Los siete candidatos presidenciales que participaron, este martes, en el debate organizado por Radio Monumental plantearon visiones diferentes sobre el futuro de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope), el acuerdo de Escazú y la incorporación de Costa Rica a la Alianza del Pacífico que integran México, Colombia, Chile y Perú.
El futuro de Recope fue uno de los temas que generó más discrepancias. Por ejemplo, los aspirantes José María Figueres, del Partido Liberación Nacional (PLN); Welmer Ramos, del Partido Acción Ciudadana (PAC); y José María Villalta, del Frente Amplio, se manifestaron en contra del cierre de la institución y de abrir el monopolio de la venta de combustibles.
Mientras Lineth Saborío, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Fabricio Alvarado, de Nueva República; y Eli Feinzaig, del Partido Liberal Progresista (PLP); avalaron el cierre, mientras que Rodrigo Cháves, del Partido Progreso Social Democrático (PPSD); señaló que abriría el monopolio en caso de llegar a la Presidencia.
“Aquí se ha hablado de cerrar Recope. Recope tiene los precios más bajos de la región, si se quitan los impuestos. ¿Que puede ser más eficiente? Sí puede ser mas eficiente y vamos a trabajar por ello para hacerlo. Pero decir que se va a cerrar o abrir el monopolio es dejar (el negocio) en manos de 3 o 4 importadores que nos van a subir los precios al nivel de Centroamérica”, justificó Figueres.
Por su parte, Cháves señaló que el problema de la Refinadora no es tanto el monopolio comercial, sea este estatal o privado. “El monopolio está en vista de la estructura de costos de esas instalaciones que tiene. El problema es que Recope gasta demasiada plata para lo que hace. Cuando digo deshacer monopolio es quitarle las rentas monopólicas a Recope”, manifestó el candidato.
Feinzaig fue más categórico en sus posiciones. “A Recope lo vamos a cerrar. Somos la única propuesta que estamos diciendo que tiene que ser cerrado porque los costos que le impone a los combustibles los pagamos los costarricenses de nuestros bolsillos y eso es injusto. La refinadora que no refina no tiene por qué ser comercializadora de combustibles refinados”, apuntó.
Otro tema de discusión fue el Acuerdo de Escazú. Se trata de un convenio internacional que contiene un mecanismo de participación ciudadana que, a criterio de las cámaras empresariales, podría ser utilizado para frenar proyectos de desarrollo, afectar la economía y la generación de empleo.
Con respecto a este tema, Figueres, Saborío, Alvarado, Chaves y Feinzaig expresaron su oposición. Solo Villalta y Ramos se mostraron a favor. Ninguno de los candidatos argumentó su postura.
Sin embargo, Alvarado ha objetado el convenio durante la campaña y, en contraposición, aboga por la explotación de recursos naturales para generar desarrollo. Figueres señaló, días atrás, que ese acuerdo es una discusión del pasado, lo mismo que la incorporación a la Alianza del Pacífico.
La Alianza del Pacífico es una iniciativa de integración regional conformada por Chile, Colombia, México y Perú.
Chaves indicó que estaría de acuerdo en sumar a Costa Rica a ese foro siempre que el país vaya más hacia el este del mundo.
“Los gobiernos de (Rafael Ángel) Calderón y (José María) Figueres hicieron competir a la agricultura sin darle instrumento. Costa Rica se parece tanto con esos cuatro países (de la Alianza) que no vamos a exportar mucho uno del otro. La idea es poder exportar donde el mundo está creciendo y ayudar al sector agropecuario a competir de manera eficiente”, señaló.
Para Ramos, adherir a Costa Rica a ese organismo implicaría “la apertura total, irrestricta de la importación de productos de cuatro países con cuales tenemos acuerdo comercial”.
“Costa Rica sacó de esos tratados unos pocos rubros donde tenemos claramente que hay competencia desleal para el agro y la agroindustria. Esto vendría a quebrar a miles de empresas costarricenses y perder, quizás, 50.000 empleos, principalmente en sectores de menor desarrollo. En esto jamás podría estar de acuerdo”, sentenció el oficialista.