El presidente de la República, Carlos Alvarado, afirmó este jueves que el Partido Liberación Nacional (PLN) perdió la vocación de gobernar.
Así reaccionó luego de que la jefa de fracción del PLN, la diputada María José Corrales, declaró que su bancada no correría con los proyectos de impuestos de la agenda del FMI y exigió más acompañamiento y responsabilidad de los ministros en el proceso legislativo.
“Francamente, me tiene sin cuidado, por una parte, porque eso lo que muestra es que es una agrupación que ha perdido su vocación de Gobierno.
“Yo creo que este juego que hemos tenido por semanas y meses, de que si es el Ejecutivo o el Legislativo, la gente no entiende.
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“El Ejecutivo no puede legislar. A nosotros nos ofrecen oficinas para ir a trabajar a la Asamblea Legislativa; la Asamblea Legislativa es para que trabajen los diputados y las diputadas.
“Son ellos los que tienen derecho de enmienda. Se nos dijo que hacía falta textos sustitutivos. Entonces, yo no puedo pelear por la voluntad de otros; si no tienen la voluntad, yo seguiré peleando por mi voluntad, pero lo que demuestran es eso, una pérdida absoluta de la vocación de gobierno.
“Entonces, por eso me tiene sin cuidado, porque ese no es problema mío, yo estoy gobernando”, declaró Alvarado durante una visita al vacunatorio instalado en el mall Multicentro, en Desamparados.
¿A qué obedece el conflicto?
En enero del 2021, el Gobierno firmó un acuerdo de ajuste fiscal con el Fondo Monetario Internacional (FMI), a cambio de un crédito de $1.778 millones para frenar el deterioro de las finanzas públicas.
A cambio del préstamo, que ya fue aprobado por los diputados y que será desembolsado en seis tractos semestrales, el país se comprometió a implementar medidas que reduzcan el gasto público y que aumenten los ingresos, con la intención de detener el aumento de la deuda pública y del déficit fiscal.
Entre finales de este mes y principios de octubre, vendrá una misión del FMI a evaluar el cumplimiento de la agenda, de lo cual depende el segundo desembolso del crédito.
Los diputados avanzaron con el proyecto de reforma al empleo público, el cual contendría el gasto en remuneraciones; únicamente, esperan que la Sala IV envíe su pronunciamiento completo sobre el plan para enmendarlo.
Sin embargo, los congresistas no han avanzado significativamente con las reformas de impuestos que aumentarían la recaudación fiscal.
El pasado mes de agosto, los ministros de la Presidencia y Hacienda, Geannina Dinarte y Elian Villegas, efectuaron reuniones y envíos de cartas en procura de convencer a los diputados sobre la necesidad de avanzar con estos planes e, incluso, de crear una comisión especial para ver los expedientes de la agenda FMI.
No obstante, las bancadas legislativas rechazaron crear una comisión especial, al tiempo que la Unidad Social Cristiana (PUSC) descartó cualquier apoyo a los proyectos.
Bajo ese panorama, al Gobierno le resultaba indispensable el apoyo de la bancada del PLN, la mayor del Congreso, con 17 diputados.
El 26 de agosto, ante la insistencia del Poder Ejecutivo sobre el avance de la agenda, la bancada de Liberación le exigió a Casa Presidencial presentar textos sustitutivos para los proyectos, al considerar que los enviados a principios de año contenían errores.
En una reunión, la ministra de la Presidencia había denunciado poco trabajo en las sesiones programadas para discutir los proyectos de la agenda del FMI, en las comisiones de Hacendarios, Jurídicos y Económicos.
Esta aseveración molestó a la jefa del PLN y a la presidenta legislativa, Silvia Hernández, quienes señalaron que algunos traspiés, sobre todo en Jurídicos, obedecieron a ausencias de diputados del PAC.
El 2 de setiembre, el presidente Alvarado, les achacó “miedo electoral” y “miedo a decir la verdad” a los candidatos y diputados que se oponen a los proyectos de la agenda pactada con el Fondo Monetario. Además, cuestionó por qué los legisladores no ejercían su derecho de enmienda para corregir los proyectos.
Un semana después, el 9 de setiembre, el Gobierno envió nuevas versiones de cinco proyectos, en las que atenuó los incrementos de impuestos en renta global, casas de lujo, lotería, eliminación de exoneraciones fiscales y aporte de empresas públicas a la deuda pública.
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Esta semana, el 15 de setiembre, ante los nuevos textos, la jefa del PLN declaró que su fracción no va a correr “de manera irresponsable” con las iniciativas.
“Todo depende del acompañamiento técnico que presente el Gobierno en cada una de las iniciativas, en las diferentes comisiones. No vamos a correr a golpe de tambor”, comentó Corrales a La Nación.
Para el momento en que dio las declaraciones, la bancada de Liberación no había discutido los nuevos proyectos. Tampoco lo había hecho la fracción de Restauración Nacional.
En las versiones alternativas, Presidencia desistió de gravar casas cuyas construcciones estén valoradas de ¢108 millones en adelante y, a la vez, eliminó la idea de subir los tributos a los excedentes de solidaristas y cooperativistas.
En el caso de renta global, se propuso subir de ¢683.000 a ¢702.000 mensuales el monto a partir del cual los asalariados y trabajadores independientes pagarían impuesto sobre la renta.
En tanto, el 25% de gravamen sobre la lotería se aplicaría para los premios superiores a ¢462.000, al tiempo que se plantea el cobro sobre las loterías informales.
El 14 de setiembre, en Cartago, antes de que el PLN se pronunciara, el presidente Alvarado dijo que se debían tomar “decisiones valientes” en lo que quedaba de su administración, en referencia a la agenda fiscal.
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