El gobierno del presidente saliente, Carlos Alvarado, logró frenar el gasto en salarios del sector público, el cual había registrado una fuerte tendencia al alza en los últimos años. El año pasado, el aumento fue de un 0,4% después de que, entre el 2015 y el 2020, este rubro registró un incremento promedio anual del 3,1%.
Así lo corroboró la Contraloría General de la República con datos actualizados hasta el 2021.
Además, se redujo el dinero que el sector público destina a pagar salarios en comparación con el tamaño de la economía. En el 2016, el país destinaba un 16% del producto interno bruto (PIB) a pagar salarios públicos, mientras que el año pasado la cifra fue de un 15,1%.
Asimismo, se redujo considerablemente la porción del gasto total del sector público que se destina a remuneraciones. El porcentaje pasó de un 26,3% a un 23,6% en el mismo periodo, lo que, en principio, permite liberar recursos para atender otras necesidades.
En el 2021, los sueldos públicos consumieron ¢6.012.179 millones (¢6 billones), ¢24.420 millones más que en el 2020.
En cambio, solo en el 2018, terminando el gobierno de Luis Guillermo Solís, el gasto salarial aumentó ¢251.000 millones, luego de que había subido otros ¢218.000 millones en el 2017.
Estas cifras incluyen a todo el sector público, compuesto por el Gobierno Central y sus órganos desconcentrados, a las instituciones públicas financieras y no financieras, así como municipalidades e instituciones descentralizadas no empresariales.
El costo de la planilla estatal llevó a Costa Rica a convertirse en el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que más porcentaje de sus ingresos gasta en el pago en salarios de empleados públicos, debido a los numerosos pluses salariales que paga el sector público.
La situación llegó al grado de que instituciones como la Universidad de Costa Rica (UCR) y la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) gastan ¢200.000 en incentivos por cada ¢100.000 destinados a salarios base.
Según la Contraloría General, el rubro de incentivos era el que más solía crecer presionando el gasto total en remuneraciones, pero, a partir del 2018, la situación empezó a cambiar y se registró una reducción considerable en el crecimiento de este rubro, la cual se confirmó, con mucha más claridad, el año pasado, cuando el desembolso en sobresueldos se redujo en un 1,7%, equivalentes a casi ¢41.000 millones.
En el 2018, en cambio, los incentivos subieron casi un 5%.
Medidas empiezan a dar frutos
Las medidas tomadas por la actual administración para contener los gastos salariales han permitido que los pluses signifiquen cada vez menos dinero para las arcas estatales, señaló la Contraloría.
“Distintos indicadores sobre el comportamiento general del gasto devengado en remuneraciones del sector público señalan un menor dinamismo en dicho gasto, principalmente, desde el año 2020 y en el rubro de incentivos salariales, reflejando el efecto de la entrada en vigencia del Título III de la Ley 9635 Fortalecimiento de las Finanzas Públicas”, indicó la CGR.
La Ley 9635 o reforma fiscal, firmada en 2018, le puso un límite al pago de las anualidades en todo el sector público y ordenó nominalizar el beneficio, para que dejara de ser un porcentaje del salario. Esta medida evitó el crecimiento exponencial de este rubro.
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Además, la reforma redujo los porcentajes del salario base que se pagan por dedicación exclusiva de un 65% a un 25% para licenciados y de un 20% a un 10% para bachilleres.
Asimismo, la regla fiscal congeló los aumentos salariales cuando la deuda pública supera el 60% del producto interno bruto (PIB), escenario en el que el país está en este momento.
La Asamblea Legislativa también, con apoyo del Gobierno, derogó las anualidades previstas para los años 2021 y 2022 por la crisis económica causada por la pandemia.
Para el futuro, la Contraloría prevé mejoras gracias a la recién aprobada Ley Marco de Empleo Público, la cual deroga el sistema de salarios con pluses y lo sustituye por el salario global.
Persisten algunos crecimientos
El combate para disminuir el gasto de la planilla salarial se ha concentrado en atacar las principales partidas presupuestarias y, según la CGR, ha dado buenos resultados, sin embargo, algunas subpartidas pequeñas no han sufrido contracciones.
Este es el caso de la subpartida de remuneraciones diversas, en la que se presentó un crecimiento “alto” en 2021, contrario al comportamiento histórico que esta ha tenido.
Además, pese a la estabilización en el gasto, el ente contralor señaló que persiste un comportamiento desigual entre sectores institucionales, algunos de los cuales señalan altas tasas de crecimiento.
“En 2021, Instituciones Públicas Financieras e Instituciones Descentralizadas No Empresariales presentan un incremento en el gasto en remuneraciones, mayor al resto de los sectores institucionales”, precisó la CGR.