El Colegio de Químicos de Costa Rica cuestionó el reglamento sobre la calidad del agua potable, argumentando falta de sustento técnico en la determinación de los valores máximos permisibles de residuos de plaguicidas presentes en el agua destinada al consumo humano.
Según el gremio, este reglamento, establecido por el Ministerio de Salud en el 2015 mediante el decreto 38924-S, adoptó las reglas de la normativa europea sin una justificación clara para su aplicación en el contexto costarricense.
Recientemente, una auditoría de la Contraloría General de la República concluyó que Costa Rica carece de un control efectivo del uso de agroquímicos y que ello se evidencia en la contaminación de fuentes de agua con plaguicidas en la zona norte, así como en la muerte de insectos polinizadores como las abejas.
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El Colegio de Químicos argumenta que cada plaguicida tiene características fisicoquímicas únicas, lo que resulta en parámetros distintos de toxicidad, solubilidad en el agua y persistencia, entre otros factores. En criterio de la organización, no es apropiado establecer un valor máximo único para todos los plaguicidas.
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Destacó que no se han realizado estudios suficientes que respalden la suma total de la presencia de plaguicidas en el agua, ni se han evaluado adecuadamente los efectos para la salud humana de los plaguicidas utilizados en el país.
El reglamento actual fija un máximo de 0,1 microgramos por litro (µg/L) de plaguicidas en el agua potable, así como 0,03 microgramos por litro para plaguicidas organoclorados y 0,5 microgramos por litro para el total de plaguicidas.
“En la normativa europea, el valor de 0,03 µg/L fue establecido únicamente para aldrín, dieldrín, heptacloro y heptacloro epóxido, no para todos los plaguicidas organoclorados como se establece en el reglamento”, señaló el Colegio.
“El Colegio de Químicos no apoya el uso desmedido de plaguicidas, ni las afectaciones a la salud y el ambiente; al contrario, apoyamos el uso de la ciencia y la tecnología como guía para la toma de decisiones y el diseño de regulaciones y políticas públicas en pro de un beneficio integral para la sociedad costarricense”, indicó la organización.
El gremio enfatiza la necesidad de considerar las particularidades de cada país al desarrollar regulaciones para la calidad del agua potable, siguiendo las guías de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que destacan la importancia de adaptar los enfoques a las necesidades y capacidades específicas de cada región.
En cuanto a los metabolitos de los plaguicidas, el Colegio de Químicos plantea que no existen evidencias técnicas o científicas en la regulación nacional que demuestren si los metabolitos del clorotalonil representan un riesgo para la salud de las personas.
Los metabolitos son productos químicos derivados del metabolismo de una sustancia en el organismo, ya sea de seres humanos, animales o plantas.
El Colegio señala que tampoco se conoce si, al momento de que se adoptaron esas regulaciones internacionales, se verificó que el país cuente con laboratorios para hacer los análisis.
Ante estas observaciones, el Colegio de Químicos de Costa Rica insta a realizar una revisión del Reglamento para la Calidad del Agua Potable, a fin de establecer criterios científicos sólidos y asegurar la protección de la salud pública y el ambiente.
La Nación envió consultas a la ministra de Salud, Mary Munive. Su despacho de comunicación recibió las consultas.