El Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua envió una carta llena de insultos al Gobierno de Costa Rica, sus instituciones y organizaciones no gubernamentales, molesto por las críticas contra los atropellos a la libertad de prensa y las violaciones a derechos humanos cometidos por la dictadura de Daniel Ortega.
La nota fue remitida este sábado y se publicó en el sitio web oficialista el19digital.com.
El texto se extiende en reclamos, insultos y hasta burlas por las críticas que se han lanzado desde suelo costarricense contra las amenazas a las libertades individuales y democráticas de los nicaragüenses.
La carta se publicó sin firma, salvo por la atribución de su autoría a la Cancillería nicaragüense. En la misiva, también se alega que las organizaciones no gubernamentales que señalan los delitos del régimen orteguista deberían denunciar y responder a lo que aseguran son violaciones de derechos de trabajadores costarricenses y migrantes nicaragüenses.
“Que se ven obligados a vender hasta su cuerpo, traficar para comer y a mendigar, dando pena ajena y propia, en esa Costa Rica ‘pura vida’ donde todo es mentira y todo está a la venta, incluyendo la dignidad humana”, dice el texto.
Los insultos en la carta oficialista empiezan desde el propio título, que dice: “De parlanchines y fanfarrones, líbranos, Señor! A esa Costa Rica purísima-vida!”.
El más reciente reclamo del Gobierno costarricense contra Nicaragua se dio el viernes, cuando la dictadura de Daniel Ortega allanó las instalaciones del diario La Prensa.
Frente a eso, el ministro de Relaciones Exteriores de Costa Rica, Rodolfo Solano, declaró que la “libertad de prensa debe ser respetada y defendida”.
“Constituye un pilar fundamental de la institucionalidad democrática. Condenamos, por ello, los actos contra el diario La Prensa y reiteramos nuestro llamado a respetar los derechos humanos y la libertad de expresión en Nicaragua”, dijo el canciller tico.
Por su parte, el presidente de la República, Carlos Alvarado, afirmó el miércoles que, en Nicaragua existe una “clarísima violación de derechos humanos”, al tiempo que la Fundación Arias para la Paz concluyó que el régimen orteguista es culpable de crímenes de lesa humanidad.
La Cancillería de Ortega también aduce que Costa Rica es protagonista de una “continua intromisión” en los países centroamericanos y sostiene que ello se debe a un supuesto “notorio afán de mostrarse superiores y menoscabar a sus semejantes como si de súbditos se tratara”.
“Nicaragua es soberana y no es, ni será nunca más, colonia de nadie”, dice el comunicado oficialista.
Además, dice el documento oficial que los reclamos emitidos desde Costa Rica contra las violaciones de derechos en ese país “reproducen aires pretenciosos de una Europa caducante” y que caen “en una facha grandilocuente y ridícula” de la que, según el orteguismo, los demás países de la región se ríen “abundantemente”.
El texto alega que nadie le ha dado al Gobierno costarricense, ni a sus instituciones, derecho a denunciar las violaciones que el régimen de Ortega está cometiendo. Asimismo, se alega que las organizaciones que denuncian la persecución de esa dictadura son supuestamente una fachada para “agitar y buscar apantallar”.
Entre ese tipo de organizaciones que califican de fachada están los partidos políticos, asociaciones, organizaciones sociales o comunitarias, que, según el comunicado oficialista del orteguismo, “no cuentan con respeto”.
De nuevo, recurriendo a insultos, califica a Costa Rica de “furullera (mentirosa) y farandulera” y vuelve a usar palabras como irreal, falaz, fantasioso, ficcional y peliculera para referirse a la política costarricense por supuestamente aplicar “racismo y extremismo, acosando a migrantes y trabajadores nicaragüenses, a quienes avasallan, maltratan y esclavizan”.
El pasado 2 de agosto, el Frente Sandinista proclamó a Ortega, de 75 años y quien gobierna desde el 2007, como candidato a la reelección junto con su esposa, Rosario Murillo, de 70 años, como vicepresidenta.
Esto sucedió luego de que el régimen arrestó a siete aspirantes presidenciales de oposición, entre ellos Cristiana Chamorro, hija de la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997) y quien figuraba como favorita en las encuestas para enfrentar a Ortega.