El presidente Carlos Alvarado manifestó su anuencia a rendir cuentas ante los diputados que lo investigan por el caso UPAD, pero insistió en su desacuerdo a comparecer en el plenario legislativo, tal como lo aprobaron los diputados.
Alvarado manifestó, este jueves, que iría a comparecer al Estadio Nacional, si el problema es el espacio, pero alegó que el plenario es “sagrado” y que se debe respetar la Constitución Política.
“La gente tiene que decidir de qué lado está: si está del lado de la mentira o de la verdad, si está del lado de la legalidad o de la ilegalidad. Y no es solo que nosotros que ejercemos la función pública tenemos que estar del lado de la legalidad, sino que juramos al pueblo estar del lado de la legalidad, juramos ante la Constitución”, dijo Alvarado en Casa Presidencial.
“Yo estoy deseando la oportunidad de rendir cuentas. La deseo, la anhelo, pero no contra la Constitución. Yo puedo ir donde sea. Si hace falta espacio, puedo ir al Estadio Nacional, pero el plenario es sagrado porque está en la Constitución, es sagrado. Y la Constitución dice claramente lo que a mí se me permite hacer ahí”.
“Si somos los primeros llamados a respetar la Constitución, ¿la vamos a irrespetar en esto? ¿Y después en qué más la vamos a irrespetar? Ese es el dilema central de este país”, argumentó el mandatario.
Este miércoles, 40 diputados aprobaron una moción para que Alvarado se presente en el plenario el 10 de febrero a comparecer ante la comisión que investiga el caso de la Unidad Presidencial de Análisis de Datos (UPAD). Todos los diputados podrán asistir.
Un criterio de Servicios Técnicos del Congreso había señalado que celebrar la audiencia en ese recinto sería “exceder la lógica parlamentaria”, pues la Constitución solo prevé la interpelación de ministros en el plenario.
La ministra de la Presidencia, Gianinna Dinarte, adelantó desde el miércoles el desacuerdo de Casa Presidencial con la moción de los diputados.
Dinarte insistió en la anuencia de Zapote de desconvocar todos los proyectos de las sesiones extraordinarias para que los diputados tengan la garantía de una sesión extensa que permita que todas las fracciones puedan interpelar al presidente.
El presidente del Congreso, Eduardo Cruickshank había indicado, la semana anterior, que la audiencia podría realizarse en salas con más espacio como el salón de expresidentes. Sin embargo, los diputados insistieron que fuera en Plenario.