El presidente electo, Carlos Alvarado Quesada, le ofrece a los partidos de oposición casi la mitad de los puestos del próximo gabinete. Eso sí, para formar parte del gobierno de unidad, será obligatorio que los partidos suscriban una agenda de temas legislativos, los cuales deberán aprobar y no obstaculizar.
El diputado Ottón Solís, miembro del equipo de Alvarado, explicó esta mañana que ese es el mecanismo escogido para conformar un gobierno de unidad. Así lo explicó en una entrevista con Ignacio Santos, director de Telenoticias.
"O sea, una parte del Ejecutivo, la idea de Carlos, es que la mitad más uno los nombraría él, y el resto se repartiría proporcionalmente de acuerdo al peso legislativo, el número de diputados que tengan los partidos que sean parte del gobierno nacional", explicó Solís a La Nación.
Carlos Alvarado empezó esta mañana el acercamiento con los otros partidos al enviarles cartas a los dirigentes y diputados electos de los seis partidos que tendrán representación en la próxima Asamblea Legislativa: Liberación Nacional (PLN), Unidad Social Cristiana (PUSC), Integración Nacional (PIN), Restauración Nacional (PRN), Frente Amplio (FA) y Republicano Sociacristiano.
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La idea es que la primera reunión con esas fuerzas políticas se haga esta misma semana, según comunicó el Partido Acción Ciudadana (PAC).
"La idea es que los comités ejecutivos de cada partido convoquen a sus diputados para ver los temas en los que puedan comprometerse a estar de acuerdo y, luego, si se logra eso y vamos juntos con una agenda legislativa interesante, pues los partidos que sean parte del gobierno nacional, propondrían ternas para los cargos y Carlos escogería de esas ternas a quién nombrar", explicó Solís.
El diputado prefirió no detallar los temas que estarían en el acuerdo que se ofrecerá a los partidos, pues, según dijo, antes se debe negociar y escuchar las sugerencias de todos. No obstante, adelantó que serán importantes la agenda fiscal, reformas al Estado y al Reglamento legislativo, así como infraestructura, seguridad ciudadana y el "fundir" algunos programas.
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En opinión de Solís, una conformación multipartidaria del gabinete no tiene por qué implicar una mayor dificultad para mantener el control del Ejecutivo.
"El poder sobre los miembros del Poder Ejecutivo es muy fácil. Si los diputados de ese partido incumplen con los acuerdos, con la agenda sustantiva o la boicotean, el presidente tendrá el poder de despedir a los ministros que sugirió ese partido, y no quita que el presidente no despida a un ministro originado en esos partidos, aunque los diputados no se separen del acuerdo, por razones éticas o de otro tipo. Pero en ese caso, el partido podrá ofrecer otra terna", manifestó Solís.