La pasión de Carolina Hidalgo Herrera por la natación en aguas abiertas nació en las pozas donde ella iba de niña, equipada con unos neumáticos que utilizaba como flotadores para disfrutar con su familia.
A la expresidenta de la Asamblea Legislativa (2018-2019) le gustan las competencias de larga distancia en mar abierto, pero su favorita es la prueba de 5 kilómetros debido a los retos que significa.
“Todo es mental, yo creo que después de los 1.500 metros ya está listo para los 5 kilómetros. Pero sí es cierto que, como en todos los deportes, hay un especie de autosabotaje.
“La mente empieza a decir ‘¿por qué estoy aquí, qué cansado, qué calor?’. Uno empieza a autosabotearse, entonces el nadar me ayuda a decir: ‘Hay que llegar, hay que llegar; si no, me voy a quedar aquí en medio mar’”, comenta.
Pero la natación no es el único deporte que practica. De hecho, durante su periodo como diputada del Partido Acción Ciudadana (PAC), tuvo la oportunidad de darle rienda a su otro amor: el ciclismo.
Hidalgo cuenta que la bicicleta fue su medio de transporte predilecto para viajar al alto de Cuesta de Moras, en momentos en que la pandemia obligó a restringir la circulación de vehículos.
Ahora, un año y medio después de haber dejado su curul, está incursionando en el Slackline, que consiste en caminar sobre un tipo de cuerda floja en el bosque, a unos 70 metros de altura, amarrado a un arnés.
Beca la llevó a estudiar en Europa
Su amor por los deportes ha ido de la mano con otras de sus grandes pasiones, el estudio y la política, que la impulsaron a ganarse una beca e irse a estudiar al continente europeo.
En el 2010, cuando tenía 26 años, se marchó a España para cursar una maestría en Ordenamiento Territorial y Desarrollo Local, en la Universidad de Sevilla, donde tuvo choques culturales fuertes y difíciles de digerir.
De esa primera vez que estuvo en el extranjero guarda varias anécdotas, como la impresión que le causaron las formas de movilidad pública que hay en Europa y la terrible falta que le hizo la comida tica.
Esta ramonense recuerda con una gran sonrisa los apuros que pasaba para lograr que maduraran los plátanos verdes que conseguía en tiendas africanas.
“Yo añoraba nuestros platanitos maduros. Entonces, los ponía a madurar en la habitación de la residencia, pero las señoras cuando llegaban a hacer limpieza me los botaban si los veían negros o con puntitos negros.
“Y yo decía: ‘¡Nooo!’. Sufría porque no me entendían la necesidad que era para mí poder comer plátano maduro y que yo estaba procurando que estuviera maduro porque entre más negro mejor, porque está más dulcito”, relata.
Hidalgo va por su tercer posgrado en el extranjero. El segundo lo hizo en Alemania, donde realizó una pasantía para desarrollar una investigación sobre la movilidad urbana de Alemania versus Costa Rica.
Su próximo reto será en Ginebra, Suiza, donde gracias a una beca realizará un programa de maestría sobre estudios avanzados en política pública y seguridad.
Tras su salida del Congreso, impartió lecciones de derecho público en la Universidad de Costa Rica (UCR) y forma parte de Conversable, una ONG que busca impactar con técnicas de comunicación no violenta y mediación.
Tiempo en familia se volvió su favorito
Luego de los cuatro años de ajetreo legislativo, esta política disfruta de pasar el tiempo con sus padres y sus seis hermanos, a los cuales asegura disfrutar mucho.
Para ella ver a sus padres encaminarse hacia la vejez le ha permitido percatarse de las necesidades que se tiene al llegar a esas edades, especialmente por su madre, que está experimentando un proceso de demencia senil.
“Empezar a ver cuáles son las reflexiones de ella de cuando era adolescente, cuando era niña, es muy graciosa, se ríe mucho ahora y creo que disfruta de sus aventuras en cada una de sus etapas.
“Las cuenta como si fueran recientes o actuales, entonces ha sido muy bonito escuchar a mi mamá en esta nueva versión.
“Ahora tener tiempo y escucharla también ha sido de lo más bonito. A veces, la familia es muy sacrificada en estos procesos de toma de decisiones. Entonces, es muy bonito poder volver a ellos”, cuenta sonriendo.
