El Gobierno de Costa Rica habilitó una ruta de autobús desde la frontera sur, en Paso Canoas, hasta el borde norte, en Peñas Blancas, con el propósito de agilizar el flujo de venezolanos inmigrantes, quienes atraviesan el continente hacia los Estados Unidos.
El costo para hacer el recorrido, que tarda aproximadamente ocho horas, es de ¢17.000 por persona, es decir, alrededor de $27, según anunció el presidente de la República, Rodrigo Chaves, este miércoles en conferencia de prensa como parte de las medidas para atender el flujo migratorio.
De acuerdo con el mandatario, también solicitaron apoyo a la empresa privada, particularmente de la Cámara Nacional de Transportes (Canatrans), para que faciliten hasta 50 autobuses para transportar a los venezolanos que no pueden cubrir el costo.
“No estamos estimulando que se queden aquí. Lo que vamos a hacer es dejarlos pasar, ayudarlos, como nos obligan los convenios y el derecho internacional, en temas puramente humanitarios; también vamos a evitar que cometan crímenes, que utilicen a niños y niñas para vender confites, generar ingresos y lamentablemente la palabra ahí es mendigar”, manifestó.
El presidente Chaves aseguró que si bien su Gobierno será respetuoso de los convenios internacionales sobre migración, el país no brindará mayores facilidades a los venezolanos en tránsito para evitar que se queden de más en el país.
Además, argumentó que Costa Rica no está en condiciones fiscales para hacer esas inversiones de recursos públicos con ese objetivo, por lo que pidió a la comunidad, una vez más, ayuda financiera para atender la crisis.
“Cerrar las fronteras es imposible, porque no tenemos ejército; además en fronteras hacia el norte no los pueden parar. Devolverlos a algunos de ellos es jugar ping pong, porque usted los manda para allá y se devuelven para acá. Además, hay que cumplir con la ley, con los tratados internacionales. Es una situación crítica verdaderamente”, expresó Chaves.
Autoridades: 10% de venezolanos migrantes se quedan varados en busca de dinero
De acuerdo con la directora de Migración y Extranjería, Marlen Luna, actualmente transitan por Costa Rica cerca de 3.750 migrantes venezolanos. De ellos, estimaron las autoridades nacionales, al menos un 10% se quedan de más en el país, en busca de recursos. El restante 90% cruzan el territorio en 24 o 48 horas, en promedio.
No obstante, la también viceministra de Gobernación y Policía, estima que en los próximos días el flujo de migrantes incrementará sustancialmente.
“Lo que vamos a garantizar es que estas personas circulen más rápido por el país, evitando con esto que los centros de población se vean inundados por ese 10%, más o menos, de personas que no tienen dinero suficiente para seguir avanzando.
“Las personas que estamos observando en los centros de población son aquellas que vienen más desvalidas económicamente y que vienen más afectadas de salud, lo que hace que decidan quedarse más días de lo habitual”, manifestó Luna.
La directora de Migración aseguró que el Gobierno instaló un campamento para atender a los migrantes a su llegada al país, cerca de la frontera con Panamá, pero dijo que de momento evitan tomar una medida similar en la frontera norte.
“La experiencia nos dice que cualquier facilidad que podamos dar para que ellos se vayan más rápido es lo que realmente les ayuda a continuar su camino. Tenemos un plan b en la zona norte, ante alguna eventualidad. Eso es lo que ha sido instruido por el señor presidente”, dijo Luna.
Chaves: Un policía que anda evitando que una niña ande mendigando, es un recurso menos
En la misma conferencia de prensa, después de las declaraciones de la directora de Migración, el presidente Chaves consideró que la jerarca “pone muy lindo el panorama” y dijo que él prefiere ser “claro y transparente” sobre el problema.
“Seamos claros ticos, esto nos cuesta plata. (...) Además, cuando la Policía tiene que ir a prevenir que una niña (venezolana) ande mendigando, y que sus encargados la usen para pedir dinero, bueno, eso cuesta recursos, es un policía que está en eso”, dijo Chaves.
El mandatario costarricense manifestó que la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) aportan recursos, pero aseguró que no alcanzan para atender la situación.