Si bien Néstor Mattis dejó la Alcaldía de Limón desde el pasado 8 de enero, para acogerse a su pensión anticipada después de 13 años de ejercer el cargo, el Concejo Municipal aún no ha sido notificado sobre la renuncia. Como resultado, no ha podido llevar a cabo las gestiones necesarias ante el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) para cancelar las credenciales del exalcalde.
Mattis envió desde el 15 de diciembre de 2023 una nota al departamento de Recursos Humanos de la municipalidad en la cual comunicó que se acogería a su derecho de pensión. Sin embargo, no brindó la misma información al Concejo Municipal o a la primera vicealcaldesa, Ana Matarrita McCalla, quien le debe sustituir en el cargo.
Así lo afirmaron el presidente municipal, Larry Wein Calvin, y la primera vicealcaldesa, durante la sesión del Concejo Municipal, celebrada el 15 de enero.
“A la fecha, este Concejo no ha recibido una notificación de la administración de la renuncia del señor alcalde, porque, por reglamento, nosotros somos los que tenemos que hacer la gestión para cancelar las credenciales del señor alcalde”, indicó Wein.
Por su parte, Matarrita McCalla señaló que, aún el 9 de enero, un día después de que Mattis terminara su relación laboral con la municipalidad, no había sido notificada formalmente de que el alcalde había dejado el cargo, a pesar de que por ley a ella le corresponde sustituirle.
“Tuve que recurrir a hacer un oficio para conocer esta información (las gestiones de Mattis ante Recursos Humanos), preguntar por aquí y preguntar por allá, para poder entender lo que estaba pasando, porque no sabíamos. Todavía el día 9, que el señor ya estaba jubilado y no teníamos información”, informó.
Desinformación genera reclamos
La vicealcadesa recordó que incluso Mattis participó de forma virtual en la sesión del Concejo Municipal del 8 de enero y, pese a que el tema fue consultado por el regidor suplente Fernando Blak Hedges, el exalcalde no intervino para aclarar el asunto.
La sesión de ese día finalizó de forma abrupta por el presidente municipal, ante los reclamos aireados de Blak, quien exigía respuestas sobre lo que en ese momento se consideraba como “rumores”.
El regidor propietario, Juan Pablo Poveda Chinchilla, reclamó al presidente del Concejo Municipal que, durante ese espacio, no interpelara al alcalde para exigir la información sobre su renuncia y que tampoco pidiera confirmación a la administración municipal.
Wein se defendió de los cuestionamientos señalando que, el día 10 de enero, había enviado una consulta, pero que el requerimiento no había sido atendido por McCalla.
La vicealcaldesa, por su parte, indicó que no había dado respuesta, porque estaba a la espera de recibir una resolución de parte de la jefatura de la Unidad Jurídica de la Municipalidad, confirmando que podía asumir el cargo de alcaldesa, de forma temporal, según lo dispuesto en el artículo 14 del Código Municipal.
Dicho numeral señala que el vicealcalde primero “sustituirá, de pleno derecho, al alcalde municipal en sus ausencias temporales y definitivas, con las mismas responsabilidades y competencias de este durante el plazo de la sustitución”.
El criterio legal fue aceptado por Carlos Lanzas, asesor jurídico del Concejo, en el sentido de que se trata de una sustitución temporal, mientras se formaliza y regulariza la situación ante el TSE.
Trámite pendiente en el TSE
La Municipalidad confirmó a La Nación, por medio de su encargada de Prensa, que se encontraba haciendo las gestiones correspondientes para notificar de manera oficial al Concejo.
Según explicó Andrei Cambronero, jefe de despacho de la presidencia del TSE, la renuncia debe ser conocida por el Concejo Municipal antes de realizar la debida notificación al órgano electoral, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 257 del Código Electoral.
Posteriormente, “la situación debe ponerse en conocimiento de la autoridad electoral para que se proceda a realizar la cancelación de la credencial respectiva y ordenar el nombramiento de la vicealcaldía primera como Alcaldía, y la designación de la vicealcaldía segunda como vicealcaldía primera por lo que resta del período”.
Cambronero advirtió que la vicealcaldía segunda tiene un derecho fundamental político-electoral a ser llamada al ejercicio definitivo de la vicealcaldía primera, por lo que debe realizarse el trámite de cancelación de la credencial de la alcaldía titular que dimitió.
“En caso de no hacerse, la vicealcaldía segunda podría interponer un recurso de amparo electoral por eventual violación a sus prerrogativas de representante popular”, explicó.