Costa Rica despliega esta semana un esfuerzo diplomático de alto nivel que procura asegurarle al país un asiento en el panel de jueces de la Corte Penal Internacional (CPI).
Christian Guillermet, vicecanciller de Asuntos Multilaterales, permanece en Nueva York desde el jueves pasado. Su misión es convencer a suficientes países de apoyar la candidatura del costarricense Sergio Ugalde, en la elección que se realizará entre el 17 y el 23 de diciembre.
Conseguir el cargo, según el canciller Rodolfo Solano, es fundamental para el país.
“Si usted me pregunta dónde está el vicecanciller en estos momentos, está en Nueva York peleando metro a metro para lograr ganar la candidatura a la Corte Penal Internacional.
“Este es un objetivo fundamental para nosotros, yo por lo menos si pierdo esa candidatura la quiero perder con las botas puestas. Esa es una candidatura difícil”, afirmó el ministro de Relaciones Exteriores el viernes anterior, en entrevista con La Nación.
La CPI es un tribunal para el enjuiciamiento de los delitos internacionales más graves, en particular los de genocidio, agresión y los crímenes de guerra y de lesa humanidad. Su sede está en La Haya, en los Países Bajos.
El tribunal lo integran 18 magistrados, quienes permanecen en el cargo durante nueve años, no renovables. Su elección está a cargo de la Asamblea de los Estados Partes, conformada por 123 países.
La única persona costarricense que ha sido jueza en dicho órgano es Elizabeth Odio Benito, —entre los años 2003 y 2012,— quien ahora es jueza y presidenta de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH).
Costa Rica le apuesta a Ugalde para volver a integrar el tribunal entre los años 2021 y 2030.
Él es un viejo conocido de la CPI, a la cual ha estado vinculado en representación del país desde la fundación del Tribunal, en el 2002.
Ugalde también fue embajador ante la Corte Internacional de Justicia, mejor conocida como la Corte de La Haya, donde le correspondió representar a Costa Rica en la querella que el Estado sostuvo contra Nicaragua, por la instalación de un campamento militar en una playa de isla Portillos.
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Dicho proceso, en palabras de Ugalde, terminó con un “triunfo absoluto” costarricense.
Según el canciller Solano, el contexto mundial amerita que el sistema internacional responda de forma contundente a las violaciones de los derechos humanos que se puedan presentar.
En esa área, dijo, la autoridad ética y moral que ha construido el país a lo largo de muchos años lo acreditan para aspirar al puesto.
“En el tiempo de la pandemia se pueden generar situaciones que confundan las potestades de imperio de ciertos estados y que podamos estar en presencia de algunas acciones que rocen en crímenes de lesa humanidad. Ahí es donde la estructura jurisdiccional del sistema internacional, hoy más que nunca tiene que responder”, alegó el jerarca.
Números positivos
El ministro dijo que “los números y las percepciones” sobre la posibilidad de ganar la candidatura son positivos, aunque prefiere mantener sus reservas hasta que se cuente el último voto, ya que se trata de una elección sumamente complicada.
“Un panel de expertos lo catalogó como uno de los mejores calificados, pero también hay criterios regionales, subregionales y de género”, explicó Solano.
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En esta elección, se definirán los seis magistrados que integrarán la CPI en el periodo 2021-2030. En la disputa hay 19 candidatos de América, África, Asia y Europa, quienes son clasificados en distintos grupos según su experiencia, género y región de procedencia.
Por área de conocimiento, Ugalde está en la lista B, con otros siete expertos, la mayoría latinoamericanos, en derecho internacional. En la lista A están los expertos en derecho penal.
En el grupo de los hombres, el costarricense compite con otros 10 colegas. Las aspirantes mujeres son ocho.
Y, por región, Ugalde se enfrenta a otros seis aspirantes de América Latina y el Caribe. Además, hay seis africanos, un asiático y cinco europeos.
Según la información disponible en el sitio web de la CPI, a la hora de la votación, los Estados deben cumplir unos criterios mínimos de votación, para garantizar que la conformación del Tribunal sea equilibrada en las tres áreas.
Entonces, por ejemplo, puede ser requisito que cada país vote por, al menos, dos candidatos de la lista A, o por, al menos, una mujer.
La votación se hace por rondas. Para ganar, explicó Solano, se necesitan 82 votos.