Carolina Hidalgo, diputada y precandidata de Acción Ciudadana (PAC), dice mantener su compromiso con las finanzas públicas y con el proyecto de empleo público para poner orden en las remuneraciones.
No obstante, ahora condiciona su voto a que se elimine la cláusula de conciencia, mecanismo declarado constitucional por la Sala IV que permitiría a funcionarios rechazar capacitaciones obligatorias si consideran que van en contra de sus convicciones.
Hidalgo niega haber mentido cuando dijo, con ocasión del primer debate del plan de empleo público, que el país podría quebrar sin este proyecto y que esa era la reforma posible.
Ahora, después de la resolución de la Sala Constitucional, alega que la reforma está condicionada a un tema de derechos humanos.
— Cuando usted votó a favor de empleo público en primer debate dijo: “El acuerdo del FMI requiere la aprobación del proyecto de empleo público. Sin ese acuerdo estaría en peligro la estabilidad económica de Costa Rica, es decir, Costa Rica podría quebrar”. Lo advirtió en una carta que compartió en redes sociales. ¿Usted está dispuesta a permitir que el país quiebre, como usted dijo, si no se excluye la cláusula de objeción de conciencia?
— Mi posición siempre ha sido un total compromiso con la estabilidad de las finanzas públicas del Estado. Yo creo que en este proyecto, desgraciadamente, se ha establecido una falsa dicotomía entre derechos humanos y estabilidad económica; creo que las dos son posibles.
“Ese es el esquema y modelo de desarrollo de un país que observo y veo necesario, y la mejor prueba de eso es que, en ese cuatrienio, hemos aprobado la reforma fiscal y no se condicionó a temas de derechos humanos; se aprobó el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y no se condicionó a materia de derechos humanos; por supuesto, he apoyado estos dos proyectos. De hecho el de la reforma fiscal lo lideré y mi compromiso sigue intacto.
“En esta ocasión, para el segundo debate, me parece, sobre todo importante, hacer todo el esfuerzo posible para hacer la exclusión de objeción de conciencia.
“Hay herramientas procesales para generar la exclusión de manera tal que haré uso de todas estas para poder lograr que, así como la reforma fiscal se dio sin condicionar temas de derechos humanos, así como el acuerdo con el FMI se dio sin ese condicionamiento, pues en este caso sea el mismo.
“Es decir, tengo el deseo de poder construir los consensos necesarios para lograr la reforma al empleo público sin la objeción de conciencia con todos los procedimientos”.
— ¿Está segura de conseguir el consenso necesario sin que el proyecto entre en peligro?
— Haré todo el esfuerzo posible y que esté en alcance, tanto en conocimiento procesal como político. Creo que no soy la única diputada a la que le preocupa; creo que es importantísimo el tema de la estabilidad económica y que podamos mantener separados, además, el involucramiento de pensamientos, que quizás no son los más adecuados, o de mezclar falsas dicotomías como decir que la estabilidad tiene que relacionarse o condicionarse con el tema de derechos humanos.
— También dijo usted en esa ocasión que este era el proyecto posible, y que si bien no le gustaba la cláusula de conciencia o no estaba de acuerdo, ese era el proyecto posible. ¿Mintió usted cuando dijo que este proyecto era necesario para resguardar a Costa Rica en vista de que ahora es capaz de retirar el apoyo a ese proyecto tan trascendental que usted dijo?
— No. Yo emití mi primer voto entendiendo que existen fases de otras etapas del proyecto en la Asamblea; de hecho, hice uso de varias de ellas. Una fue la firma de las mociones para poder eliminar la objeción de conciencia, y la otra fue la firma de la consulta sobre objeción de conciencia para poder eliminarla.
“No comparto el criterio; entonces, insisto, haré todo el esfuerzo para lograr consolidar el proyecto y eliminar ese tema”.
— ¿Y sin quitar la objeción de conciencia usted votaría ese proyecto que evitaría que Costa Rica quiebre, como usted lo dijo?
— Así lo manifesté el lunes de esta semana, pero tengo toda la fe de que no lleguemos a ese escenario. Me parece que es posible construir esa ruta y en eso ponemos toda la energía.
— En ese escenario, ¿lo consideraría?
— Lo he planteado claramente, pero creo que es posible conseguir un consenso. Además, no es solo el único proyecto; también hay muchos otros con los que estamos comprometidos en muchas comisiones y también estoy trabajando para que logren consolidarse sin condicionar derechos humanos.
— El presidente Carlos Alvarado manifestó este domingo que esperaba que el proyecto siga teniendo una votación nutrida, y que porque no se necesitan 38 votos, no haya diputados que quieran evitar el costo político. Usted está en campaña política. ¿Qué opina usted sobre ese comentario del presidente?
— No me quiero referir al respecto.
— ¿Qué tan importante es la objeción de conciencia en su campaña?
— Todos los temas son importantes. Creo que puede revisar mi trayectoria en este cuatrienio. Mi compromiso desde el día uno con los proyectos relacionados con la estabilidad económica, ha sido suficiente, claramente demostrados y constatados y, también, mi compromiso con materia de derechos humanos.
“Genuinamente, creo en un país capaz de llevar ambas agendas de la mano sin que una signifique la elección por la exclusión de la otra”.
— Usted ha hecho referencia durante su gestión de que la política es el arte de hacer lo posible. Entonces en caso de que usted fuera electa mandataria, ¿frenaría un proyecto como este, después de casi dos años de trabajo, que involucró a muchísimos sectores y diputados, por una cláusula constitucional que no fue de su gusto?
— Creo posible avanzar con un proyecto como este sin condicionarlo por un tema de objeción de conciencia. Creo que es posible llevar ambas agendas adelante, tanto la reforma al empleo público como la de derechos humanos, sin que sean disminuidos.
— Como todo presidente o presidenta habrá que negociar ciertas cosas. ¿Usted no estaría dispuesta a negociar algo como la objeción de conciencia?
— Creo posible en el balance de ambas agendas.
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