Madrid
La costarricense Christiana Figueres, que aspira a la secretaría general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), quita importancia a la primeros sondeos que la sitúan a la cola y confía en las posibilidades de su propuesta, basada en restaurar la esperanza y cambiar la " desesperación y negativismo" por una nueva "actitud".
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"Es simplemente una primera votación, no hay que darle más importancia. Es solo una aproximación", defendió en una entrevista con la agencia de noticias EFE en la Casa de América de Madrid, ante el resultado de la primera votación del Consejo de Seguridad de la ONU, que la sitúa en clara desventaja frente al resto de candidatos.
Figueres, que visita España dentro de su gira para recabar apoyos, llega a esta carrera respaldada por el logro histórico del acuerdo contra el cambio climático de París, que se gestó bajo su mandato como Secretaria de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y que muchos gobiernos dieron por perdido tras el fracaso de la cumbre de Copenhague (2009).
Aferrada al lema de "Imposible no es un hecho, es una actitud", Figueres cree que no estar entre las favoritas se debe a que su candidatura era "la más fresca, la más corta".
Figueres, de 59 años, terminó su mandato como secretaría de CMNUCC hace tan solo dos semanas, y decidió esperar hasta entonces para lanzar su candidatura a la Secretaría General, algo que reconoce que juega en su contra.
"Hay otros candidatos que ya presentaron su candidatura hace un año o más. Es entendible que yo no he logrado en 15 días conversar con todo el mundo, no he logrado difundir los mensajes de la candidatura. Estoy satisfecha con el hecho de haber sacado esos resultados después de este escaso tiempo", añade.
La candidata, que obtuvo cinco votos a favor, cinco en contra y cinco países no se pronunciaron, agradece la "transparencia" del Gobierno de España, que este viernes decidió apoyar las tres candidaturas iberoamericanas, la de la propia Figueres, la del portugués Antonio Guterres (favorito por ahora) y la de la canciller argentina Susana Malcorra.
Economista, antropóloga e hija del expresidente costarricense José Figueres Ferrer, que abolió el ejercito del país centroamericano en 1948, la candidata se muestra confiada en sus posibilidades y no cambiará las líneas maestras de su campaña.
Bajo el lema "Restaurando la esperanza", sus prioridades al frente de las Naciones Unidas incluirían la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible que adoptó la ONU el pasado año, proyecto en el que "no solo está la senda hacia el desarrollo" , sino que se constituye como un "potencial jardín de paz" que evitará conflictos en el futuro.
Figueres cree que "los éxitos que ha tenido Naciones Unidas no se recuentan tanto como los retos a los que todavía se enfrenta", por lo que cree que en el organismo necesita "una voz cantante que comunique esperanza".
"En este momento en el mundo está prevaleciendo una desesperación, un negativismo, un sentir de que no se puede hacer nada. Hay que darle la vuelta (...). Hay que usar el micrófono de Naciones Unidas, que llega a todos los rincones del mundo, para alentar y motivar a la gente a que cambiemos esta actitud", afirma.
"No hay un ser humano que no se beneficie con una paz mundial. Hay que ponerle más ganas" , concluye.