Costa Rica tiene unas cuantas semanas para determinar en qué términos quedará su relación diplomática con Venezuela.
A partir del 5 de enero, comenzará labores una nueva Asamblea Nacional. Este foro estará integrado por congresistas afines a Nicolás Maduro que, ante los ojos del país, carecen de legitimidad por haber sido electos en unos comicios fraudulentos.
Pero el cambio de diputados también implica que el opositor Juan Guaidó perderá su condición de presidente parlamentario, lo cual sustentó que medio centenar de países, incluido Costa Rica, lo reconocieran como mandatario interino de Venezuela, en enero del 2020.
¿Mantendrá Guaidó su condición de presidente encargado cuando deje de ser diputado, o perderá la legitimidad para serlo? Si sigue como mandatario, ¿cuál sería el fundamento legal? Y, ¿qué clase de relación tendría Costa Rica con su equipo?
Ese es el tipo de cuestionamientos que se hace en este momento el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.
“Es una pregunta que hay que hacerse, que hay que compartirla y que hay que entenderla, para poder tener certeza de los siguientes pasos. Cada paso que se dé en adelante tiene que tener como objetivo que regrese la democracia, que llegue la ayuda humanitaria y se respeten los derechos humanos”, afirmó el canciller Rodolfo Solano.
De acuerdo con Solano, es necesario tener respuestas para planificar las próximas acciones de la comunidad internacional sobre la crisis en Venezuela.
“Necesitamos tener un diálogo mucho más franco, tomando como baluarte la promoción de los derechos humanos y el derecho internacional, y tener claridad conceptual de qué va a pasar después del 5 de enero, cuál va a ser la relación Estado-Estado”, afirmó Solano.
El jerarca de la Casa Amarilla habló, en entrevista con La Nación, sobre los retos que enfrentó el cuerpo diplomático de Costa Rica en un año marcado por la pandemia de covid-19, y las acciones que emprenderá en los próximos meses.
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La crisis política, humanitaria y sanitaria en Venezuela, dijo, está en la agenda.
“Tenemos en Venezuela un Estado fallido, dañado por la crisis sanitaria y humanitaria al que ese pueblo se está enfrentando. Costa Rica no reconoce el régimen de Maduro y reconoció la figura del presidente encargado Guaidó, pero hoy estamos ante una discusión jurídica de derecho internacional que es sumamente importante”, aseveró el ministro.
Solano explicó que la búsqueda de respuestas se hace en dos frentes.
Por un lado, su equipo de la Cancillería investiga si hay antecedentes internacionales que puedan servirles de guía, y las posibilidades a las que se enfrentan.
El otro es un proceso permanente de consulta con socios regionales de Costa Rica, como los cancilleres de Perú, Panamá y Canadá.
Solano, además, tiene previsto conversar con Juan Guaidó en las próximas semanas, para conocer la lectura del líder opositor sobre la situación de su país.
La Embajada de Costa Rica en Caracas se cerró definitivamente el 30 de setiembre. El mobiliario de dicha oficina se trasladó en un contenedor hasta San José. Entre los activos que llegaron desde Suramérica están los sillones que Solano utilizó al conversar con La Nación.
‘Ya no queremos ver los mismos comunicados’
Solano afirmó que desde el inicio de su gestión, hace 10 meses, tuvo claro que no quería que la política exterior siguiera “secuestrada por una nicaragüización o una venezolización”.
“Lo que quiero decir es que son temas importantes y serios, que requieren atención y se la estamos dando, pero la política exterior de Costa Rica va mucho más allá de esos dos problemas”, dijo el ministro.
Aún así, afirmó, el país mantendrá una actitud proactiva en la comunidad internacional para presionar por una solución a la crisis venezolana.
“Nosotros hemos dicho que no somos espectadores, no vamos a dejar que nuestra política exterior tenga más sillas vacías. El hecho de que no elevemos el tono de voz públicamente, no significa que no estemos interesados en una solución lo más expedita posible, pero inteligente”, sentenció el jerarca.
Dicha solución, dijo, no se conseguirá con los mecanismos que ha empleado por años el Grupo de Lima, del cual Cosa Rica forma parte.
“Hay que pasar a otro plano de acciones que vayan más allá de lo que hemos hecho en el Grupo de Lima y lo que hemos hecho incluso en el Grupo Internacional de Contacto.
“Es cómo logramos articular a ciertos actores que puedan ser facilitadores de un proceso lo más expedito posible, seguro y confiable, para un retorno seguro a la democracia”, afirmó Solano.
Apuntó que uno de los actores que podría convocarse es la Unión Europea.
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“Se acabó el tiempo, ya no queremos ver los mismos comunicados del Grupo de Lima, del Grupo Internacional de Contacto. Cuál es el rol con de la Unión Europea, de la futura administración norteamericana. Todo eso tenemos que definirlo en los próximos meses”, aseveró.
Aunque la iniciativa, en opinión del ministro, debe venir de la oposición y las organizaciones de la sociedad civil de Venezuela.
“Son los propios venezolanos los que tienen que tener la capacidad de organizarse internamente, la oposición, las organizaciones de la sociedad civil tanto en Venezuela como en el exterior, para demostrar que tienen la cohesión y la fortaleza necesarias”, añadió el ministro.