Costa Rica mantendrá abierta la puerta a la oleada de cubanos que trata de llegar a EE.UU. cruzando por Centroamérica, pese a la negativa de Nicaragua de autorizarles el tránsito por esa nación.
Las autoridades costarricenses invocaron este lunes una “razón humanitaria” para afrontar la crisis migratoria.
“Estamos ante una situación de atención de personas; estamos ante una situación humanitaria”, dijo el ministro de la Presidencia, Sergio Alfaro.
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La entrada masiva de migrantes cubanos a Costa Rica ha sido la tónica, que este año, registra más de 13.000 ingresos de isleños que buscan llegar hasta los EE. UU. a través de una ruta dominada por coyotes que se inicia en Ecuador, pasa por Colombia, Panamá, Centroamérica y México.
El diario estadounidense El Nuevo Herald , de Miami, informó de que en el último año al menos 27.413 cubanos llegaron a suelo estadounidense, según datos del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de ese país.
La llegada de foráneos se disparó este año ante la cercanía de una regularización de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, que podría traerse abajo las ventajas migratorias de los isleños otorgadas en la denominada Ley de Ajuste Cubano.
Esta legislación, también conocida como “pies secos, pies mojados”, permite a los cubanos obtener residencia si permanecen en EE. UU. por más de un año, sin importar si llegan por mar o por tierra.
Ante este escenario, el flujo de los migrantes aumenta día con día, a pesar de las restricciones que han recibido en las últimas dos semanas, primero de Costa Rica y ahora en Nicaragua.
Así lo informaron los propios cubanos varados en suelo costarricense, en vista de la negativa de Nicaragua de dejarlos seguir con su camino.
“Están por venir más lanchas de Ecuador hacia Colombia, se vienen más de 300 por día”, aseguró a La Nación Zélida Guevara, quien viaja en compañía de su esposo, Armando Lozano.
1.600 en una semana. La semana anterior, la Dirección General de Migración frenó el paso de cubanos, luego de que cayera una banda dedicada al coyotaje. Esto provocó una presa de 1.600 cubanos varados en Paso Canoas.
Ante la presión de los desplazados por continuar su camino, el Gobierno acordó, el sábado, entregar visas humanitarias por una semana a los disidentes del régimen de Raúl y Fidel Castro.
Tras esta decisión, grupos de isleños arribaron a la frontera con Nicaragua para sumar alrededor de 800.
Ante el avance de estos migrantes, el gobierno de Daniel Ortega impidió su paso y el Ejército de esa nación los repelió, incluso con gases lacrimógenos, hasta obligarlos a retroceder a territorio costarricense.
Anoche el presidente del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), Carlos Quesada, indicó que no prevén que la frontera nicaragüense se abra para los cubanos en los próximos días.
A pesar de la negativa de Nicaragua de permitirles el paso, y el hecho de que Costa Rica seguirá recibiendo cubanos, la viceministra de Gobernación, Carmen Muñoz, aseveró que el país mantendrá la tónica de entregar permisos de paso.
El canciller Manuel González abogó por un corredor “humanitario”, en el cual se cuente con la participación de los países de la región que quedan en el paso de los cubanos hacia EE. UU.