Gusta de pasar tiempo con su perrita Creta y leer comic books feministas, un tipo de lectura que descubrió gracias a un libro llamado “Persepolis”, donde una joven cuenta cómo el país donde vivía dejó de ser democrático.
Por otra parte, observar la naturaleza se ha convertido en otros de los hobbys de Carolina Hidalgo.
Asegura que ama la biodiversidad nacional y las playas, en especial Uvita, en el Caribe sur, donde sueña tener algún día una cabaña para poder retirarse cuando llegue a la tercera edad.
Del Caribe no solo disfruta sus playas, sino también su comida, pues más allá de encantarle el rice and beans, su platillo favorito es el Plan tin tart (o plantintá).
En su nueva etapa, Hidalgo reconoce la importancia de poder enfocarse ahora en su salud mental, invertir en procesos de retro inspección y de mejora permanente.
“Nos enseñan lo importante que es ir al dentista, o estar al día con las vacunas, por ejemplo. Pero nadie te dice lo importante que es tener salud mental y hacer un trabajo con eso, si se puede acudir a un especialista en salud mental o en psicología, creo que es una de las cosas más importantes”, explica.
Apasionada por la política
Aunque es la primera en su familia en ser política, Carolina Hidalgo reconoce que su interés despertó al crecer viendo a sus padres involucrarse activamente con la comunidad, en las juntas de desarrollo o los comités locales.
Su pasión inició desde que estaba en la escuela, donde llegó a ser vicepresidenta estudiantil. Luego, en el colegio, optó por ser parte del tribunal electoral, y comenta que disfrutó muchísimo de la experiencia.
Tanta atracción por los asuntos políticos llamó la atención de uno de sus profesores de Educación Cívica, quien le enseñó a sintonizar por radio las sesiones de la Asamblea Legislativa.
Desde entonces, disfrutaba de escuchar los debates parlamentarios.
Al PAC ingresó cuando el partido comenzaba a dar sus primeros pasos. Al inicio participaba en los puestos más bajos, pero al regresar de su primera maestría, en 2010, fungió como asesora.
Luego, se pasó al Poder Ejecutivo y en el 2018 regresó a la Asamblea Legislativa como diputada.
Uno de sus mejores recuerdos de su etapa como legisladora es la aprobación de la reforma fiscal, pues aunque admite que fue un tema muy convulso, alega que las finanzas públicas y diversos sectores agradecen hoy el esfuerzo.
También recuerda con cariño la aprobación del reglamento legislativo y el ingreso de Costa Rica a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Hidalgo fue precandidata del PAC para las elecciones del 2022. A la fecha no está segura de volver participar de nuevo en procesos de elección popular.
“Todavía no lo sé. Lo que sí estoy muy clara es que a mí me importa mucho el rumbo que tiene el país, y me gusta observar la aplicación de políticas públicas y sus resultados.
“No estoy segura si voy a volver formalmente a un espacio de toma decisiones o un cargo de participación política. Lo que sí estoy segura es que voy a seguir aportando”, sostiene.
Machismo en la política
Carolina Hidalgo afirma que en su paso por el Congreso vivió momentos oscuros y llenos de machismo. Uno de esos episodios incluso la llevó a interponer una denuncia judicial contra otro legislador.
“Me vi en la necesidad plantear procesos penales contra uno de mis compañeros que después fueron rechazados por la Sala Tercera, porque para ese entonces no existía la tipificación de la violencia política contra las mujeres, en razón del género”, comenta.
Ante esa situación, la exlegisladora se enfocó en buscar la manera de generar una norma que impidiera que se repitieran casos de ese tipo.
Ella es enfática al señalar que existe una deuda que impide que las mujeres ejerzan libremente los puestos políticos, en especial cuando en sus círculos inmediatos se les culpa por dejar solos a los hijos o la pareja.
“Sigue habiendo muchísimo machismo en el ejercicio de la política, todavía se da muchísima violencia.
“Creo que en los cargos de vicealcaldesa o regidoras las mujeres todavía sufren una violencia bastante más significativa que la que tal vez experimentamos personas que estamos en campos mucho más visibles”, lamenta Hidalgo.