El presidente Luis Guillermo Solís afirmó este jueves que el Gobierno no recibirá a los nuevos migrantes cubanos que se están acumulando en Panamá en la zona fronteriza con Costa Rica.
Según cables internacionales, hay más de 1.000 ciudadanos cubanos varados a la espera de ingresar al país para proseguir su viaje hacia los Estados Unidos, donde entrarían legalmente gracias a la Ley de Ajuste Cubano, que data de 1966.
Ante la posibilidad de que la situación se torne crítica, el presidente Solís pidió a la Fuerza Pública y a las autoridades de Migración que redoblen la vigilancia de la zona fronteriza para impedir el ingreso de cubanos.
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Este martes, el Gobierno dio por finalizada la operación de traslado de más de 5.000 cubanos, desde los albergues que ocuparon en el país, hacia El Salvador, Guatemala y México, por vías aérea y terrestre, a fin de evadir el cierre de fronteras que mantiene Nicaragua desde el 15 de noviembre del año pasado.
"Les pedimos a los migrantes cubanos que no viajen más, porque no les podemos garantizar que los vamos a poder atender de la mejor forma. (...). El Gobierno ya dio por cerrada la operación de atención humanitaria de los migrantes que estaban en el país", recordó el gobernante.
Solís pidió al Canciller Manuel González que inste a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) a convocar la semana entrante una reunión regional de viceministros de Relaciones Exteriores y de directores de Migración en Panamá, con el objetivo de analizar las posibles soluciones a la situación que viven los cientos de migrantes cubanos.
El presidente reiteró que su Gobierno mantiene en firme la decisión del 18 de diciembre pasado de no otorgar más visas de tránsito a los ciudadanos cubanos, para impedir nuevas aglomeraciones que fuercen al país a destinar más recursos para la atención humanitaria de esas personas.