Lennin Barrantes Villarreal, comerciante originario de Pavas, de 45 años, tomó la estafeta del también liberacionista Ulises Alexánder Cano Castro en la presidencia del Concejo Municipal de San José.
Por los próximos dos años, Barrantes sostendrá las riendas de las decisiones que se tomen desde ese órgano de poder municipal, en medio de una crisis por supuesta corrupción con obras viales, así como cuestionamientos por las onerosas dietas que se pagan a líderes sindicales y por el manejo de los nombramientos en las Juntas de Educación.
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Durante la elección, en la que su candidatura fue presentada por Cano Castro, Barrantes obtuvo 8 de los 11 votos. Los otros tres fueron para la regidora del Partido Nueva República (PNR), Tatiana Bonilla Cortés.
El proceso se llevó sin mayores retrasos al mediodía de este domingo 1.° de mayo, pues los acuerdos políticos para esta votación habían sido tomados con anterioridad. Por esto mismo, también fue veloz la elección de la vicepresidencia, que volvió a recaer en Fernando Jiménez Debernardi, de 73 años, del Partido Republicano Socialcristiano (PRSC).
Barrantes declaró a La Nación, pocos minutos después de su elección, que “hay muchos puntos para manejar, día a día. A veces nos preocupamos por cosas que han pasado y que ya no están, pero si nos enfocamos en lo que podemos, vamos a salir adelante. Sabemos que hemos tenido inconvenientes, no voy a decir que no, pero solo trabajando podemos salir adelante. Vamos a darle muy duro el día a día”.
“El Partido necesita mucho trabajo y esfuerzo para salir adelante. Las personas piden caras jóvenes. La mía tiene apenas dos años en este Concejo Municipal, y considero que el esfuerzo del día a día nos llevará a tener un Liberación Nacional renovado y contundente en el país”, agregó.
Barrantes es hijo del presidente de las Junta de Relaciones Laborales de ese ayuntamiento, José Eugenio Barrantes Espinoza. Una investigación de La Nación encontró que reuniones que pueden ser de solo 30 minutos de la Junta de Relaciones Laborales, representa para cada uno de 11 líderes sindicales de la Municipalidad de San José dietas que oscilan entre ¢92.000 y ¢183.000.
Entre ellos, está el papá del nuevo presidente municipal, representante de la Unión Nacional de Empleados Municipales, quien habría obtenido ¢12,6 millones en dietas. Entre enero y marzo del presente año, Barrantes Espinoza cobró ¢2,8 millones.
“Él no me puso acá. A mí me puso el pueblo. La votación mía fue la más grande del país en la zona de Pavas. Él no es una persona que decida que yo esté acá”, contestó el nuevo presidente municipal.
“A Pavas yo lo amo con todo mi corazón. Ellos saben el compromiso que he tenido con ellos. Yo adoro, respeto y defiendo a capa y espada, igual lo voy a hacer por la capital del país”, agregó sin responder cuáles medidas específicas promoverá desde la silla de la presidencia del Concejo.
Según contó Barrantes, su labor social no es de ahora, sino de antes en ese distrito josefino, caracterizado por extrema pobreza pero también residenciales con habitantes de alto poder adquisitivo. Su familia es de comerciantes y son propietarios de varios negocios, entre ellos, una farmacia, contó.
“Soy el más nuevo. Empecé hace dos años. Otros tienen carreras políticas muy largas. Eso no me molesta. Hoy, Dios me pone en esta silla. Le pido mucha sabiduría y mucha paciencia porque esto es muy duro. Un 24/7 que hay que dedicar a esta labor”, comentó en relación con la carrera municipal y política de otros regidores y síndicos.
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Cuestionamientos
La Municipalidad de San José ha sido blanco de importantes cuestionamientos. Johnny Araya Monge, quien ha sido alcalde de la capital durante varias décadas, está hoy suspendido de su cargo pues se le investiga por supuestos hechos de corrupción en obras viales, los cuales trascendieron con el llamado Caso Diamante.
Este domingo, su lugar en esta sesión del Concejo lo tomó el alcalde en ejercicio, Mario Vargas Serrano, quien se desempeña como segundo vicealcalde.
El escándalo de la Junta de Relaciones Laborales de la Municipalidad reveló que, de enero de 2021 a marzo de 2022, los 11 sindicalistas que la integran recibieron ¢107 millones por acudir a las sesiones.
Según la investigación de La Nación, esa cifra es ¢47 millones más de la suma que la Municipalidad presupuestó en el 2022 para mejorar sedes policiales e instalar cámaras de vigilancia en espacios públicos. También es ¢57 millones mayor a lo destinado para el alcantarillado pluvial de Bella Vista, en Pavas, y supera en ¢77 millones a lo reservado para “fomento de la educación y capacitación de jóvenes”.
El caso más reciente que puso en la mira pública a este municipio encontró que los regidores nombran a dedo a los integrantes de las Juntas de Educación o Juntas Administrativas de escuelas y colegios del cantón, sin atender las ternas propuestas por los centros educativos como lo establecen leyes, reglamentos, resoluciones judiciales y pronunciamientos de la Procuraduría General de la República (PGR). El Concejo designa los integrantes de 88 juntas que solo en el 2021 manejaron ¢14.000 millones.