La eventual salida de los 8.000 cubanos varados en Costa Rica dejaría cerca de $800.000 en Centroamérica por concepto de impuestos de salida, de acuerdo con las tarifas vigentes en las naciones involucradas en el “paso humanitario” que busca abrirse para que prosigan su ruta hacia Estados Unidos.
El cobro de esos tributos se mantendrá tal y como lo disponen las legislaciones vigentes, indicó la tarde de este lunes el canciller Manuel González.
El jerarca explicó que los cubanos que salgan de Costa Rica a través del “paso excepcional” que se planea facilitar, “deben garantizar que tienen el dinero necesario para pagar los impuestos de salida” de cada país.
Esto forma parte del plan que las naciones centroamericanas siguen afinando con el propósito de dar salida a los isleños varados en el país desde que el Gobierno de Nicaragua les cerrara la frontera a mediados del mes de noviembre.
González dijo que por ahora no hay fecha para iniciar el traslado, pero aseguró que, cuando se inicie la salida de isleños, se aplicará la ley en cada país.
En este sentido, el canciller señaló que no hay mecanismo legal que permita a los cubanos salir de Costa Rica sin pagar los $29 del impuesto de salida, antes de que aborden el avión que los llevaría a El Salvador.
En esa nación abordarían autobuses con destino a Guatemala pero antes de tomar la carretera Interamericana, deberán garantizar el pago del impuesto de $60 por persona que se impone a quienes dejen territorio salvadoreño.
Una vez en Guatemala, tendrán que cancelar $10, por persona, por el mismo concepto de impuesto, lo que sumaría un total entre los tres países de $99.
Si se toma en cuenta que se trata de unos 8.000 cubanos que esperan salir a través de este mecanismo, las tres naciones centroamericanas recaudarían, en conjunto, unos $800.000.
Esto, al tipo de cambio actual, representa unos ¢430 millones.
Este dinero representa apenas una parte de lo que habría quedado en manos de las redes de coyotaje que, desde el 2012, se dedican a trasladar cubanos por Ecuador, Colombia, Centroamérica y México, para llegar hasta la frontera con Estados Unidos.
Solo entre el 2014 y el 2015, el Gobierno de Estados Unidos contabilizó la entrada de unos 24.000 migrantes que salieron de Cuba con el propósito de acogerse a la Ley de Ajuste Cubano.
Esta ley les permite a los cubanos obtener beneficios migratorios, siempre y cuando pongan un pie en suelo estadounidense, un tema polémico desde la promulgación de la ley en 1966, y que es actualmente objeto de tensiones en medio de la regularización de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba.
El gobierno de Raúl Castro ha culpado a EE. UU. de buscar una migración caótica, que desestabilice el régimen cubano.
En tanto, Fitzgerald Hanney, embajador estadounidense en Costa Rica, afirma que, por ahora, en su país no hay ambiente para reformar esa ley.