La Cruz, Guanacaste. "Yo busco el sueño americano (...). Dejé un bebé de un año en Cuba, estoy loca por llegar a Estados Unidos y traérmelo. Estados Unidos me da esa posibilidad. Una vez que esté legal allá, lo puedo reclamar".
Ese es el objetivo de Yumiley Díaz, una joven secretaria que forma parte del primer grupo de 180 migrantes isleños varados en Costa Rica desde el 15 de noviembre, que viajará este martes rumbo a San Salvador para continuar, por tierra, su éxodo hacia territorio estadounidense a través de El Salvador, Guatemala y México.
Ella viaja junto a su esposo Joandis López a la ciudad de Tampa, en la costa oeste de Florida, donde tienen familiares esperándolos. El único plan previsto, al llegar allá, es acogerse a la Ley de Ajuste Cubano y buscar trabajo "en lo que sea".
Esa legislación establece que, una vez que un cubano ponga un pie en suelo de Estados Unidos, debe ser acogido por las autoridades locales. Luego, al cabo de un año, puede optar por la residencia, según la norma vigente desde los años 60. Incluso, en el proceso de legalización pueden solicitar ayuda económica del gobierno estadounidense.
Fermín Ramírez (izq.) es uno de los cubanos que viaja en el primer vuelo hacia El Salvador. Él aprovechó la mañana de este martes para rasurarse. Foto Rafael Pacheco"Lo más importante es salir de aquí y llegar a Estados Unidos. Allá ya veremos qué hacemos", expresó Raúl Hernández, un operario de maquinaria de 22 años, que también abordará el vuelo chárter operado por Avianca desde el aeropuerto Daniel Oduber, en Liberia.
Él llegó al país desde principios de noviembre. Viaja solo y se dirige a Miami, donde lo esperan un hermano, tres tías, dos primos y un abuelo.
"La Ley de Ajuste Cubano le permite a uno estudiar, eso es lo que quiero hacer y buscar un trabajo de medio tiempo. Cuando uno tiene familia allá que lo ayuda es más fácil", contó Hernández mientras le cortaba el cabello a un coterráneo suyo en el albergue que instaló la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) en el Liceo Nocturno de La Cruz, en Guanacaste.
Con una expectativa similar viajan el odontólogo Osniel Benereo y su esposa, la contadora Tatiana García. Ellos solo quieren llegar a Estados Unidos. Todavía desconocen el destino exacto. Él dice que "debe ser en Miami", adonde tienen "una amistad".
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"De momento trabajar en lo salga", dijo Benereo luego de que, días atrás, solicitara dinero con su esposa en el puesto fronterizo de Peñas Blancas, colindante con Nicaragua, para poder comer.
Calma interrumpida. A pocas horas de que salga el vuela a San Salvador, programado para las 10:25 p. m. de este martes, la calma de los albergues de los cubanos fue interrumpida cuando unos -la minoría- empezaron a hacer maletas y a alistarse para "salir en el vidrio", en referencia a la televisión.
Otros aprovechan para cortarse el cabello, hacerse la barba o "arreglarse los pies", servicios que sus compatriotas ofrecen por tarifas que no superan los $3.
La jornada transcurre entre cámaras de televisión y fotografías de medios de comunicación nacionales y extranjeros que andan en busca de reacciones.
Los 180 migrantes cubanos que saldrán hoy del país están hospedados en La Cruz, la mayoría en albergues de la CNE. A las 5 p. m. serán recogidos en el parque de este cantón para ser trasladados en autobuses hasta el aeropuerto de Liberia.
Ellos fueron seleccionados entre los primeros 1.500 isleños a los que se les otorgó primero la visa de tránsito temporal.
Del grupo que saldrá hoy se excluyeron menores de edad. Según la directora de Migración, Kathya Rodriguez, en esta ocasión no se quería que viajara población vulnerable, ya que este vuelo forma parte de un plan piloto y de su éxito depende que salga el resto de los 7.800 cubanos.
Otros, por el contrario, no pudieron viajar porque carecían de los $555 (¢300.000) que cuesta el tiquete aéreo a San Salvador, o bien porque decidieron esperar a otros familiares que no eran candidatos para el primer vuelo.
Tal es el caso de Víctor Pérez, quien alega que le robaron el dinero en Colombia y pide que lo dejen trabajar para poder costearse el viaje.
"No tengo nada, no tengo familia que envíe dinero, no sé qué voy a hacer", expresó.
También existen casos de isleños que ya se habían marchado con los coyotes, como se les conoce a las personas que se dedican a movilizar a migrantes de forma ilegal, esquivando los puestos fronterizos.
Por estas razones es que, si bien se previa que sólo iban a viajar los cubanos cuya numeración de la visa oscilara entre 19.200 y 19.400, al final viajarán otros con una numeración por encima de 19.600.
El costo de $555 que tiene el viaje incluye el pasaje aéreo, los impuestos de salida y cánones de Costa Rica ($29), El Salvador ($60) y Guatemala ($10), así como los recorridos en bus hasta México, la alimentación y hasta un seguro médico.
El paquete lo preparó una empresa a petición de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), luego de una gestión del Sistema de las Naciones Unidas.
La idea es que los cubanos arriben a la frontera entre México y Guatemala la noche del miércoles, pues el plan es que sea un viaje continuo sin paradas para dormir.
México les dará 20 días a los isleños para que crucen su territorio rumbo a la frontera con Estados Unidos por la ruta y con el medio de transporte que cada uno decida utilizar.
Luego de hacer una reunión de evaluación de ese vuelo de prueba, los países centroamericanos coordinarían viajes también desde el aeropuerto internacional Juan Santamaría, pues esta terminal es más cercana a varios de los albergues que refugian a los migrantes cubanos en Costa Rica en la zona sur.
Los recorridos desde Alajuela tendrán un valor de $570 (¢308.000), ya que es más caro el desplazamiento desde los refugios hacia el aeródromo.