La contralora general de la República, Marta Acosta, advirtió a los diputados de que el país encara un desbalance fiscal “no visto en el pasado” y de que la situación podría empeorar en los próximos meses.
La advertencia la hizo al exponer el criterio de la Contraloría General sobre el segundo presupuesto extraordinario planteado por el Gobierno a la Asamblea Legislativa.
Acosta explicó que, si bien este nuevo presupuesto refleja de manera más real la caída en los ingresos públicos y ofrece una reducción neta de ¢195.000 millones en los gastos, la situación sigue siendo preocupante.
De acuerdo con la jerarca, en este presupuesto extraordinario, se registraría que los ingresos del 2020 caerían de ¢5,46 billones a ¢4,38 billones producto de la pandemia, mientras que los gastos bajarían de ¢8,56 billones a ¢8,37 billones (sin contar el rubro de amortización). De esa manera, el déficit fiscal sería de un 11,2% del producto interno bruto (PIB).
El ministro de Hacienda, Elian Villegas, estimó que el déficit sería de un 9,7%, para lo cual habría que subejecutar mucho más dinero.
La situación expuesta por la Contraloría significa que al Poder Ejecutivo le faltan casi ¢4 billones para cubrir todos los gastos de las instituciones del Gobierno Central y de los aportes que hace a las entidades públicas que están afuera de este. Ese dinero se tiene que conseguir prestado.
El Gobierno propuso recortes por ¢328.000 millones para lograr la reducción neta de ¢196.000 millones. De no ser por ese recorte, los gastos subirían a ¢8,7 billones y el déficit fiscal a más de un 12,1% del PIB.
“La caída del presupuesto podría profundizarse en los meses venideros” y la “situación de los ingresos es bastante impredecible”, agregó Acosta para referirse a la situación macroeconómica del país.
La contralora incluso les presentó a los diputados un escenario crítico en el que los ingresos tributarios bajen a ¢3,63 billones, con lo que el faltante de recursos superaría los ¢4,7 billones. En ese caso, el déficit sería de un 13,3% del PIB, casi el doble del año pasado, cuando llegó a 6,9%.
Sin embargo hay otros escenarios como el óptimo donde los ingresos tributarios bajen a los ¢4,21 billones, así como otros dos panoramas base en los que la caída puede llegar hasta los ¢4,21 billones y ¢3,98 billones.
La contralora indicó que, a modo general, este segundo presupuesto extraordinario refleja la caída en los ingresos por la caída provocada por la pandemia, datos que el Gobierno no incluyó la versión anterior, la cual fue rechazada hace mes y medio.