El presidente Carlos Alvarado regresó de su fin de semana de descanso, en el hotel Hacienda Punta Islita, Nandayure, Guanacaste, en un viejo conocido de polémicas políticas.
Se trata del helicóptero TI-AZF, en el que aterrizó en el sector de San Rafael de Alajuela a las 7:50 a. m. de este lunes 10 de agosto, según registros de Aviación Civil. La aeronave venía con siete personas.
Luego de nueve horas de hermetismo, desde que este medio consultó sobre quién pagó el transporte del fin de semana de descanso en helicóptero, Casa Presidencial comunicó anoche, a las 9:30 p. m., que el presidente costeó a medias el viaje ida y vuelta junto con el ministro de coordinación con el sector productivo, André Garnier.
Un comunicado de Zapote precisó que Garnier se encargó de la logística de los vuelos y que, para estos, se utilizaron dos helicópteros distintos.
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Según registros de Aviación Civil este fue el itinerario:
-El viernes 7 de agosto, partieron de San José poco después del mediodía en el helicóptero matrícula TI-BET, propiedad de la empresa Servuss S. A., de la cual Garnier es socio. Según Presidencia, a las 7 p. m. de este lunes, Garnier le pidió al presidente reintegrar $930 correspondientes a la mitad del costo.
-El lunes 10 de agosto, regresaron en la aeronave TI-AZF, propiedad de la firma Viajes Especiales Aéreos. En un comunicado de prensa, Zapote aportó una factura de esta empresa por $1.627 e indicó que Alvarado y el ministro pagarían la mitad cada uno.
Historias políticas del TI-AZF
Varios servicios brindados por la aeronave matrícula TI AZF en los últimos cinco años perdieron toda privacidad y sacudieron el acontecer político del país en los meses que precedieron las elecciones presidenciales del 2018.
El helicóptero se convirtió en protagonista del escándalo del cemento chino el 28 de setiembre del 2017, cuando el piloto Roberto Arguedas reveló, en la Asamblea Legislativa, que recibió instrucciones del empresario del cemento chino, Juan Carlos Bolaños, para trasladar en él a cinco políticos de alto perfil.
A José María Figueres, expresidente y excandidato del Partido Liberación Nacional (PLN), lo llevó en dos ocasiones a realizar recorridos de precampaña en Tilarán.
Hace dos años y medio, La Nación reveló que Figueres pagó dichos traslados ocho meses después de recibir el servicio, así como que las facturas que le presentó a su partido tenían una inusual enumeración.
A Paola Mora, expresidenta de la Junta Directiva del Banco de Costa Rica (BCR), el piloto la llevó en la aeronave a inicios del 2017, porque Bolaños quería que ella viera un lote en Ciudad Colón.
El exdiputado libertario Otto Guevara utilizó el helicóptero en 2016, para visitar, junto a su pareja, la mansión del empresario cementero en Tempate, Guanacaste.
Mientras, el exlegislador Johnny Leiva, de la Unidad Social Cristiana (PUSC), sobrevoló el volcán Tenorio a bordo de la aeronave, en un “regalo” que Juan Carlos Boaños le hizo al dueño de un hotel en Guanacaste.
La quinta figura que quiso volar en el helicóptero TI AZF por mediación de Juan Carlos Bolaños fue el excongresista verdiblanco Rolando González, quien quiso llegar por aire hasta Upala cuando el huracán Otto azotó la zona, en el 2016.
Sin embargo, el plan se frustró porque las autoridades no le permitieron despegar del aeropuerto de Pavas.
El año pasado, la Procuraduría de la Ética Pública (PEP) concluyó que González violentó su deber de probidad al pedir el préstamo del helicóptero.
Durante su mediática comparecencia en el Congreso, en plena investigación de los malabares que hizo Bolaños para que bancos públicos le financiaran la importación de cemento chino, el piloto Arguedas dijo que para viajes personales y vuelos de cortesía, una llamada de Bolaños bastaba para despegar.
En ese momento, la aeronave la alquilaba la empresa Viajes Especiales Aéreos S. A. (Veasa), a $1.850 por hora.
Al iniciar el 2018, la atención del mismo helicóptero pasó del escándalo del cemento chino a las elecciones presidenciales, cuando el entonces candidato restauracionista, Fabricio Alvarado, llegó por aire a una gira por Puntarenas.
La aeronave seguía perteneciendo a Veasa, pero la empresa había cambiado de propietario. Su nuevo dueño, Franciso Jiménez, negó tener vínculo alguno con Bolaños.
El partido de oposición se apresuró a decir que el viaje lo regaló el “ganadero” Paulo Rodríguez Herrera. El dinero, supuestamente, lo dio la mamá del donante.
Sin embargo, luego de investigar, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) detectó que, de los $3.770 que costó el viaje, $2.130 fueron desembolsados por dos sociedades anónimas, lo cual está prohibido por el Código Electoral, e incluso es penado con cárcel.
Según la denuncia que el órgano presentó en la Fiscalía, el comando de campaña de Alvarado habría utilizado un “testaferro” para ocultar los verdaderos donantes de esos viajes en helicóptero.
El TSE detectó giros provenientes de las firmas Inversiones Goldcafé y Punta Gabriela de Dominical, aunque la ley prohíbe donaciones de sociedades jurídicas.
Según reportó La Nación en agosto del 2018, el representante judicial y extrajudicial con facultades de apoderado generalísimo sin límite de suma de Punta Gabriela de Dominical S. A. era un estadounidense de 56 años, de nombre Murray Jesse Maurer II, dueño del hotel de lujo Punta Gabriela, ubicado en playa Dominical.