La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) proyecta un impacto de ¢757.000 millones en sus finanzas, este año, por causa de la pandemia del coronavirus.
Esa cifra equivale a un 14% del presupuesto inicial con el que empezó la Caja el 2020, que fue de ¢5,3 billones, según datos de la Contraloría General de la República.
Un escenario crítico, elaborado por la Gerencia Financiera de la CCSS, estima una reducción de ¢346.500 millones en los ingresos del seguro de salud, los cuales provienen de las cuotas que aportan los patronos y los trabajadores sobre los salarios.
A la vez, el régimen de pensiones de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) sufriría una disminución de recursos de casi ¢286.000 millones, también como consecuencia de la crisis económica que golpea a productores y trabajadores.
Las caídas en los ingresos del seguro de salud y del régimen del IVM suman unos ¢632.500 millones
En tanto, mientras los recursos caen, la CCSS prevé un aumento de gastos por casi ¢125.000 millones en el seguro de salud debido a los costos de atender la pandemia.
La cifra global del impacto financiero, de ¢757.000 millones, la expuso el presidente ejecutivo de la Caja, Román Macaya Hayes, durante una audiencia en la Comisión de Asuntos Hacendarios.
En ese foro, se discute el segundo presupuesto extraordinario de la República del 2020, el cual incluye un giro de ¢33.000 millones a la Caja, para compensar la reducción en la base mínima contributiva, que es el monto mínimo a partir del cual una persona se puede asegurar.
La base fue reducida, en acuerdo con el gobierno, para facilitar que las personas afectadas económicamente por la crisis del coronavirus no fuesen excluidas del seguro social durante la crisis.
“Las finanzas de la institución tienen un doble embate: el aumento de los costos de atención por la pandemia y la reducción de los ingresos de las cuotas obrero-patronales”, explicó Macaya.
El presidente de la CCSS detalló que, por ahora, se calcula el impacto final en los ingresos por la reducción de la base mínima contributiva en ¢49.110 millones.
“Hacemos una proyección, mes a mes. Tenemos datos duros y reales de cuánto se redujeron los ingresos por informalidad y reducción de la base mínima contributiva”, comentó Macaya.
Añadió que, en los ¢757.000 millones, no se contempla la atención que ha dejado de dar la institución en sus diferentes centros hospitalarios, en estos meses, como cirugías y citas consulta externa, a causa del cumplimiento de todas las normas extraordinarias.
Esos costos adicionales están, aproximadamente, en los ¢32.000 millones, dijo Macaya. “Son servicios que vamos a reponer, cuando podamos hacerlo”, apuntó.
Pese a esos números presentados frente a los congresistas, el presidente de la Caja dijo que la institución “no está quebrada", pues tiene dos reservas importantes. Una es el fondo para el seguro de enfermedad y maternidad (SEM), que consta de ¢1,3 billones, y el otro es la reserva del Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), con ¢2,4 billones.
Eso sí, Macaya apuntó que tomar fondos del SEM no es gratuito, porque no es dinero parqueado, sino fondos para infraestructura y equipamiento, específicamente para el portafolio de inversión de los diez grandes proyectos hospitalarios.
De esos proyectos, ya cuatro están en camino: Puntarenas, Turrialba y las futuras torres médicas de los hospitales México y Calderón Guardia.
Macaya agregó que, hasta que no haya claridad sobre el costo total de la pandemia y cómo se va a financiar, la CCSS prefiere no tomar decisiones sobre tomar títulos del fondo del SEM. En cuanto a los del IVM, no los pueden tocar, porque son para las pensiones.
Inyección al fondo de emergencia
La CCSS también tiene un fondo de contingencia que ya había recibido una inyección importante, de ¢20.000 millones y que, en total, estaba compuesto por ¢65.000 millones.
Román Macaya manifestó que ya se ha utilizado el 55% de ese fondo y se tomó la decisión, en la entidad, de inyectarle otros ¢20.000 millones.
Ese fondo funciona para “atender todos los gastos con una mayor agilidad en la atención de los usuarios”, dijo el presidente de la CCSS.
Macaya apuntó, luego de escuchar felicitaciones de varios legisladores sobre la manera en que se ha atendido la pandemia del coronavirus, que el problema en los cálculos financieros en todos los países es que “nadie puede decir, en el mundo, cuándo termina la pandemia”.
“Estamos muy lejos de la inmunidad del rebaño, cuando ya todos podemos comenzar a circular libremente sin peligro de terminar en un hospital”, explicó.