Para justificar que el propio presidente Carlos Alvarado pagó los servicios que recibió en el hotel Hacienda Punta Islita, el fin de semana pasado durante un viaje de descanso, sus abogados mostraron la noche del miércoles un conjunto de facturas a nombre del mandatario y las enviaron a la Fiscalía General.
Sin embargo, el grupo de facturas tiene una extraña característica: tanto por alojamiento como por alimentación, la defensa aportó dos facturas distintas del hotel por el mismo monto, unas con IVA y otras sin IVA.
Además de que unas no desglosan el impuesto y las otras sí, las facturas tienen distinta numeración y distintas fechas de emisión.
En el caso del alojamiento, la primera factura divulgada por Casa Presidencial la noche del lunes, es la 125125 emitida el 10 de agosto por ¢414.000.
Cuando surgieron dudas de por qué no incluía el impuesto sobre el valor agregado (IVA), los abogados del presidente presentaron una nueva factura, la 125128, emitida el 12 de agosto, por los mismos ¢414.000, pero cambiando el desglose.
La primera factura solo cobraba ¢138.000 por cada una de las tres noches para un total de ¢414.000. La segunda cambia las cifras y cobra ¢122.124 por noche para un total de ¢366.372, más ¢47.628 de IVA.
Exactamente lo mismo ocurre con las facturas de alimentación.
En la noche del lunes, la Presidencia mostró la factura 125124, del 10 de agosto, por ¢298.320, lo que incluía ¢271.200 de alimentación más ¢27.120 correspondientes a un 10% de servicio, pero no incluía el IVA.
El hotel Hacienda Punta Islita asegura que todo se debió a una cadena de errores involuntarios por parte del funcionario que le cobró los servicios al presidente.
En la noche del miércoles, los abogados de Alvarado presentaron la factura 125129, del 12 de agosto, por el mismo monto, pero reduciendo el monto de alimentación a ¢242.556 para agregar ¢31.524 de IVA. Y hay otro detalle, el cobro por 10% de servicio baja a ¢24.240.
Consultado por este punto, el abogado Rodolfo Brenes indicó: “El señor presidente canceló los servicios del hotel el domingo 9 en horas de la noche, eso porque salía temprano del hotel al día siguiente. Cuando uno sale de un hotel, generalmente le dan un papelito que es como el detalle de lo consumido, ese documento de la fecha del 10 de agosto, es un documento que físicamente le dieron a don Carlos en el hotel a su salida del mismo.
“El segundo documento es ya la factura electrónica emitida por el sistema de facturación que le llegó con posterioridad. Ambos son por el mismo monto”, dijo.
“Ambas son por los mismos conceptos, nada más que una es la que le entregaron físicamente a don Carlos y la otra es la factura electrónica. La primera, que era la única que teníamos y fue la que se había revelado antes, por algún motivo no desglosaba el monto del IVA, la factura electrónica sí lo tiene”, agregó.
No obstante, la Dirección General de Tributación le restó validez a los segundos documentos, pues considera que no reúnen los requisitos de una factura electrónica.
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