Un intercambio de correos electrónicos en el Ministerio de Hacienda confirma que el gobierno de Luis Guillermo Solís sí sabía que el dinero presupuestado en el 2018 para pagar deuda pública tenía los días contados.
Dichos mensajes fueron aportados por la exviceministra Marta Cubillo, actual tesorera nacional, a la comisión legislativa que investiga el hueco de, al menos, ¢600.000 millones que dejó la administración pasada en el plan de gastos de este año.
Las primeras advertencias circularon en Hacienda en febrero y se intensificaron en los meses siguientes. Llegaron en forma escrita hasta la viceministra Cubillo, y luego, de manera verbal, al ministro Helio Fallas.
Pese a ello, el anterior Poder Ejecutivo no solicitó un presupuesto extraordinario y Fallas ni siquiera le informó del faltante a su sucesora, Rocío Aguilar, en una reunión que sostuvieron el pasado 4 de mayo, antes del cambio de mando.
El 21 de febrero del 2018, Marco Vinicio Valerio, encargado del departamento de Política de Endeudamiento Público, le envió un correo electrónico a Ana Beatriz Hernández, del departamento de Crédito Público, para solicitarle datos sobre el estado del presupuesto para amortizar la deuda pública interna.
La respuesta de Hernández fue precisa: faltaban ¢850.000 millones para pagarle a los acreedores. Así lo expuso en un correo que envió con copia a la viceministra Cubillo y para el entonces director de Crédito Público, Julio Espinoza.
“El presupuesto resulta insuficiente para registrar, en el corto plazo, los movimientos desde el mes de enero, situación que obligó a presentar el primer traslado presupuestario para fondear momentáneamente el corto plazo sin que se tengan recursos disponibles en el largo plazo, pero por oportunidad fue necesario hacer el traslado”, advierte el mensaje.
"Ahora bien, como pueden observar, el faltante es de alrededor de ¢850.000 millones, lo cual se debe básicamente a un cambio de estrategia donde se colocó, en el segundo semestre de 2017, una gran cantidad de títulos de valores de corto plazo, que trascendieron el periodo y que vencen en el 2018. Por ejemplo, solo en el mes de diciembre se colocaron alrededor de ¢567.000 millones, que vencen en 2018″, añade.
Melvin Quirós, actual director de Crédito Público y que en aquella época fungía como subdirector, intervino para recordar que él advirtió de una subestimación en el presupuesto para pagar deuda desde junio del 2017.
“Aprovecho para agregar que, desde que se realizó la formulación del presupuesto, en junio de 2017 y conociendo los supuestos en los que se nos indicó trabajaríamos, se señaló que tenía problemas de contenido presupuestario, por lo que no es de extrañar que, desde ya, podamos estimar faltantes de las magnitudes presentadas”, señaló Quirós.
Él no estuvo de acuerdo con que se presupuestaran ¢300.000 millones menos en el monto a pagar bajo el supuesto de que se lograría canjear bonos con acreedores, pues esa era una mera expectativa que, al final, ni siquiera se cumplió. Por esas diferencias, de hecho, lo retiraron del equipo que formuló el presupuesto del 2018.
Según declaró en el Congreso el exdirector de Crédito Público, Julio Espinoza, después de este intercambio de correos, se efectuó una reunión con el entonces ministro, Helio Fallas, a inicios de marzo, para comentarle la situación. Esa comunicación fue verbal.
Sin embargo, ante los diputados de la Comisión de Control de Ingreso y Gasto Público, Fallas alegó que no envió el presupuesto extraordinario en ese momento por dos razones: no existía un dato concreto para solicitar el monto extra y todavía se mantenía la expectativa de lograr los canjes de deuda, cuyo concurso fracasó el 13 de marzo.
Añadió que él se enteró del hueco presupuestario luego de dejar su cargo, cuando la nueva jerarca, Rocío Aguilar, anunció el monto adicional que debía solicitar a la Asamblea Legislativa.
