antiguo edifico de la Biblioteca, localizado entre la entre calle 5 y avenida 1 en San José. Actualmente, en ese sitio hay un parqueo. El actual edifico de la benemérita se encuentra a un costado del Parque Nacional y fue construido en 1971. Acaba de cumplir 50 años.
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Dentro de las curiosidades que alberga la Biblioteca Nacional está un fragmento de una piedra lunar, la cual se resguarda en una urna de vidrio y fue obsequiada en 1973 por el Gobierno de los Estados Unidos, como un regalo de la misión Apolo XVII, última vez que se visitó la luna.