“Fue un total engaño, una farsa”, explicó ayer el vicecanciller costarricense, Alejandro Solano, al repasar cómo el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, logró colar en la cumbre de la Celac a un independentista puertorriqueño que provocó la cancelación de la parte más interesante del encuentro presidencial de este jueves.
Rubén Berríos, el político puertorriqueño que sorprendió a todos al tomar el micrófono públicamente en la sesión plenaria del miércoles, fue acreditado con un número de pasaporte ordinario nicaragüense para efectos de la Cancillería y de la revisión de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS).
Lo reportaron como funcionario de la Embajada en Costa Rica, sin que nadie avisara a los organizadores nacionales de que venían de Puerto Rico, territorio de Estados Unidos que no pertenece a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Así Ortega logró llevar a Berríos al escenario principal de la cumbre e intentó colarlo a la encerrona en la que iban a participar solo gobernantes y cancilleres. El presidente costarricense Luis Guillermo Solís, como anfitrión, se negó a ello con apoyo de otros mandatarios y, ante la insistencia de Nicaragua, prefirió cancelar el encuentro privado, contó este jueves.
Era “quizás la parte más interesante de la cumbre”, lamentó Solís el jueves al cerrar la cita 90 minutos antes por la alteración de la programación.
Así acababa el episodio de Ortega y su intención de forzar a los mandatarios de la Celac a escuchar la posición proindependentista de Puerto Rico, con la permisividad de otras delegaciones, según Solano.
Berríos, presidente del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), fue una sorpresa, según el vicecanciller tico a cargo de la organización de la cumbre. Contó que la primera vez que supo de la presencia del puertorriqueño fue el domingo previo a la cumbre, cuando Nicaragua propuso incluir en la declaración una proclama de apoyo a la “descolonización” del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, parte de Estados Unidos.
Como tal, Berríos es ciudadana estadounidense y así ingresó a Costa Rica en un vuelo comercial de Copa, confirmó ayer la directora de Migración, Kathya Rodríguez. Además de Berríos, también lo hicieron sus compañeros puertorriqueños de causa Fernando Juan Martín, Juan Manuel Dalmu Ramírez y María Lourdes González Negrón, miembros de la delegación oficial nica registrada ante Cancillería.
Berríos aparece en el registro como representante de la Embajada de Nicaragua, mientras los otros tres, al “Gobierno de Nicaragua”, como asesores.
Ellos son parte del cabildeo proindependencia de Puerto Rico, por la cual abogaron Ortega y sus homólogos de Cuba, Raúl Castro, de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Bolivia, Evo Morales. También los apoya el ecuatoriano Rafael Correa, aunque criticó con fuerza el intento de Nicaragua de poner en el escenario y dar micrófono a los puertorriqueños, ajenos a la Celac.
La Celac carece de consenso sobre apoyar o no la causa independentista puertorriqueña y por eso las delegaciones solo accedieron a repetir lo que ya habían manifestado en La Habana.
“Reiterar el carácter latinoamericano y caribeño de Puerto Rico y al tomar nota de las resoluciones sobre Puerto Rico adoptadas por el Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas, reiteramos que es asunto de interés de Celac”, se dijo.
La presencia de Berríos sorprendió a muchos, al punto de que, cuando él habló, los realizadores de la transmisión televisiva oficial indicaron en pantalla que se trataba del canciller de Nicaragua, Samuel Santos (ausente), quizás por el parecido físico.
El “compañero Berríos” fue nombrado ayer por Ortega “asesor para Políticas Internaciones en Materia de Descolonización”, informó la primera dama, Rosario Murillo. El embajador en San José, Hárold Rivas, no contestó mensajes dejados en su celular.