Nueva alerta
Luego del primer intercambio de correos electrónicos, el 19 de abril, la funcionaria Ana Beatriz Hernández envió otro mensaje a la entonces viceministra de Hacienda y actual tesorera nacional, Marta Cubillo, en el que alertaba que estaba por agotarse el contenido presupuestario, pese a los traslados de dinero que se habían hecho para cubrir los bonos de corto plazo.
En marzo, Fallas y el entonces presidente Luis Guillermo Solís habían firmado una modificación presupuestaria para trasladar dinero de la partida para pagar deuda de largo plazo a la de corto plazo, pues esta última ya se había consumido en un 77% desde enero.
Ese movimiento, a su vez, dejó descubierta la partida para las obligaciones de largo plazo, con lo que el nuevo gobierno debió pagar ¢182.000 millones sin contenido presupuestario, tanto por bonos de largo como de corto plazo.
En su mensaje de abril, Ana Beatriz Hernández reiteró la urgencia de solicitar a la Asamblea Legislativa un presupuesto extraordinario, puesto que la partida aprobada para el 2018 ya no daba abasto.
“El monto del faltante es significativo y conforme se lo expusimos a la Tesorería (Nacional) meses atrás, se tiene disponible para registrar (pagar deuda) hasta el mes de mayo, razón para la cual es necesario que se retome el tema y se tomen las medidas que corresponden, sobre todo el tiempo que se demora en aprobarse un presupuesto extraordinario”, escribió Hernández.
Para ese mes, el faltante era de ¢815.000 millones, cifra muy similar a la que se había estimado desde el mes de febrero: ¢850.000 millones.
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Piden informar al ministro
Al día siguiente, el 20 de abril, Hernández envió otro correo con este mensaje: “Es urgente la remisión de la información al señor ministro, a efecto de que tomen medidas correspondientes, así como proponer reunión con la Tesorería”.
Este llamado se materializó en una reunión de mandos medios, cuya minuta fue parte de la prueba que la exviceministra y actual tesorera Marta Cubillo aportó a la comisión legislativa de gasto público.
Entre los acuerdos tomados en esa reunión figura la formulación de un presupuesto extraordinario; la responsabilidad se le asignó al área de Crédito Público.
Ante los diputados, tanto Helio Fallas como la exviceministra Cubillo alegaron que no presentaron el extraordinario porque estaban esperando un dato “limpio” sobre el monto necesario.
Cubillo también negó que conociera el momento precisos en que se agotaría la partida. “La fecha en que la autorización presupuestaria se consumía, eso no lo conocía como tesorera”, dijo.
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Administración Alvarado recibe alertas
La siguiente comunicación registrada es un correo de Melvin Quirós, director de Crédito Público, del 10 de mayo, es decir, bajo la nueva administración, con copia a la tesorera Marta Cubillo; a Marjorie Morera, directora de Presupuesto Nacional; y a Rodolfo Cordero, actual viceministro de Egresos.
En ese mensaje, Quirós insiste en que el presupuesto se agota y que el hueco es de ¢800.000 millones. Afirma que se vuelve “ineludible la solicitud de recursos extraordinarios" y hace una excitativa a las nuevas autoridades para que respondan a los llamados que anteriormente no se valoraron.
Sin embargo, según los mismos correos, las autoridades decidieron esperar la evolución de los canjes durante el primer semestre del año.
El 29 de junio de 2018, Quirós hizo una nueva estimación más cercana que esta vez fue de ¢600.000 millones. “Vuelvo a poner el tema en discusión para valorar la oportunidad de un presupuesto extraordinario que subsane esta situación”, reiteró el funcionario.
Posteriormente, el 10 de julio de 2018, Quirós envió el dato preciso de ¢625.000 millones a Marjorie Morera, directora de Presupuesto Nacional. Al final, la ministra de Hacienda, Rocío Aguilar, envió una solicitud de presupuesto extraordinario por ¢600.000 millones.
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