Este miércoles, Costa Rica solicitó formalmente a la Organización de Naciones Unidas (ONU) ampliar la soberanía del país sobre el lecho marino, más allá de las 200 millas marinas que por tratados internacionales poseen las naciones.
La petición se presentó en conjunto con Ecuador, al cabo de un proceso científico y diplomático que realizaron ambos Estados en conjunto, durante los últimos cinco años.
Los documentos los entregó en Nueva York el vicecanciller Christian Guillermet, a las 2 p. m., hora local.
Los dos países latinoamericanos se aliaron para apelar a una cláusula de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar), que permite a las naciones solicitar la extensión de su plataforma continental si cumplen con ciertas condiciones.
De acuerdo con Marino Protti, sismólogo y coordinador del equipo técnico de Costa Rica, para poder aplicar a la ampliación, los países interesados deben demostrar que la extensión de fondo marino que tiene un origen geológico similar a la plataforma continental (es decir, la superficie terrestre) sigue más allá de las 200 millas náuticas de su Zona Económica Exclusiva.
Costa Rica, explicó Protti, reúne dichas condiciones en el noroeste y el suroeste de la Isla del Coco.
“En el caso de Costa Rica y Ecuador, existe una cosa que se llama un punto caliente, que está a profundidad, en el manto, y es prácticamente fija, entonces está saliendo actividad volcánica constante y donde las placas tectónicas pasan por encima, quedan como cicatrizadas”, explicó el científico.
“La cicatriz en la Placa del Coco se llama Cordillera del Coco, y sobre la cordillera está la Isla del Coco. El asunto es que esa cordillera choca contra la península de Osa y eso la suelda al continente, entonces le da una prolongación natural al territorio costarricense a lo largo de la cordillera, sobre el océano”, añadió Protti.
Rodrigo Castillo, físico de la Universidad de Costa Rica (UCR) e integrante de la comisión técnica asesora del plan, hizo énfasis en que la extensión de la soberanía nacional se otorgaría exclusivamente sobre el fondo marino, pero no sobre el agua.
Es decir, que Costa Rica no tendría control ni exclusividad para el aprovechamiento de las aguas, pero sí sobre el suelo y el subsuelo, lo cual abre posibilidades para protección o para extracción de minerales.
Según la Cancillería, el plan es crear un corredor de protección entre la Isla del Coco y las Islas Galápagos.
Los documentos que Guillermet presentó ante la ONU se basan en la investigación conjunta que realizaron Ecuador y Costa Rica, con datos recolectados principalmente en el buque ecuatoriano Orión.
En una presentación pública, las autoridades ecuatorianas explicaron que se alcanzaron 244 días de navegación.
Castillo, quien participó en uno de las primeros o viajes, explicó que el buque se utilizó para mapear el relieve del fondo marino, con el fin de identificar las áreas donde podría extenderse la plataforma continental de ambos países.
De acuerdo con Protti, de momento no es posible decir cuánto territorio de suelo marino podría ganar Costa Rica.
Sin embargo, hay un límite. La Convemar establece que la línea divisoria se puede extender, como máximo, en 150 millas náuticas adicionales a las 200 que ya tienen los países.
Conservación y extracción de minerales
Dicha soberanía abre distintas posibilidades, en particular para la extracción de minerales y la conservación. De acuerdo con Protti, en el área que podría ganar Costa Rica hay yacimientos metálicos.
“Puede llegar a haber una necesidad enorme de algún tipo de metal, que exista en gran abundancia, y que Costa Rica pueda explotarlo y le genere un dividendo importante. O puede ser que Costa Rica simplemente diga que lo que quiere es evitar que se metan otros países a explotar esos recursos y que contaminen el área”, explicó el científico.
La forma de aprovechar la plataforma extendida, afirmó Protti, será política, y responderá a las prioridades y necesidades que tengan los gobernantes del momento.
Pero es difícil afirmar qué hará Costa Rica si su petición es aceptada. De acuerdo con el científico, el proceso en la Comisión de Límites de la Plataforma Continental de la ONU podría tomar incluso de 15 a 20 años.
Rodolfo Solano, canciller costarricense, dijo a La Nación que el plan de Costa Rica y Ecuador es crear un corredor de área protegida entre la Isla del Coco y las Islas Galápagos, cuyas aguas colindan.
De acuerdo con Solano, también se abrirían posibilidades para que los recursos marinos se conviertan en motores de desarrollo para las zonas costeras.
“Una diplomacia de los océanos, en donde tomemos la agenda azul, no solamente desde el punto de vista de protección sino como un generador de oportunidades y de riqueza sostenible, puede ser uno de los cambios más importantes que el país puede enfrentar”, afirmó Solano.