En el momento en que la presidenta Laura Chinchilla intentaba ayer a las 4 p. m. explicar a 30 periodistas las salidas del canciller, René Castro, y de la ministra de Salud, María Luis Ávila, esta colgó un texto en su blog, en el cual precisó la razón de fondo: el manejo de la crisis y la huelga en la CCSS.
Una profunda divergencia sobre la forma de manejar el déficit financiero de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) fue el detonante para Ávila, una figura de mano dura y gran protagonismo mediática proveniente del gobierno de Óscar Arias.
Y aunque René Castro nada tiene que ver con la CCSS también fue trasladado con las réplicas de esta entidad.
El exjefe de campaña de Chinchilla y hombre de su total confianza pasa a ocupar el cargo de ministro de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones (Minaet), la vacante dejada este lunes por Teófilo de la Torre, actual presidente del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).
De la Torre reemplazó a Eduardo Doryan, quien se fue del ICE la semana pasada para “dar explicaciones” sobre su gestión en la CCSS, la cual presidió en el cuatrienio anterior.
Este ajedrez involucró también al embajador costarricense ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Enrique Castillo, quien sustituirá el 5 de setiembre a Castro como ministro de Relaciones Exteriores. Es la primera vez que un gobierno sustituye al canciller desde Luis Alberto Monge (1982-1986).
A Castillo, hombre cercano al exministro de la Presidencia, Rodrigo Arias, se le recuerda por su contundente defensa de Costa Rica en la OEA, durante los días más candentes del conflicto con Nicaragua por isla Calero, en octubre pasado. Llegó incluso a criticar la falta de firmeza de algunos embajadores miembros en la OEA, que parecían convertirla en “un té de canastilla”.
No es por los nombramientos con criterio político en favor de liberacionistas en la Cancillería, aseguró Chinchilla. Tampoco es por la investigación abierta por la Procuraduría de la Ética.
“Sigue siendo miembro de mi gabinete. El traslado tiene que ver más con las fortalezas relativas de don René a la cartera a la que llega frente a la que deja.
“Difícilmente podría ver yo otra persona que reuniera la experiencia, la solidez y la confianza de mi parte, así como la concordancia de temas como el de la exploración petrolera”, agregó Chinchilla en alusión a la posible concesión a la petrolera Mallon Oil Company.
Castro llegó al despacho presidencial diez minutos antes de que comenzara la rueda de prensa, pero no se asomó ante los medios de comunicación. Hoy sí lo hará durante una gira a Barra del Colorado, cerca de la frontera con Nicaragua.
El cambio en Cancillería lo celebró Bruno Stagno en declaraciones a Radio Reloj. El ministro de Óscar Arias dijo que así podría acabar la “política de apaciguamiento” con Nicaragua.
Castro se llevará a su viceministro administrativo Luis Fdo. Salazar al Minaet, informó Chinchilla.
Nada tenía que ver esto con la CCSS. O eso se creía, porque la presión en Cancillería solo se liberó gracias a los espacios abiertos por la crisis en la entidad aseguradora.
Acabó Castro en el mismo reparto que María Luisa Ávila, la mujer que quiso intervenir la CCSS desde el Ejecutivo y que topó contra Laura Chinchilla, quien acuerpó en cada minuto la gestión de Ileana Balmaceda, jerarca de la entidad, con quien Ávila nunca llegó a congeniar a plenitud.
Chinchilla dedicaba buenas palabras durante la rueda de prensa (“admiración mutua”) cuando las redes sociales hervían con la noticia política y en apoyo a Ávila, quien a media tarde explicó todo en su blog:
“Me retiro del cargo porque creo que el Ministerio de Salud debería ser el encargado de liderar el proceso de intervención de la CCSS, criterio que no es compartido por la Presidenta de la República”.
Ávila se va con jerarcas a quienes ella llamaba “mi equipo”: sus dos viceministros (Ana Morice y Mauricio Vargas) y la directora general de salud, Roxana García.
“Desde que comenzamos esta administración teníamos claro que una de nuestras metas era entrarle a la CCSS, pero si no hay consenso en la labor que tiene el Ministerio en este sentido, no podemos trabajar”, explicó Morice.
Ávila se quedará hasta el 22 de agosto y luego volverá al Hospital Nacional de Niños, cuyos trabajadores serán ahora “mi equipo” en el decir de ella. Así lo escribió en San José el lunes en su cuenta en Twitter, mientras el gabinete, en Nicoya, aplaudía de pie a Balmaceda por su gestión con la CCSS.