Actividades de bajo impacto ambiental y edificaciones o reparaciones inferiores a 1.000 metros cuadrados no requerirán la evaluación ambiental de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena).
El Gobierno anunció, este miércoles, un decreto para excluir estas actividades de esos permisos y deja en otras autoridades la autorización ambiental, como el Ministerio de Salud o las municipalidades.
Según el Gobierno, el 65% de los expedientes en Setena son para pequeños comercios, así como para la remodelación o construcción de áreas pequeñas.
Entre los propósitos del decreto, según el presidente Rodrigo Chaves, está reducir los trámites para las actividades económicas, además de generar ahorros a las pequeñas y medianas empresas que pretenden emprender con negocios que tienen poca probabilidad de impactar el ambiente.
Las áreas de cultivo, previamente impactadas, tampoco requerirán nuevos permisos.
Los ministros y el mandatario enfatizaron que, a partir de esta nueva normativa, Setena se concentrará en grandes obras y proyectos con potencial de impacto, además de delegarle funciones de campo a los funcionarios de esa autoridad.
El decreto define como de bajo impacto ambiental las actividades humanas que, por su naturaleza no provocan alteración negativa del ambiente y que no representan una desmejora de la calidad ambiental del entorno en general o de alguno de sus componentes.
Se trata de una reforma a un manual de impacto ambiental que se rige desde 2004 y exigía la evaluación ambiental de Setena para este tipo de proyectos “regulados por todas partes”, según Chaves.